Cartagena


La plaza de Los Coches y el negocio del placer

Decenas de mujeres llegan a la plaza de Los Coches a ganarse la vida vendiendo sus cuerpos, sobre todo los fines de semana. El Distrito busca medidas para controlar esta situación.

Don Pedro de Heredia está rodeado. El fundador de Cartagena permanece inmortalizado en esa estatua que está en mitad de la plaza de Los Coches, en el corazón del Centro Histórico, a la cual están apostados tres turistas que se toman fotos.

Por otro costado están cuatro mujeres. Una de ellas tiene una minifalda y las otras tres pantalones ajustados con blusas escotadas que dejan al descubierto grandes senos y protuberantes nalgas.

Tienen rostros bonitos y cabellos bien peinados, es evidente que son trabajadoras sexuales en busca de clientes.

Lucen impecables y los olores dulces de sus perfumes se mezclan con los de una humedad vetusta y la brisa marina, mientras el cuadro lo ameniza una mezcla de salsa y música electrónica, que se cuela de negocios aledaños.

La noche es joven. Apenas son las 9 de este jueves y ya la plaza está llena. Hay muchos turistas caminando y observando la arquitectura colonial, y entre todo el tumulto hay más prostitutas. Están de a dos, tres o cuatro, dispersas en distintos puntos.

Algunas sentadas en las bancas que yacen del lado que lleva a la plaza de La Aduana, pero la mayoría está de pie: unas junto a la Torre del Reloj, otras en los arcos del Portal de Los Dulces y otras en el centro de la plaza.

A unas se les ve serias y estilizadas, otras están más risueñas y con atuendos menos sofisticados. Algunas pocas saludan a hombres para poder entablar una conversación y un posible “negocio”, las demás solo esperan gestos de disposición de los potenciales clientes para entablar la conversación.

Hay hombres que llegan regularmente a algunos de los grupos de mujeres, por lo que se puede intuir que estos podrían ser sus proxenetas, los encargados de buscarles clientes y por supuesto cuidar que estén bien.

En la zona hay bastante seguridad. Hay policías haciendo rondas y algunos están en puntos fijos. Camino por todo el sector analizando el panorama y al pasar junto a los arcos de la Torre del Reloj me abordan tres jóvenes: dos trigueñas y una morena, con aspecto de costeñas. Podrían estar entre los 22 y 24 años.

“A donde te acompañamos”, me pregunta una de ellas mientras sonríe. “Con las tres”, respondo jocosamente, tratando que la conversación se torne amena. “Si quieres”, contesta de inmediato una de las jóvenes.

La charla empieza y las tres jovencitas con vestidos ajustados quieren convencerme de que me vaya con alguna de ellas. Sin preguntar por dinero, les digo que no quiero sus servicios porque seguramente es muy caro.

“Nos vamos por 80 mil pesos y tú pagas la habitación”, soluciona la más joven. “Eres muy linda, pero tengo un asunto pendiente en este momento, quizás otro día, gracias, nos vemos”, sentencio y sigo mi camino.

El cliente

Voy a entrevistarme con Mario*, un hombre que bordea los 50 abriles y que es uno de los clientes regulares de las trabajadoras sexuales que se mueven en la plaza. Entonces, empieza a contarme sus vivencias con las trabajadoras sexuales:

“Vengo aquí de vez en cuando, cuando tengo tiempo y cuando el bolsillo deja. Aquí hay mujeres de todas las clases, pero más del interior del país, como Cali y Medellín, que son de las más bonitas y las que más cobran. Una relación sexual la pueden cobrar entre 120 mil y 200 mil pesos, depende también si el cliente les cae bien o no. Hay otras que cobran 100 mil pesos y algunas que son venezolanas cobran hasta 60 mil, todo depende también de cuán bonita sea la mujer. Algunas prostitutas se quedan quietas en un sitio, mientras que otras simplemente empiezan a caminar mientras encuentran cliente. Otras optan por llegar a bares cercanos para encontrar turistas, aunque en algunos negocios ya las conocen y no les permiten la entrada. Otras, que cobran mucho más caro, las llamadas prepago, llegan aquí y se encuentran con sus clientes y se van a discotecas. Se ve una especie de estratificación entre las mujeres, se ve solo en la forma de vestir y de expresarse. He estado con varias mujeres de aquí, la mayoría solo van a hacer el coito y listo, y están pendientes de que acabe la relación antes de que se cumpla una hora. Pero me he encontrado con casos que le cuentan a uno sus problemas y que permiten caricias, besos y juegos”.

Esfuerzos del Distrito

El testimonio del asiduo cliente abre mucho más el panorama sobre la actividad que ejercen las trabajadoras sexuales en este punto del Centro Histórico, que parece haber tomado fuerza, pues esta actividad había mermado un poco luego que en julio del año pasado se hiciera un operativo en el que la Fiscalía y la Policía desmantelaron una red denominada los de la Torre del Reloj, dedicada a ofrecer servicios sexuales de menores a turistas.

Sin embargo, hace unas semanas un ciudadano italiano subió un video en redes sociales en el que mostraba la gran cantidad de mujeres prostituyéndose en la plaza de Los Coches. El extranjero exageró la situación diciendo que tenía miedo que le hurtaran el celular con el que grababa, cuando es sabido que en este sector hay muchos policías y es una de las zonas más seguras de la ciudad. Hay que hacer la salvación, además, en la plaza no solo hay prostitutas, también muchas turistas que vienen a conocer la historia y familias que llegan a divertirse en la zona.

Respecto a la prostitución, el alcalde (e) Pedrito Pereira indicó que en la zona se siguen haciendo labores de inteligencia por parte de la Policía para evitar la explotación sexual de menores. “Cero tolerancia con esta”, advirtió el alcalde.

También dejó claro que la secretaría del Interior, la Policía Nacional, Migración Colombia, Espacio Público, Distriseguridad, el Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte y el Dadis están tomando acciones conjuntas en el marco de sus competencias. El martes próximo habrá un consejo de seguridad en el que evaluarán resultados y planes de acción a seguir.

“El nuevo proyecto de cámaras de video vigilancia para el Centro tiene previsto cubrimiento para esa zona, lo que va a permitir vigilancia, grabación y seguimiento las 24 horas. También construiremos la sede para la Policía de Turismo en el Centro Histórico. He solicitado al Ministerio aumentar el pie de fuerza policial, el cual llegará a la ciudad próximamente, por lo cual asignaremos más policías para actividades de prevención, vigilancia y control. Trataremos de buscar actividades lúdicas, para convertir en ambientes familiares las plazas”, indicó Pereira.

*Nombre cambiado

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