luego de que la Contraloría General de la República emitiera una opinión negativa sobre los estados financieros de la Refinería de Cartagena en la vigencia 2017, por considerar que la empresa no presentó razonablemente todos los aspectos importantes y los resultados de las operaciones; Reficar manifestó a través de un comunicado que “los estados financieros correspondientes al periodo terminado el 31 de diciembre pasado se prepararon de conformidad con las normas de contabilidad y de información financiera aceptadas en Colombia”.
La Refinería resaltó que estos estados financieros fueron revisados y auditados por la firma Ernst and Young, revisores fiscales de Reficar, que emitió una opinión sin salvedades ni limitaciones, razón por la cual refleja razonablemente la situación financiera, los resultados de las operaciones y los flujos de efectivo de la compañía.
Pidieron revisión
El pasado 22 de junio, Reficar elevó una solicitud de revisión al informe final de dicha auditoría ante el contralor General de la República, Edgardo Maya Villazón, la última instancia dentro del ente de control, con el propósito de que se reconsideren los argumentos entregados por la compañía durante la auditoría financiera y se dejara sin efecto la opinión negativa sobre los estados financieros.
Lo que dice la Contraloría
Según la Contraloría, la auditoría determinó que no fueron efectivas las actividades desarrolladas por Reficar para dar cumplimiento a las acciones de mejora propuestas, tendientes a contrarrestar las causas de los hallazgos de vigencias anteriores, por lo que glosó la cifra de 48 mil millones de pesos que la empresa presentó como utilidad.
El ente concluyó que al cierre del ejercicio de 2017 continúa presentando incorrecciones materiales en las cuentas de propiedad, planta y equipo, derivadas de la sobreestimación del valor de los activos durante la ejecución del proyecto de modernización en una cuantía cercana a los 2,9 billones de pesos.
Por último, preció que en el cálculo del impairment (prueba del deterioro de los activos), “se evidencia un posible sesgo de la dirección de la empresa, entendido como falta de neutralidad en la preparación de la información”.
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