Calidad de vida en la tercera edad

La tercera edad, al igual que la niñez y la adolescencia, son etapas en las que el ser humano se enfrenta a cambios. Los niños y jóvenes lo hacen guiados de sus padres y de los modelos a seguir que los rodean, en estas primeras etapas todo es nuevo y sorprendente tanto para los padres como para los hijos y cada logro es motivo de celebración y orgullo. Al llegar a la tercera edad los papeles se invierten: a los padres, luego de una vida productiva, llena de experiencias y de ser los encargados de tomar las decisiones, les cuesta trabajo pasar a depender de los hijos, de la esposa o de alguien más, se pueden volver tercos y sus opiniones o peticiones son tratadas de “chocheras”. La psicóloga del Centro Psicológico Plenitud, Janeth Carballo, afirma que “a las personas jóvenes se nos olvida que ellos llegan a un periodo parecido anímicamente al de los niños, no actúan como ellos pero si demandan ciertas actitudes y ciertas cosas de nosotros como son el afecto y la atención, necesitan que los saluden, que se sienten a comer con ellos, que los visiten y les hablen”. La familia Según la psicóloga “la familia es muy importante en la tercera edad sobre todo si han sido buenos padres que han luchado y que han cuidado de sus hijos todo el tiempo, debe haber un compromiso muy grande para que ellos pasen esa última etapa lo mejor posible”. La especialista recomienda buscarles actividades lúdicas que los ayuden en los momentos de aburrimiento y de tristeza esto los hará sentirse más vigorosos y contentos. La falta de comunicación puede propiciar que las personas mayores no expresen lo que les esté afectando. “Ellos no quieren molestar y no quieren ser una carga, lo más grave es cuando sus familiares les dicen que no tienen tiempo para estar oyendo sus pendejadas. Al no sentirse apreciados prefieren aceptar que la muerte les va a llegar en cualquier momento”, comenta Carballo. La demanda afectiva de ellos es mucho mayor, por eso la psicologa le recomienda a los hijos y nietos brindarles afecto, hablarles, darles las gracias por el tiempo que ellos le brindaron y lo cuidaron, contarles anécdotas, eso los alienta y ven que sus hijos no se olvidan de ellos. El ser humano es emocional y según Carballo, es más fácil recuperarse de una enfermedad si la parte afectiva y psicológica está en un nivel muy alto. Reflejo de lo vivido Además del apoyo que reciban de sus familiares las personas de la tercera edad, la forma en la que vivieron también se va a ver reflejado en sus últimos años. “Las personas que han tenido una vida normal que ha sido productiva y rodeada de afecto, les va muy bien en la vejez porque sienten que cumplieron con los compromisos o las metas propuestas durante toda su vida, estas personas cuando llegan a esta etapa aceptan con claridad que ya es la última y empiezan a vivir ese momento con tranquilidad, son personas que inclusive saben cuándo tiene que jubilarse”. Las relaciones y los lazos afectivos que se crearon durante las primeras etapas de la vida van a servir de apoyo y de compañía durante la tercera edad. La parte fisiológica también es muy importante, la forma en la que se trató el organismo pasará su cuenta de cobro en los últimos años. Y agrega que “es importante que la gente visualice la vejez desde la juventud que sepa que es una parte de la vida y que es un regalo de Dios poder llegar a la tercera edad en buenas condiciones para compartir con la familia, ver a los hijos casados y conocer a los nietos”.