“En la calle estábamos mejor”

Los vendedores que fueron reubicados en el edificio Nueva Colombia dicen sentirse igual que las personas que viven en una zona de alto riesgo, a punto de terminar con sus viviendas derrumbadas, en este caso sus locales.
Son alrededor de 160 negocios que fueron ubicados en la edificación, en el sector La Matuna del Centro, la cual, dicen los comerciantes, nunca ha contado con un mantenimiento.
Braulio Tovar, relojero que lleva 2 años dentro del edificio Nueva Colombia, indicó que la situación ha empeorado.
“Los daños siempre han estado aquí, nosotros cometimos el error de meternos aquí con el edificio así”, aseguró el relojero.
Según él, las lámparas son las mismas desde que allí quedaban las instalaciones de la Fiscalía, nunca las han cambiado y la mayoría no sirven.
Pero lo más evidente es el terrible estado en el que está el techo del segundo y tercer piso del edificio. Muchas de las láminas ya no existen y las otras están humedecidas, e incluso algunos de los comerciantes tienen goteras constantes cayendo en sus negocios.
De 7 de la mañana a 7 de la noche, tiempo en el que estos comerciantes trabajan, el temor se apodera de ellos.
“Estamos cansados de reclamar al Distrito que más nunca ha tenido que ver con nosotros”, dijo Rubén Lambis, comerciante.
“Siempre pensamos que este sería un proyecto eficaz y resulta que en la calle estábamos mejor”, comentó Braulio Tovar.
Tal ha sido la desesperación de los comerciantes reubicados que algunos, dicen sus colegas, han decidido volver a la calle.
Peligro eléctrico
El Universal hizo un recorrido por la edificación y los comerciantes mostraron el estado de las instalaciones eléctricas. Los vendedores aseguran que los tubos por donde van los cables se mantienen calientes y que la planta donde están las instalaciones ha tenido 5 pequeños incendios.
“De nuestro bolsillo hemos tenido que sacar para meter un nuevo cableado”, indicó Tovar.
El relojero agregó que preocupados por la situación, solicitaron al Cuerpo de Bomberos una revisión de la edificación.
“Los bomberos aseguraron que esto era una bomba de tiempo”, explicó el comerciante.
“COMPROMISO DE PARTE Y PARTE”
Adelfo Doria, gerente de la Oficina de Espacio Público, aseguró que desde un principio se estableció un trato con los vendedores de que serían ellos quienes asumirían la administración del edificio y que entre todos debían pagar los servicios públicos.
El funcionario distrital explicó que los comerciantes del Nueva Colombia están organizados en una junta administradora que debería cobrar una cuota a cada local para el mantenimiento de la edificación.
“El Distrito hace 2 años viene colaborando con el tema de servicios públicos, pero ya ocuparnos de la administración nos queda difícil”, expresó Doria.
“Debe haber compromiso de parte y parte. El Distrito cumplió con ubicarlos ahí (...) Invito a la junta administradora a que administre su edificio”, agregó el gerente de Espacio Público, quien dice que la formalización para estos comerciantes implicaba asumir esas nuevas responsabilidades.
El funcionario aceptó que están en mora con un compromiso pactado por el alcalde Campo Elías Terán Dix, que es la climatización del edificio, “pero ellos también tienen que preocuparse por cumplir los compromisos que tienen con la ciudad”, ya que, según Doria, este fue un proceso de reubicación que le costó mucho a Cartagena. 
OPINIONES
Braulio Tovar
Relojero
“Espacio Público se comprometió a meternos aquí en buenas condiciones, pero la realidad es que estamos muy mal”.
René Campo
Taller
“El agua que cae encima de mi negocio no me deja trabajar. Sentimos mucho miedo por nuestra seguridad”.
José Barrios
Zapatero
“En ningún momento hemos estado conformes, no nos han cumplido nada”.