Del cartel “el COVID-19 enferma, y también quiebra”, al de “estamos abiertos” o “en servicio”, pasaron los moteles de la ciudad desde el primero de septiembre pasado. Ese día volvieron a abrir sus puertas para recibir a sus clientes, cumpliendo los protocolos de bioseguridad dispuestos por el Ministerio de Salud y la Alcaldía de Cartagena.
Y reabrieron sus puertas justamente en el mes del Amor y la Amistad, en el cual muchas parejas enamoradas deciden escaparse a estos lugares. Sin embargo, según conoció El Universal, en esta fecha las ventas no fueron como se esperaban.
¿Cómo les ha ido?
“Las ventas están en un 40% en todos los moteles, no superamos ese porcentaje, en comparación a cómo era antes de la pandemia”, dice Yolima Polo, administradora del Motel Indiana, uno de los más de 15 reconocidos moteles de la ciudad que hacen parte de Asomoteles Cartagena, asociación que fue creada en medio de la crisis económica genera por la pandemia.
“Nosotros veníamos luchando que nos dejaran abrir nuestras puertas, principalmente porque estamos capacitados en limpieza y desinfección, que es lo necesario para desinfección de bacterias y virus, y también porque teníamos los negocios cerrados, pero pagábamos servicios y nómina”, explicó. Esta agregó que cuando les “permitieron la reapertura, esperábamos que la clientela volviera normalmente, pero no ha sido así, pues debido a las restricciones que aún existen en la ciudad, como el pico y cédula y el horario de movilidad hasta las 12, se ha impedido que las ventas suban, aunque estamos muy agradecidos con la Alcaldía y Presidencia por darnos la oportunidad”.
En cuanto a la clientela que recibieron en el Día del Amor y la Amistad, se conoció que fueron pocas las parejas que acudieron a estos lugares, en comparación al año anterior, donde la ocupación de sus negocios superó el 100% en esa fecha.
“Lo importante es que estamos trabajando, tenemos a nuestro personal y confiamos en que poco a poco todo se vaya restableciendo”, finalizó.
Con relación al gasto que tuvieron que hacer para adquirir los implementos de bioseguridad para cada habitación, como lo son los tapetes para los zapatos y las llantas de los vehículos, los gel antibacterial en cada habitación y demás, señaló que “ese dinero aún no se ha recuperado”.
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