La avenida San Martín, en Bocagrande, será arborizada, pero de una forma particular. En 50 macetas de plástico reciclado se sembrarán igual número de árboles de San Joaquín, un arbusto de tamaño mediano que produce unas flores naranjas, que además de mitigar el calor, ayudarán al paisajismo de este sector turístico de la ciudad.
María Angélica García Turbay, directora del Establecimiento Público Ambiental (EPA) de Cartagena, explica que el propósito es aprovechar los pocos espacios que hay en la avenida y convertirlos en zonas verdes, pero sin afectar la movilidad peatonal. “Se instalarán donde el andén tiene más anchura y permita la coexistencia del paso peatonal y las macetas”, afirmó.
La siembra se realizará la primera semana de marzo, y se logra gracias a una alianza estratégica entre la autoridad ambiental, la empresa Esenttia, la Fundación Espacios Verdes y la líder ambientalista Finita de Benedetti, donde cada uno aporta para su instalación y mantenimiento.
La empresa Esenttia dona las 50 macetas como una forma de “promover el cierre del ciclo del plástico, reutilizando su material en otros elementos que benefician a la ciudad”, dice Carlos José Crismatt, jefe de Responsabilidad Social Corporativa y Sostenibilidad de Esenttia.
Los 50 árboles son un aporte de la Fundación Ecosistemas Verdes, quienes lideran una campaña privada llamada “Dona un árbol para Cartagena por una ciudad que florece de colores”.
La líder ambientalista Finita de Benedetti promueve en el sector turístico el cuidado de las zonas verdes. Se sumó a la iniciativa “porque hay que mitigar el cemento y la desforestación en el barrio. El árbol de San Joaquín reverdece, da unas flores que embellecerán la zona, se adapta al clima fácilmente y no requiere riego permanente, sino escalonado”, explica.
Esta propuesta será un plan piloto, afirma la directora del EPA Cartagena. “El mantenimiento de los tres primeros meses los asumirá la autoridad ambiental, y después de esa término la idea es que los vecinos de la avenida adopten un árbol y lo cuiden. Hay una deficiencia de zonas verdes en la Santander y se hace necesario sembrar árboles que den sombra, capten el dióxido de carbono e impacten paisajísticamente. El proyecto lo replicaremos en otros sectores para subsanar la deficiencia de árboles por habitante. Comenzamos por Bocagrande, la idea es llegar a otras partes de la ciudad”.
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