Cartagena


‘La Piroca’, la mujer mototaxista que le da una “gaznatada” al machismo

Tilma Gómez Díaz ganó cinco medallas de oro como deportista de alto rendimiento. Ahora guerrea en un gremio dominado por los hombres.

MÓNICA MEZA ALTAMAR

26 de marzo de 2023 12:00 AM

Aunque pocos las han visto, las hay. Y no me refiero a hadas ni a brujas, sino a esas mujeres que se le miden a prestar un servicio de transporte que genera amores y odios en Cartagena: el mototaxismo.

Debo admitir que tengo un toque de motolover (amante de las motos) y, como sobre todo las cosas soy mujer, me generó mucha curiosidad que a la fecha no me había topado con ninguna mototaxista en la vía. Pues, resulta que sí las hay y es probable que tú te hayas transportado con una de ellas sin darte cuenta. ¿Cómo es eso?

Tilma Gómez Díaz, una cartagenera de 59 años que desde hace 19 incursionó en el mototaxismo, reveló a El Universal lo que quizás para estas mujeres es un secreto. Lea: Se viene el 27 de marzo, ¿será el primer lunes sin moto? Aquí te lo aclaramos

Tilma, conocida como ‘la Piroca’. //Fotos: Luis Herrán - El Universal.
Tilma, conocida como ‘la Piroca’. //Fotos: Luis Herrán - El Universal.

“Cuando yo empecé como ‘mototaxi’ había pocas mujeres. Hoy hay bastantes, sino que casi no se notan porque la mayoría se cubren, posiblemente por lo mismo que me cubría al principio, también por el solazo que hace en Cartagena y para evitar las faltas de respeto”, aseguró.

Al principio sentía temor (de ser ‘mototaxi’) por la gente que se me fuera a montar atrás, pero gracias a Dios a raíz del deporte soy muy conocida y nunca me he accidentado”.

Tilma Gómez Díaz, ‘mototaxi’.

Señaló lo que le sucedía en sus inicios al frente del manubrio una moto y aún -a veces- le sucede. “Muchas veces los hombres, e incluso las mismas mujeres, se dan cuenta que el ‘mototaxi’ es mujer y piensan “yo con esa vieja no me voy a montar”, tienen como miedo porque creen que uno no sabe manejar”. Lea: Incertidumbre por futuro de mesas de diálogo entre mototaxistas y Alcaldía

Tilma compartió una anécdota para no olvidar. “Yo siempre ando suavecito, mirando para todos lados, y vi a un muchacho en Bocagrande, vi que pasó una mujer ‘mototaxi’ adelante, después otros tres ‘mototaxis’, él metía la mano, hablaba con el que era y las motos seguían. Yo pensé: ¿a ese tipo por qué no lo lleva nadie? Y le llegué: “A la orden”, le dije con la voz bien gruesa, así es mi voz, y el cuerpo bien forrado. Me respondió: “vale mía, por cuánto me lleva a Mamonal, al kilómetro seis”. Yo le dije, “dame 20 barras y te llevo”, le volví a hablar fuerte, y me contestó, “bueno, pagó”. Yo como iba con la inquietud le pregunté “ven acá, ¿y las motos esas qué?, ¿no te querían llevar?”. Y me dijo, “era una vieja, qué voy a montarme yo con una vieja para Mamonal que hay ese poco de tractomulas, venga a caerse o alguna vaina, yo no confío”. Le seguí la corriente: “La verdad es que sí, porque las mujeres son bien locas para manejar”, y así nos mantuvimos hablando en el camino”, relató.

