Por María Camila Lhoeste
Desiré tiene 19 años y es de Maracaibo, Venezuela, en un intento por cruzar trocha hacia Colombia fue violada por varios hombres y hoy tiene un hijo de 4 meses. El día que nació su hijo Martín le negaron la atención en el primer hospital al que fue porque “no atendían venezolanos”, y tuvo que irse con dolores de parto hasta otra clínica.
Aunque la Sentencia T-705 de 2017 de la Corte Constitucional reitera que los servicios de salud se deben prestar sin importar la situación migratoria de las personas, Desiré nunca tuvo controles prenatales debido a que le recomendaron no ir a un centro de salud porque podría ser deportada.
Como Desiré hay 454.884 mujeres migrantes que están en Colombia tras la crisis humanitaria de Venezuela. Estas mujeres son más vulnerables al maltrato en comparación con los hombres porque están expuestas a ser víctimas de trata de blancas, explotación sexual comercial o tráfico.
Tan solo en 2018, el 30% de las víctimas de trata en Bogotá fueron mujeres y niñas migrantes venezolanas, esto, según cifras del Comité Distrital de Bogotá.
Noelkis Velázquez es venezolana, contadora pública y estilista. Cuando llegó a Cartagena trabajó como vendedora de fritos por 15 mil pesos al día. Se sentía explotada, ella dice que “hacía de todo, incluso mandados personales de mis jefes, pero si no había buena venta me querían pagar 12 mil”.
Los cambios que trae una migración crecían con las diferentes barreras que Noelkis encontraba en la ciudad. Sin familia y un trabajo que no era bien remunerado, debió soportar durante un mes la explotación laboral. Ante la primera oportunidad cambió de trabajo y comenzó a construir su nueva vida. Hoy en día hace parte de ‘Un Solo Pueblo’, una fundación que promueve el servicio social a los venezolanos en Cartagena.
Alvaro Vega, líder de esta fundación, sostiene que trabajan de manera articulada con el Ministerio de Trabajo en un programa de selección y colocación de profesionales en empleos formales. También tienen un programa de empleadas domésticas como una respuesta de la protección y promoción de los derechos laborales para las migrantes venezolanas.
Por otra parte, la Oficina de la Mujer, en compañía de la junta de acción comunal y líderes del corregimiento de Bayunca, adelantan actividades de formación en derechos humanos con mujeres migrantes que ejercen la prostitución en ese corregimiento.
“Estas mujeres han sido víctimas de violencia de pareja y se les ha brindado acompañamiento psicosocial y jurídico para la orientación efectiva y la atención oportuna de cada caso”, sostiene Carolina León, coordinadora de la Oficina de la Mujer.
En Bolívar hay 36.348 inmigrantes venezolanos, el 3.09% del total de esta población en Colombia. Aunque no hay una cifra oficial de cuántas son del género femenino, según ONU Mujeres, en América Latina y el Caribe el 53% de la población migrante son mujeres.
Comentarios ()