Andrea* vivió la peor noche de toda su corta vida en septiembre de 2017, luego de abordar, a las 8 de la noche, una motocicleta en Santa Rita para dirigirse a su casa. En el camino el conductor se desvió por La Perimetral y entrando a una calle la atacó. Al parecer, el sujeto le preguntó si llevaba dinero en efectivo o un celular en el bolso, pero solo tenía 10 mil pesos. El mototaxista sacó una navaja, la amenazó y la obligó a que se bajara el pantalón. Ocurrió lo peor, abusó de esta niña de 15 años. No gritó, nadie se percató del delito hasta que ella salió llorando de la oscura calle. La atendieron en un CAP y las autoridades adelantaron las investigaciones, pero no se conoció algo más al respecto. Al día siguiente, la Mesa de Víctimas protestó en el CAI de Santa Rita por el caso.
Casi seis horas después, hubo otro delito sexual en el corregimiento de Bayunca. Una mujer de 21 años regresaba de un establecimiento, se bajó de la mototaxi en la que iba antes de llegar a su casa, pues el conductor le dijo que no podía entrar porque la calle estaba muy dañada. Al subir las escaleras hacia su apartamento, un sujeto la jaló y con cuchillo en mano la llevó a un callejón, donde la violó. En medio de su dolor y sus gritos, allegados la llevaron al CAP del corregimiento. En la mañana fueron hasta Medicina Legal para denunciar el caso, pues la víctima reconoció a su agresor.
Estos son solo dos de los 514 casos por delitos sexuales registrados por el Instituto de Medicina Legal en Cartagena en el 2017 y presentados en el informe de Calidad de Vida de Cartagena Cómo Vamos. Es una cantidad alarmante si se compara con el promedio de los últimos 10 años (435), es decir 79 denuncias más. Incluso fueron 10 más que en el 2016 y 51 más que en el 2015.
El primer caso es uno de los 460 presuntos delitos sexuales a menores de 0 a 17 años registrados en el 2017, el rango de edad con la tasa más alta de los delitos sexuales: 209 por cada 100 mil niños, niñas y adolescentes. Aunque esta tasa disminuyó con respecto al año anterior (2016), desde 2011 son las mayores estadísticas de víctimas de estos delincuentes sexuales.
Si a esto se le suma que en el 69 % de los casos los victimarios son conocidos o familiares y que el 85 % de las víctimas son mujeres, el trabajo de prevención con esta población debe ser mayor.
Aunque el informe presenta en cuánto aumentaron los delitos sexuales en la ciudad, quiénes son las víctimas, en qué tipo de escenario sucede y quiénes son los victimarios, no específica qué tipo de delitos sexuales se denuncian más en la ciudad. En la Ley 1236 de 2008 se tipifican 10 delitos sexuales distintos.
Es uno de los índices más graves de inseguridad en Cartagena, sumado al aumento de homicidios.
En las viviendas
En 384 ocasiones, es decir el 74 % de los casos, los delitos sexuales sucedieron en las viviendas y solo en un 6 % en la vía o espacio público. Los menores de 6 a 11 años también son víctimas de delitos sexuales en Cartagena. En el 2017 la tasa en este rango de edad fue de 155,9 casos por 100 mil niños y niñas, mientras que en el 2016 fue de 120,2, es decir aumentó 35,7.
Además, en el 69 % de los casos, los victimarios son conocidos o familiares. Los 514 delitos sexuales en Cartagena dan como resultado, según el Cosed, una tasa de 50,1 delitos sexuales por cada 100 mil habitantes con una población estimada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) en Cartagena de 1.025.086 habitantes.
En cuanto a violencia intrafamiliar, el 70 % de los registros en el 2017 respondieron a maltrato entre parejas, con 1.015 casos. El 93 % de las víctimas de maltrato intrafamiliar fueron mujeres, en los últimos 10 años.
Aumentaron los homicidios
En 2017 los homicidios aumentaron 6 % con respecto al 2016, equivalentes a 14 asesinatos más. La intolerancia y las riñas interpersonales siguen cobrando la vida de los jóvenes en la ciudad, pues aumentaron en 19 casos de un año a otro. En 2017 fueron 132 homicidios por violencia interpersonal; en 2016, 113; en 2015, 115; y en 2014, 130.
Los barrios con más muertes por asesinatos fueron Olaya Herrera (96); El Pozón (19); La Esperanza (13); y Nelson Mandela (12). Si se tiene en cuenta la demografía de La Esperanza, un barrio más pequeño que El Pozón y Nelson Mandela, preocupa que con una menor población tenga casi igual número de casos.
El domingo sigue siendo el día más violento, con 564 hechos ocurridos en 10 años, seguido del lunes con 453. El 68,5 % (1.672) de las muertes violentas desde 2008 han ocurrido en espacio público o vía pública. De 6 p. m. a 12 a. m. son las horas más violentas, ocurriendo el 35 % de los homicidios.
Las armas blancas y de fuego son las más usadas en los asesinatos, y los hombres entre los 15 a 34 años son las principales víctimas.
En el 2017, de los 108 muertos por riña común, 24 obedecieron a pandillas. Sin embargo y según la encuesta, estas disminuyeron en el 2017 con respecto al año anterior en un 40 %. Pasaron de 55 en el 2016, a 34 en el 2017. Esta reducción de 21 se debió a una depuración y confirmación de la Policía de la existencia o no existencia de pandillas, entonces, cuatro grupos no existían y 17 se desarticularon.
Para los 20 barrios afectados por las pandillas, hay 20 cuadrantes para 613 integrantes de estos grupos en promedio.
La violencia interpersonal viene en alarmante aumento desde hace una década y sigue siendo la de mayor proporción con respecto a los demás homicidios. En 2017, casi 4,5 de cada 10 homicidios fueron cometidos por problemas de convivencia ciudadana.
Diciembre de 2017 fue el más sangriento, con 36 homicidios, siendo la mayor cantidad en un mes desde que el Cosed le hace seguimiento a este tipo de delitos.
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