La ministra de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Beatriz Uribe, y otros funcionarios nacionales visitarán el destruido barrio San Francisco el martes próximo 16 de agosto.
María Rodríguez ronda los 60 años, ella vive tranquila con su hija, su yerno y sus cuatro nietos en un apartamento que tiene un solo cuarto, sala y cocina en una de las empinadas lomas de San Bernardo, sector del barrio La María.
“Esto fue lo que pudimos conseguir con los $200.000 que me entregó el Distrito, y gracias a Dios que fue cerca de San Francisco, el barrio donde nacieron y se criaron mis hijas”, dice la mujer.
Su casa, localizada en el sector Las Lomas de San Francisco, comenzó a agrietarse en noviembre del año pasado, pero hace tres semanas, después de un fuerte aguacero, se cayeron las paredes y el piso comenzó a levantarse. El barrio, según estudio de la Universidad de Cartagena, ha sido afectado por una falla geológica producida por la acumulación de agua, lo que ha ocasionado el desplome de unas 600 casas, entre esas la de María Rodríguez.
“A nosotros nos tocó salir corriendo y mi yerno consiguió esta casita, que aunque es más pequeña, no tiene ni una rajita y por eso dormimos apretados, pero tranquilos”, agrega la mujer encargada de cuidar a sus nietos.
Agrega que están tranquilos porque por lo menos tienen agua, energía y gas, servicios que suspendieron abruptamente por la falla geológica que afecta a San Francisco. “Además, aquí la tierra no tiembla”, resalta la mujer.
La casa que habitaban en San Francisco fue adquirida por su esposo en 1969, quien la pagó por cuotas al extinto Instituto de Crédito Territorial (ICT).
“Esa casa era grande, con tres cuartos, baño, cocina, patio y terraza. Nosotros esperamos que el Distrito nos siga entregando el subsidio de arriendo y más adelante nos reponga la casita”, expresa María Rodríguez.
OTRA HISTORIA
Al igual que María, otros damnificados de la parte alta de San Francisco han arrendado casas, apartamentos y hasta cuartos en este sector de La María, pero otras familias como la de Dannis Ramos debieron salir para Flor del Campo, urbanización localizada en las afueras de Cartagena, cerca del barrio El Pozón.
“Ya no aguantamos seguir aquí (en San Francisco) porque anoche se nos cayó una pared y parte del techo. Menos mal que estábamos en la terraza, porque quizá hubiéramos sido sepultados por el concreto y las láminas de eternit. Le doy gracias a Dios porque nos permitió salir de ésta con vida. Mi esposo Marcelino Padilla está muy nervioso y por eso debió ir a la clínica”, narró la angustiada mujer antes de salir hacia su nueva morada.
En Flor del Campo ella va a iniciar una nueva vida y a esperar que el Distrito les entregue su casa nueva.
“Yo le he pedido a los funcionarios que nos han apoyado en la mudanza, que tomen datos sobre el estado de mi casa para que cuando el Gobierno Nacional entregue el subsidio no me vayan a entregar una casita chiquitica en la Urbanización Ciudad del Bicentenario”, precisa la mujer.
Aunque tiene claro que el Distrito le va a pagar su vivienda, ella, como todos los vecinos que se han mudado, desclavó el techo, lavamanos, puertas y ventanas y cargó con ellas con la esperanza de volver a construir una casa parecida.
“Es doloroso dejar la casa así como así. A esta casita le fuimos metiendo (plata) poco a poco y logramos adecuarla para vivir con ciertas comodidades que no tendremos en Flor del Campo”, advierte la mujer con lágrimas en los ojos.
“LOS POBRES HUELEN FEO”
La tragedia que viven los habitantes de San Francisco tiene viviendo a muchas personas que han salido del barrio como verdaderos zombies. Neleida González, una ama de casa de 61 años, cuya casa se agrietó hace pocas semanas y comenzó a desbaratarse, se mudó hace seis días para una mejora en San José de Los Campanos, donde le cobraron $200 mil por el arriendo mensual.
“Yo me fui para allá lejos, pero todos los días amanezco en San Francisco porque hay algo que me atrae a este barrio. Aquí me siento a mirar la casa y a saludar a mis vecinos de toda la vida porque la verdad en San José no me siento bien. Yo creo que la gente se está volviendo loca porque es un cambio muy brusco. Nosotros no conocemos a nadie y el pobre cuando llega a un sitio huele a maluco, porque nadie se le acerca”, añade la mujer.
Neleida González pide que le den “una ayudita” porque todos los días debe venir al barrio a cuidar lo que quedó de su casa. “Es que yo tengo que estar acá porque si vienen a medir, uno tiene que responder como dueño. Yo sé que si me voy y me olvido de esto, entonces no me darán una casa”, señala.
Una vecina de Neleida señala que tiene dos semanas de estar buscando una vivienda para salir de su destartalada casa, pero cuando se enteran de que es de San Francisco, se la niegan. Muchos dicen sentirse estigmatizados, por eso el Distrito los apoya en la búsqueda de un sitio para arrendar.
TRAGEDIA ANUNCIADA
Leonardo Guerrero Marrugo, líder de San Francisco que debió mudarse para el barrio 7 de Agosto hace poco tiempo por las mismas causas, dice que el problema del terreno que afecta a su barrio viene desde hace mucho tiempo.
“La culpa es del extinto Instituto de Crédito Territorial (ICT) que rellenó con basura y barro el pedazo de tierra donde se levantó el barrio. No hicieron estudios de suelo ni nada. Sólo vendieron los lotes y construyeron casas, sin tener en cuenta a la gente”, manifiesta.
El dirigente recuerda que en 1998 se cayó una casa y se agrietaron otras después de un fuerte invierno. “Entonces el alcalde de la época, Nicolás Curi, determinó, basado en un estudio que hizo Ingeominas, que debían desocupar el barrio, pero nadie lo hizo y la gente siguió allí”.
“Ésta es una tragedia la que vivimos. Ojalá que el Gobierno responda y nos entregue a cada familia su vivienda. Aquí la gente no tiene la culpa, es el Gobierno”, expresa.
VIENE LA MINISTRA
La gente en San Francisco está muy preocupada por la gravedad de la situación y quienes antes se rehusaban a salir de sus casas agrietadas, ahora buscan afanosamente un sitio para mudarse.
Todos los días se habla de un deslizamiento y del crecimiento de las grietas que poco a poco se han tragado literalmente casas, calles y parques del barrio.
Líderes como Émerson de Arco, quien hace parte de los comités que trabajan con funcionarios del Distrito en la búsqueda de una solución al problema que afecta al barrio, informaban ayer que la ministra de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Beatriz Uribe, y otros funcionarios nacionales visitarán el barrio el martes próximo, 16 de agosto, para darles una solución.
“Todos los damnificados deben estar aquí para que escuchen la propuesta del Gobierno”, señala el líder.
La alcaldesa de Cartagena, Judith Pinedo, ha advertido que todos los damnificados tendrán una casa.
“Aquí estamos con funcionarios de la Secretaría del Interior y de otras dependencias del Distrito haciendo frente a la tragedia, ayudando a la gente. Tenemos camiones disponibles y personal dispuesto a colaborar. El Gobierno Nacional se ha comprometido con los habitantes de San Francisco y confiamos en entregarles su casa”, indica Pinedo.
En la zona de San Francisco quedan unas 350 familias que viven en unas 175 casas en deplorable estado.
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