Mucho temor e incertidumbre padece la familia Rodríguez Castilla, en Cartagena, por la suerte de su familiar Jesús Antonio Rodríguez Castilla, de 19 años, quien al parecer fue abandonado en Valledupar por miembros del Ejército Nacional, quienes estaban a cargo de su traslado hacia Cartagena.
La historia empezó el martes de esta semana (14 de junio), cuando Jesús se presentó al Coliseo de Deportes de Combate, en el barrio Chiquinquirá, de Cartagena, a ofrecer sus servicios a la Patria en la jornada de reclutamiento que realizaba el Ejército Nacional.
Cuenta su tía María Concepción Castilla que el joven salió ese martes de su casa en el barrio La Consolata, a las 7 de la mañana con su mamá, Antonia Castilla, luego de que un vecino le mostrara la publicación de El Universal donde se anunciaba la jornada.
“Su mamá y yo se lo propusimos, porque él no ha terminado el bachillerato y no quería seguir estudiando ni nada”, señala su tía.
Una vez en Chiquinquirá, y aprobados todos los procedimientos necesarios para ser admitido, Jesús Antonio y su madre se despidieron, pues él y 33 muchachos más serían trasladados ese mismo día al Batallón Bolívar, cerca de Tunja (Boyacá).
Doña Antonia se fue con la ilusión y confianza de saber que su hijo iba a aprovechar una oportunidad diferente a las que podía tener en el barrio, donde ya no estudiaba.
“Mi hijo me llamó ayer (miércoles) a las ocho de la noche, diciéndome que no había pasado una prueba sicológica que le hicieron en Tunja, y que lo iban a devolver. Eso fue en un minuto, pues uno de los comandantes le había regalado un minuto de su celular”, relata la madre de Jesús.
Así que ella devolvió la llamada, y en efecto el oficial del Ejército le informó que su hijo sería devuelto a Cartagena.
“Yo me acosté pensando que él regresaría hoy (ayer) a eso de las dos de la tarde, pero cual fue mi sorpresa que recibí una llamada de mi hijo a las ocho de la mañana, diciéndome que estaba en Valledupar y que nadie les daba solución sobre su regreso a Cartagena”.
Según la versión de la señora, Jesús Antonio y cuatro jóvenes más fueron trasladados a Valledupar, con la promesa de que en esa ciudad harían transbordo en otro medio de transporte que los traería a Cartagena.
Pero tal promesa no fue cumplida, y los cartageneros están en la capital del Cesar sin dinero, ni celulares, pues al momento de irse (de Cartagena) les dijeron que ya no necesitaban ninguno de esos elementos.
Hasta el momento, la situación de Jesús Antonio, oriundo de Cartagena, y de cuatro jóvenes más de los cuales se desconoce si son o no de esta ciudad, es totalmente incierta.
“Nosotros hemos llamado a Tunja, al teléfono del comandante que se lo prestó el miércoles, y él nos dijo que no eran cinco muchachos sino tres, y que ya estaban en Cartagena. Pero mi hijo no llega, ni me llama, y yo estoy desesperada porque no sé de él”, dice la preocupada madre.
Evasivas
El Universal intentó comunicarse en repetidas ocasiones con el sargento primero Jesús Gómez Gamarra, quien estuvo a cargo de la jornada de reclutamiento en Cartagena.
Inicialmente no contestaba su celular, pero varias horas después y luego de muchas llamadas pérdidas, logramos establecer comunicación, comprometiéndose el militar a aclarar la situa-ción y explicar exactamente qué pasó con los aspirantes a soldados abandonados en Valledupar.
“A ellos les deben dar para el transporte allá en Valledupar”, fue la única información que dio sobre el tema en esa llamada.
Después del tiempo acordado para conseguir la información, se le volvió a llamar, pero señaló que estaba ocupado, que él llamaba después, y le cerró la llamada a la periodista.
Al cierre de esta edición no recibimos ningún pronunciamiento oficial del Ejército sobre esta grave denuncia.
Comentarios ()