Los cartageneros tienen serios problemas para adquirir una vivienda propia. Así lo reveló la más reciente entrega de Cartagena Cómo Vamos (CCV), que realizó una encuesta de percepción ciudadana en la que solo el 42% de los encuestados indicó que cuenta con vivienda propia.
Entre los resultados obtenidos se explica que la principal razón para no tener vivienda propia, con un 33%, es no contar con recursos monetarios fijos para pagar cuotas mensuales. Entretanto, el 30% de los encuestados dijo que no ha podido acceder a un subsidio, mientras que el 21% respondió que no tiene el dinero para pagar una cuota inicial.
Otro aspecto importante del informe es que el 51% de los ciudadanos está satisfecho con la calidad de la casa donde vive, sea propia o arrendada, mientras que el 24% se siente insatisfecho. Los más contentos con sus hogares son los habitantes de los estratos 5-6 (82%).
¿Y sobre el barrio?
A pesar de que la mitad de los encuestados dice sentirse bien con su casa, el entorno no es del agrado de muchos, pues solo el 38% manifestó sentirse a gusto con su vecindario. De hecho, el 31% expresó su inconformidad con la zona donde vive, especialmente quienes están en el estrato 1 y 2. Como dato increíble, apenas el 51% de los encuestados pertenecientes a los estratos altos 5-6 dijo estar contento con su barrio.
Cartagena Cómo Vamos encontró que una de las principales quejas de los habitantes es la carencia de espacios públicos o zonas verdes en sus comunidades, y esa es una premisa generalizada en todos los sectores socioeconómicos, pues el 73% de los cartageneros en las tres localidades respondió que está insatisfecho por ese contexto.
Cartagena Cómo Vamos
Otro componente importante del documento analiza el comportamiento ciudadano. Este arrojó que los cartageneros encuestados no confían en las medidas de bioseguridad que toma su prójimo, pues el 59% piensa que los demás no se cuidan del COVID-19 y andan a su libre albedrío en calles y espacios comunes.
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“La mayoría de los encuestados en Cartagena considera que el comportamiento de los habitantes de la ciudad no es bueno, pues con poca frecuencia cumplen las nuevas normas de comportamiento dictadas por la pandemia, no respetan las poblaciones vulnerables e incluso no se respetan las normas de convivencia”, dice CCV.
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Finalmente, las encuestas revelaron una baja participación de las personas en los espacios donde se toman las decisiones, ya que la mayoría no se vincula activamente con organizaciones, grupos o redes de apoyo comunitario.
“El sesenta por ciento no pertenece a ninguna estructura de regulación comunitaria, apenas el once por ciento dijo estar o haber estado ligado a las Juntas de Acción Comunal; los niveles de participación ciudadana son bajos”, concluyó el informe.
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