Cartagena


Habitantes de la calle viven su idilio bajo un puente

JOSÉ LUIS DONADO R.

15 de octubre de 2015 01:13 PM

Son las 9:45 de la mañana, frente al CAI de Ceballos hay un pequeño puente, por donde pasa el canal del barrio Nuevo Bosque, el cual en su interior está cubierto de plásticos y a las afueras tiene ropa guindando. Una casa que quizás sea la más diferente y particular de Cartagena, en ese lugar vive una pareja: Juliana Matos De Los Reyes y Juan David Castellar Montes, ella de 22 años y el de 24. Por esas cosas de la vida hoy son habitantes de la calle.

Juliana asegura que nació en Cartagena, en el barrio El Pozón donde vivía con su madre. “Mi mamá vive en el barrio El Pozón, yo estoy aquí porque no tengo donde estar, yo fui desobediente con mis padres”,  asegura la mujer vestida de camiseta azul, pulseras y collares, demostrando su sensibilidad femenina de pies a cabeza.

Juan, por su parte, asegura que nació en Marialabaja pero que creció junto a su mamá en el municipio de Arjona.

“Tú sabes que cuando uno crece toma sus decisiones, yo desde los ocho años consumo droga y ahora lo que quiero es una casa para vivir con ella porque la quiero bastante”, asegura el hombre, descamisado y con los ojos hinchados, pues al momento de la entrevista acababa de despertarse.

EL DÍA QUE SE CONOCIERON
Juan y Juliana se besan, se abrazan, una y otra vez. Aseguran que se conocieron luego de una pelea entre ambos hace cuatro años aproximadamente, pero según ellos el amor hizo lo suyo.

“Yo recuerdo que ese día yo estaba consumiendo droga, de un momento a otro empezamos a discutir, pero después pasaron los días y no sé qué me pasó con ella, me quedó gustando, me gustaba mucho, al comienzo fue difícil porque ella no me prestaba atención, empecé a regarle pulseritas, collares y vainas que me encontraba en la calle y la logré conquistar”, asegura Juan David, completamente sonriente.

SU PRIMER RETOÑO
Y es que el amor entre Juan y Juliana ya tiene sus frutos, una niña de un año que según ellos vive con la mamá de la mujer en el barrio El Pozón.

“Ella quiere que yo le dé su casa, pero primero tenemos que dejar la droga, la familia que yo tengo ahora mismo, son mi hija, ella y yo, no tengo a más nadie, la gente con la que crecí tengo años que no los veo y ellos no se han preocupado por mí, ni yo por ellos ”, manifiesta aquel hombre enamorado que en ningún momento se separa de los brazos de su prometida. Ambos se encuentran acostados en un colchón que según Juan David, lo compró en un basurero por mil pesos.

El anillo que simboliza el compromiso entre Juliana y Juan David.

EL MATRIMONIO
Lo particular de esta pareja es que ya tiene su propio símbolo de compromiso, están seguros de que se van a casar por la iglesia. “Yo me quiero casar con ella, yo le regalé un anillo por lo mismo”, dice Juan, mientras Juliana muestra orgullosa un anillo de color rosado en forma flor, ante el reportero gráfico de Q’hubo.

Las condiciones en que viven evidentemente no son las mejores; sin embargo como cualquier casa, tienen una cama, un teléfono, tiene su termo para consumir agua potable, una pequeña lata donde hacen los alimentos y un montón de ropa sobre unas tablas.
Lo más deplorable es el piso que tiene su particular recinto, todo el tiempo están pisando el agua contaminada que pasa por el caño del Nuevo Bosque; sin embargo parece importarles poco.

“Yo le digo a ella que no se meta en esa agua, que eso es pura mierda, pero ella no me para bola, ella está brotada en los pies”, manifiesta Juan.

SUS SUEÑOS 
La pareja asegura que quiere salir del lamentable estado en que viven, pero son conscientes que lo primero que tienen que hacer es salir del consumo de estupefacientes, razón por la cual piden ayuda.

“Yo quiero estudiar administración de empresas, yo estudié hasta octavo de bachillerato y quiero enseñarle a Juan para que aprenda a leer y a escribir porque él no sabe. Todo el tiempo le estoy diciendo que ahorre para poder alquilar una pieza, él a veces no me hace caso”, asegura Juliana.

Juan dice que además de querer salir de la adicción a la droga, desea trabajar en cualquier cosa.

“Yo con un trabajito no estuviera aquí, por lo menos tendría para la pieza, yo me le  mido a lo que sea, hago lo que sea por mi familia”, sostiene el joven.

LA FIDELIDAD Bajo este puente viven Juliana y Juan David.
Juan David asegura que todo el tiempo es fiel a su mujer, a pesar de que ella a veces suele ser celosa. “Eso me pasa celando a cada rato, yo le digo que esté  tranquila, yo soy solo de ella, no tengo ojos para más nadie, ella tiene que entender que tenemos nuestra familia y yo quiero luchar por ella”.

Juan añade que Juliana tiene sus admiradores y lo pone de mal genio cuando se le meten en el caño. “Aquí se han metido varias veces queriendo tener algo con ella, yo no los dejo, los saco enseguida, ella me respeta mucho y por eso la quiero”.

LA RUTINA DIARIA
Según lo que manifiestan los novios, un día normal viviendo en el caño transcurre con Juan David pidiendo limosnas y buscando comida por cualquier lugar. Juliana por su parte se queda cocinando y arreglando las cosas que tienen en su peculiar casa.

“Yo me levanto en la mañana y lo primero que hago es buscar el desayuno como sea, le pido a la gente, busco por todos los lados y se lo traigo a mi mujer, a veces consigo arroz y lo cocinamos en una latica que tenemos”

VIVIR EN UN CAÑO
Ambos coinciden en que no les gustaría vivir en en donde están pero también afirman que para ellos no es incómodo.

“Llevamos un año viviendo aquí, no sufrimos de calor porque todo el tiempo está entrando la brisa, cuando llueve toca recoger todo, a veces se me pierden una que otra cosa pero no me importa”, asegura la joven mujer.

Juliana además de la niña que tuvo con Juan, asegura que fue madre a los 14, cuando dio a luz a su primera niña que vive con otro familiar. “Yo a mis hijas les pido que me perdonen, yo no quise actuar así, me hacen falta”, afirma la mujer con la voz entrecortada.

LAS DROGAS
En lo relacionado al consumo de drogas aseguran que todavía lo hacen, más Juan David, quien afirma que ha consumido de todo y ha sido su principal mal en su vida.

“Yo he metido piola, marihuana, de todo, no le aconsejo a nadie que lo haga, porque la droga acaba con la gente,  que sigan los caminos de Dios”,  dice el hombre.

Juliana por su parte recuerda que la primera vez que consumió marihuana fue en una fiesta, estando con una amiga. “A mí nadie me obligó, yo quise probar y después de eso me sentí en mi propio viaje”. Agrega que ya no consume mucho y solo lo hace cuando sale de pelea por celos  con Juan David .

Finalmente la pareja que hoy habita en este canal agradece por la visita, Juliana pide que le dejen escribir un mensaje de su propio puño y letra, donde pide ayuda para ambos y aconseja a los jóvenes a que no desobedezcan a sus padres. 

“AYUDA PARA ELLOS”
Los vecinos de los barrios Nuevo Bosque y Ceballos piden la pronta presencia de las autoridades con tal de que le brinden una ayuda profesional a esta pareja, teniendo en cuenta que las condiciones en que viven no son normales y el estado de salud puede afectarse rápidamente. 

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS