Amaury* duerme debajo de un árbol en una de las calles del Centro Histórico. En su rostro se nota el cansancio, la preocupación y el temor que siente al pensar que en algún momento su vida tendrá fin y será de la peor manera.
Este joven, oriundo de San Pablo, sur de Bolívar, lleva un mes en Cartagena y asegura que desde que llegó no hace más que buscar ayuda en la Procuraduría, Personería, Defensoría del Pueblo y Unidad de Víctimas, pero hasta ahora no ha obtenido respuesta alguna para poder tener una vida tranquila.
Amaury es desmovilizado de un grupo al margen de la ley, pero, según dice, desde los 16 años, cuando se entregó a las autoridades y dio toda la información que tenía, su vida se ha resumido en dos palabras: enredarse y esconderse.
“Yo no puedo estar tranquilo, a mí me quieren matar y yo ando buscando la ayuda que me corresponde, pero nada. Para colmo los papeles que me dieron tienen las fechas equivocadas y eso lo que hace es perjudicarme, ya que no coincide con la declaración que yo di y por eso no estoy a salvo”, indicó con firmeza, pero con temor de que las personas que están al rededor puedan escuchar su historia y, tal vez, avisarle a los que lo buscan en dónde está.
El reclutamiento
Amaury cuenta que a los 8 años fue reclutado por las Autodefensas del Bloque Central Bolívar del Magdalena Medio. Recuerda que estaba en la calle jugando con sus amigos, cuando llegaron varios hombres armados y se los llevaron a todos. No tuvo tiempo de nada, ni siquiera de despedirse de su madre.
Estando dentro de aquel grupo al margen de la ley, conoció a muchos de los líderes, muchas rutas por donde enviaban la droga, manejó armas y demás, pero con el paso del tiempo se fue cansando de aquella vida y en su mente solo estaba escapar.
“Nos reunimos unos 5 o 6 compañeros y tomamos la decisión de huir, de escapar y eso fue lo que hicimos. Estando lejos de las Autodefensas, llegamos donde la policía en Bucaramanga, quienes escucharon todo lo que yo tenía por decir y después me mandaron para mi casa”, recuerda.
La muerte tocó a su puerta
Según cuenta, luego de varios días en casa con su madre y una sobrina, que es como su hija, llegó un hombre asegurando que lo habían mandado a matarlo, pero como veía que era un muchacho, lo que hizo fue dejarlo ir. Esto pasó en el 2013.
“El matón me dijo que la Policía le había revelado a quien era mi comandante en las Autodefensas que yo había dicho todo y como a él lo capturaron, mandó a que me mataran, pero el hombre tuvo compasión y lo que hizo fue darme plata para que huyera”, enfatiza el joven, quien decidió ir a Bucaramanga y al estar deambulando en las calles, el Bienestar Familiar lo acogió.
“Estuve unos tres meses en el Bienestar Familiar y después salí. Me tocó estar en la calle un tiempo, pero después decidí regresar a mi casa en San Pablo”, expresó con dolor. Cuenta que vivir en las calles no es nada alentador y menos si no tiene a su familia cerca.
En el 2014, Amaury tomó la decisión de viajar a Cartagena, pues se dio cuenta que en su tierra corría peligro. Por ello, al llegar al Corralito de Piedra lo primero que hizo fue buscar un abogado para recibir orientación, pero lo que consiguió fue que lo mandaran a un centro de reclusión de drogadictos.
“Yo nunca entendí por qué me mandó a ese sitio, pues yo no tenía nada que ver con eso, solo buscaba que me ayudaran para tener un mejor futuro y dejar de estar escondiéndome”, indicó.
Según contó, el sitio donde estaba internado cerró tres meses después de su llegada, por lo que tuvo que volver a las calles de la ciudad a vivir de lo que la gente le quisiera dar.
En el 2015, volvió a su natal San Pablo, pues extrañaba a su familia.
“Cuando llegué, comencé a trabajar como minero, me ganaba unos 600 o 700 mil pesos cada 2 o 3 días. Me estaba yendo muy bien, ya vivía con mi mujer y mi mamá. Pero me tocó dejar todo nuevamente, pues se metió la guerrilla y quemó todo porque no queríamos pagar vacuna”, expresó con tristeza.
Amaury asegura que ahora que está en Cartagena ha pasado varios días sin comer, pues no tiene trabajo y le ha tocado vivir de la caridad.
Respuesta
La directora de la Unidad de Víctimas, Miledy Galeano, manifestó respecto al caso de Amaury que “esta persona ya había hecho varias declaraciones, pero como aparecía en el registro de su madre y bajo el cuidado de ella, por eso no aparecía como persona independiente. Ya él está en el proceso donde debe cambiar de registro civil a cédula y debe dirigirse a las oficinas que están frente a La Castellana, donde un orientador atenderá su caso para ver en qué condición se encuentra”. Por su parte, Amaury también debe acercarse a las oficinas de la Agencia para la Reincorporación y la Reintegración para que lo ayuden en su condición de desmovilizado.
* Nombre cambiado a petición del entrevistado
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