Lo que para 25 familias del corregimiento de Pasacaballos era una de las mayores satisfacciones de sus vidas, se ha convertido en una angustia que lleva cerca de un año. Se trata del proyecto de casas subsidiadas prefabricadas, liderado por Corvivienda, que escogió a estos hogares entre los casi 300 que conforman el sector Madre Herlinda para hacerles un mejoramiento de viviendas. Desde el 2020 se iniciaron las obras, pero a la fecha solo se han levantado seis de las 25 casas.
Lo peor, según la comunidad y los líderes comunales de Pasacaballos, es que las estructuras al parecer no llenan los requerimientos técnicos que garanticen su seguridad, por lo que piden a la entidad distrital y a los organismos de control verificar la calidad de las nuevas casas.
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De igual forma, denunciaron que el proyecto está estancado desde hace un par de semanas y que el contratista no ha aparecido ni le ha pagado a los trabajadores, y que las casi 20 familias que faltan por sus casas tienen mucha incertidumbre.
“Yo no quería recibir esta casa así, pero me advirtieron que si no la cogía me tocaba esperar después otros seis meses para que me la dieran. La acepté y ahora estoy peor, porque siempre que llueve se me moja todo, las paredes no sirven, el techo está mal puesto. La verdad es que esta vivienda está muy deteriorada”, señaló Yenni Contreras, una de las denunciantes.
Jorge Zabaleta, presidente de la Junta de Acción Comunal principal de este corregimiento, contó que varias de las casas de madera en las que algunas familias beneficiadas vivían, fueron desocupadas y destruidas para darle paso a las casas prefabricadas. Sin embargo, han pasado los días y el reemplazo no se ha dado, por lo que decenas de personas están a la intemperie o albergadas en casas de parientes o vecinos.
“Esta obra está subsidiada por Corvivienda y el Banco Agrario, pero desde que arrancó estamos quejándonos de su mal estado. Esas casas están con perfiles en acero al carbón, no les están dando un buen uso técnico. Las casas que entregaron ya lucen oxidadas, la gente tiene miedo de que se vayan a caer y los dejen en la calle”, expresó el dirigente comunal.
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Zabaleta agregó que otro de los reproches al proyecto es que no se tuvo en cuenta a la mano de obra del sector.
“Nadie nos da la cara, no le dicen nada a la gente. Este no es el único proyecto inconcluso aquí: en el 2004 empezaron la Ciudadela 1 de Agosto y todavía no está cien por ciento terminada. Por eso es que en Pasacaballos históricamente ha habido tanta insatisfacción con el Distrito”, puntualizó el presidente de la JAC.
Consultados por la queja en Pasacaballos, desde Corvivienda dejaron en claro que sí se tiene vinculada mano de obra de la comunidad, y que los trabajos sufrieron un retraso por un hurto y porque aún debe haber un desembolso de recursos.
“El contratista manifestó que se suspendió la obra por falta de materiales, y luego porque el Banco Agrario debe consignar el recurso para continuar el proyecto. Se espera que esto se pueda dar la próxima semana. De igual forma, lamentablemente el almacén y las oficinas fueron saqueados, quedándose el proyecto sin cerámica, equipos de soldadura y demás elementos menores”, expresaron desde la entidad.
Respecto a la calidad de las casas, indicaron que sí cumplen con todos los estándares requeridos.
“Son viviendas hechas bajo la modalidad de construcción en sitio propio, con rubros del Banco Agrario. Hasta el momento se han entregado y terminado cuatro viviendas. Están hechas en mampostería, con bloquelón ensamblados en perfiles sismorresistentes anclados a un cimiento. Estos son de 54 metros cuadrados con salón, tres alcobas, piso terminado en cerámica, un baño y cocina con mesón”, detallaron.
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