El pedraplén de Playetas, en Barú, fue una solución de movilidad para la zona insular, pero también una cura anticipada para la situación ecológica que emergía en este área, ya que la isla de Barú estaba a punto de romperse y unirse con el mar Caribe a través de la ciénaga del Mohán, lo que habría causado una catástrofe ambiental.
Han pasado pocos días desde que la Gobernación, a través del Consorcio Vial Isla de Barú, entregó la primera fase de este pedraplén que a su vez actúa como vía y malecón, pero ahora está en manos del Distrito que la fase restante de esta megaobra se finalice según sus diseños, la cual se estima que cuesta 25 mil millones de pesos más.
Mientras esto ocurre, la subbase de un pequeño tramo en la orilla del pedraplén se erosiona por el oleaje de verano, por lo que es prioritario hacer una protección en esta área, que asumirá próximamente la Gobernación con una inversión cercana a los mil millones de pesos para ampliar el pedraplén con un malecón de cinco metros de ancho por unos cien metros de largo en donde más golpea el mar. El pedraplén, sin embargo, está hecho para resistir el mar, si bien su orilla desprotegida puede sufrir alguna erosión en la capa de rodamiento.
“Para la segunda fase de este proyecto, aprobada por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), se requieren unos recursos adicionales que le corresponderían al Distrito, ya que ese malecón hay que elevarlo 70 centímetros más en piedra y luego 1,20 metros más para hacer el pavimento a lo alto; es decir, serían más de dos metros por encima del pedraplén de hoy.
Además, en la parte alta hay que hacerle 12 metros de ancho con una calzada en concreto de casi 8 metros de ancho, más dos metros entre ambos andenes, para un total de 10 metros de ancho en concreto”, explicó el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay.
Efraín Amín, gerente del Consorcio Vial Isla de Barú, le explicó a este medio, y luego nos lo corroboró el gobernador Turbay, que al proyecto le hacen falta algunos otros componentes que financiará el Departamento, tal como el cerramiento de protección a todo lo largo del pedraplén, que es una malla que irá entre el mangle y la vía, para proteger este corredor de tres metros de ancho donde irán las tuberías con los servicios públicos de energía, gas y agua potable. Puntualizó que se está esperando una decisión de Parques Naturales para colocar una arena especial de cantera en donde había un espejo de agua entre el mangle y el pedraplén.
Amín también corroboró que “Hay una curva natural en el malecón frente al espacio donde se tenía mayor riesgo de que se rompiera la isla de Barú, a la altura de la ciénaga del Mohán. Allí se da un choque de corrientes que con la subida de la marea y con el oleaje del verano golpea en unos 80 a 100 metros en la orilla del pedraplén.
“Esto no va a generar ningún riesgo, pero como hay una subbase para que haya tráfico vehicular, la empieza a deteriorar en esa orilla.
Esas obras del malecón de protección cuestan cerca de mil millones de pesos”, dijo.
También se está haciendo una limpieza del fondo marino en 10 metros de ancho a todo lo largo del pedraplén ara que los trabajos de ampliación finales se ejecuten sin afectar especies marinas.
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