“Ya entrando a Mamonal, como en el kilómetro dos o tres, se me atravesó un ‘mototaxi’ en una curva -agregó-. Yo vengo cogiendo mi curva cerrada, porque tengo rato de estar manejando, y lo que hice fue que me tiré más a mi izquierda, porque el ‘mototaxi’ se tiró de la derecha para la izquierda en una curva, ¡eso es un peligro! Yo me tiré y después me le levanté con todo y moto. El pasajero empezó a insultar al ‘mototaxi’ y me dijo: “¡Compa, viste! Si vengo con una mujer seguro nos estrellamos”. Yo le dije, “verdad porque estos manes sí son brutos para manejar”. Le seguía el juego al tipo”. Lea: Estas son las peticiones que los mototaxistas le hacen al Distrito

La mujer narró entre risas la “gaznatada” que le dio a aquel hombre: “Cuando llegamos al sitio donde él se iba a bajar me dijo, “vamos, tómese una fría”. Acepté y cuando me bajé de la moto me le quité lo que me cubría y me lo quedé viendo. Él me miraba asombrado y me dijo, “doña, me acaba de pegar una gaznatada. Qué pena con usted”, y yo le dije “y las que te faltan porque uno no debe hablar así de las mujeres. Habemos muchas mujeres que tiramos timón, que seamos mujeres no significa que no sepamos manejar”. Ese hombre me invitó a almorzar, me pagó la carrera doble, me quedé con él como dos horas hablando. Entre tantas cosas me dijo, “nunca más vuelvo a decir algo de una mujer en la carretera”. Me pidió mi teléfono y cada rato me llamaba para que le hiciera carreras, quedamos como buenos amigos”.

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medallas de oro para Colombia se ganó ‘la Piroca’.

Pero ser mujer, así como le ha jugado en contra en las vías, también le ha servido a favor. “Una vez llevé una carrera a Nelson Mandela y al dejarla salí por los lados de Henequén. En eso no sabía cuál era ese sector ni que era peligroso, y de repente me salieron tres muchachos con pistola en mano: “¡Quieto, hijueputa, esto es un atraco!”. Me trataron como hombre”.

Llena de nervios, Tilma decidió descubrir su género. “Ahí sí me descubrí y les dije, “por favor, ¿ustedes qué van a hacer?” Ellos se quedaron mirándome y el uno le dijo al otro: “vale, si es una señora”. Me dijeron, “dele, doña, dele, doña”. Pero fue un susto impresionante. Después me puse a pensar qué hubiera pasado si esos tipos no dicen quieto sino que disparan bajo el efecto de alguna droga. Me llené de nervios”, dijo Tilma. Y reiteró: “Por lo regular me cubría cuando inicié como ‘mototaxi’, pero tengo como dos años que no lo hago. Eso sí, cuando uno está descubierto como mujer, a veces dicen: “erda, pero si es una vieja, yo con esa vieja no me voy a montar”. Les da miedo porque piensan que uno no sabe conducir. Muchas carreras se pierden porque prefieren a un hombre y no a una mujer”.

Tilma considera que la educación y la decencia con que trata a las personas están entre sus fuertes como ‘mototaxi’. //Foto: Luis Herrán - El Universal.
Tilma considera que la educación y la decencia con que trata a las personas están entre sus fuertes como ‘mototaxi’. //Foto: Luis Herrán - El Universal.
¡De alto rendimiento!

Tilma, conocida como ‘la Piroca’, fue una deportista de alto rendimiento en los seleccionados femeninos de la Federación Colombiana de Sóftbol. Logró cinco medallas de oro: dos nacionales y tres internacionales. A los 35 años se retiró de las competencias por lesiones. “Busqué oportunidad de trabajo como instructora de pitcheo, pero aquí es muy difícil que ayuden a los deportistas”, expresó. Fue así como para mantener a su madre, que en ese entonces tenía 85 años, se dedicó “a darle duro a la moto”.

Y aunque por años ha sido su sostén, Tilma no dudaría en abandonar esa labor si se le presenta una buena oportunidad laboral. “Estar sentada en la moto todo el día me causó escoliosis crónica. Es posible que me operen en un mes”. Mientras, divide su tiempo entre “ganarse la vida” en la moto y la Fundación Cartagena es Manglar, que creó con la finalidad de cuidar y proteger la zona manglar y los cuerpos de aguas en Cartagena, en especial caño Juan Angola, que es vecino de su casa en el barrio Torices.

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