Al menos un cuarto del convento de La Popa y muchos barrios aledaños al cerro están en riesgo de recibir el derrumbe de una pesada piedra en el salto del Cabrón.
La situación es tan crítica que ayer, tras una reunión con el Consejo Distrital de Gestión del Riesgo, el alcalde Manolo Duque anunció prohibiciones y medidas adoptadas en atención a la amenaza, y aseguró que decretará cuanto antes la calamidad pública. (Lea aquí: Toman medidas drásticas para evitar derrumbe del cerro de La Popa)
El tránsito de vehículos en la zona vulnerable fue la primera restricción, puesto que “en la medida en que sigan subiendo vehículos de carga pesada, esa onda expansiva (...) las vibraciones afectan todo el cerro, y efectivamente han demostrado con imágenes que todo el cerro está quebrado”, aseguró Duque refiriéndose a la explicación dada por especialistas.
Señaló que la segunda medida va a ser desalojar los aljibes del claustro, porque los especialistas consideran perjudicial conservar esos depósitos de agua subterráneos habiendo amenaza de derrumbe y estando en vísperas de la temporada de lluvias. Asimismo se determinó levantar los adoquines con procesos manuales.
El mandatario local añadió que la prohibición del tránsito de peatones también quedaría en firme, a través de un decreto. “Turísticamente va a quedar anulado el cerro de La Popa. Se ha determinado la calamidad para tener la facilidad jurídica de tomar unos recursos e intervenir el cerro”.
Además, a las antenas de telecomunicaciones allí instaladas “se les va a hacer la inspección inicialmente para luego saber qué determinación se va a tomar, porque tenemos entendido que hay unas antenas que ya no están cumpliendo ninguna función y se van a desmontar”.
¿Y LA GENTE?
Personal de la Cruz Roja, la Defensa Civil y los Comités Barriales de Emergencias (Combas) socializarán la problemática con cada una de las personas asentadas en el cerro de La Popa, en los próximos días.
“Se va a comenzar a hablar con un lenguaje claro, diciendo que no se trata de (dar) casas nuevas, porque aquí se tomó la mala costumbre de que apenas se habla de censo piensan que es casa. Sencillamente es advertirles”, explicó el alcalde.
Destacó que con la Universidad de Cartagena “se va a contratar un monitoreo permanente de cómo se mueve el cerro de La Popa, porque efectivamente se ha demostrado que se está moviendo. Entonces con ese monitoreo permanente, me dicen los especialistas, que habrá unos semáforos amarillos, rojos, verdes, donde podemos ir interactuando con la gente para que estén pendientes de lo que está pasando realmente”.
EL PLAN
Para prevenir la amenaza de derrumbe, el ingeniero estructuralista Jorge Rocha Rodríguez se reunió ayer con el alcalde Manolo Duque y le presentó un plan de acción.
Según el experto, lo primero que se debe hacer es un estudio geológico para determinar las causas de la emergencia en el salto del Cabrón, luego un muro de contención para evitar la peligrosa caída, y por último evitar de manera tajante las invasiones y la tala de árboles.
Recordemos que en el cerro de La Popa, la última intervención se hizo bajo la administración de Judith Pinedo, quien tomó algunas medidas para controlar la erosión causada por las escorrentías, como instalar un sistema de barreras semiduras para quitarle velocidad al agua y para evitar que tomara contacto directo con la tierra de las cañadas de sus desagües, rematado por unas escaleras de cemento que servían para lo obvio, para peatones, pero también para llevar el agua de la escorrentía que venía de la cima a las calles encementadas de abajo, quitándole velocidad.
En agosto de 2016, la Oficina de Gestión del Riesgo Distrital informó que para estabilizar los sectores propensos a sufrir procesos de remoción en masa se estaba trabajando en un proyecto de construcción de muros de contención, con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Este sería presentado ante el Fondo Adaptación para que fuera priorizado este año, sin embargo, se conoció que no prosperó porque el Distrito decidió centrar esfuerzos en sacar adelante un macroproyecto en beneficio de La Popa, que existe desde el año 2010, y que hoy requiere ser actualizado para iniciar el jalonamiento de recursos.
SOBRE EL SALTO DEL CABRÓN
La leyenda cuenta que en La Popa habitaba el diablo en forma de cabra y que se hacía llamar Buziraco. El monje agustino, Fray Alonso de la Cruz Paredes, llegó a Cartagena para construir la iglesia y, juntó un grupo de hombres, subió al cerro, donde expulsó al demonio que se encontraba encarnado en ese momento en un macho cabrío llamado Urí, tirándolo por el acantilado y rompiéndole los huesos. Al parecer, lo que en realidad sucedió fue que el monje arrojó una estatua de oro del macho cabrío al mar, similar a la que está en el Museo Eclesiástico de Cartagena.
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