Cartagena


“El Distrito nos ha vacilado mucho”, dicen en Villa Rubia

Esta urbanización lleva más de 30 años inundándose por culpa de un canal que debe ser ampliado. Su vía principal está hecha un desastre, pero nunca hay dinero para esos proyectos.

Lo único que esperan de la nueva administración distrital los habitantes de la urbanización Villa Rubia, es que por fin los liberen de las inundaciones que, cada año, alcanzan el metro con treinta centímetros.

Así lo recuerda Jesús De Janón Jurado, presidente de la Junta de Acción Comunal, quien agrega que cuando se precipita un fuerte aguacero las aguas no solo invaden las calles y las terrazas, sino que también logran que se rebosen las redes del alcantarillado y los inodoros, de manera que en las viviendas la gente lucha contra dos aguas: las pluviales y las servidas.

La urbanización fue construida hace 35 años, y en el momento en que comenzó a ser poblada no se visualizó que un canal de aguas pluviales, que los constructores trazaron entre Villa Rubia y el barrio La Consolata, con el tiempo se convertiría en el calvario de estos residentes de la zona suroccidental de Cartagena.

Precisamente, De Janón manifiesta que en un comienzo el canal funcionaba sin contratiempos, puesto que eran pocos los barrios que arrojaban sus aguas lluvias al conducto, pero con la enorme urbanización de las colinas los volúmenes de agua cada vez son más grandes, como tan angosta es la cuneta.

“La solución más expedita –considera la dirigencia comunal-- es la ampliación del canal, proyecto que el Distrito aprobó en 2018, cuando el alcalde de Cartagena era Manolo Duque, momento en el que hasta se hicieron los diseños y se habló de la compra de predios, ya fuera en Villa Rubia o en La Consolata”.

La ampliación, según el proyecto que celosamente guarda la Junta de Acción Comunal, consiste en ampliar el canal dos metros más con sus respectivos andenes de ambos lados, modificaciones con las cuales se conducirían correctamente las aguas de barrios como El Nazareno, María Cano, El Educador, El Rosedal y Nueva Delhi, entre otros conglomerados que suman unos quince y que afectan a unas 200 casas en Villa Rubia.

“Después de que se presentaron los problemas con la administración de Manolo, y de la interinidad que sobrevino, los siguientes alcaldes no se interesaron en solucionar el problema. Lo primero que tenían que hacer era comprar cinco predios, pero lo único que nos decían era que teníamos que esperar, porque no había plata. Y hasta ahí”, comentó uno de los afectados.

Mientras tanto, los residentes de Villa Rubia han aprendido a defenderse de las inundaciones elevando los muros de sus terrazas, bombeando los inodoros y sacando sus vehículos hacia otros lugares donde puedan parquearlos sin problemas, ya que las corrientes son tan feroces que hasta podrían arrastrar un bus con todo y pasajeros, según se dice.

Otra de las damnificadas con los aguaceros y las inundaciones viene a ser la carrera 78b, la vía principal de Villa Rubia, cuyas placas están rotas en la mayoría de su trayecto, hasta el punto de que a veces los taxistas se niegan a ingresar al barrio, sobre todo de noche, por no exponer sus vehículos a los rústicos baches.

“Esta vía –relata Jesús De Janón-- estamos tratando de arreglarla desde hace como unos 16 años. Ya sabemos que está priorizada entre los proyectos de la Secretaría de Infraestructura del Distrito, pero la excusa es la misma de las obras del canal: no hay plata”.

La calle mide 400 metros y se necesitan unos dos mil millones de pesos para reconstruirla, “pero han sido tan infructuosas nuestras peticiones, que estamos pensando en organizar un bloqueo vial en el semáforo de la intersección de La Consolata y El Socorro, para ver si por fin nos prestan atención, porque ya nos están vacilando mucho”.

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