Para el maestro de ciencias sociales, José Escorcia, las posibilidades de enseñanza por fuera del aula de clases son infinitas. Junto a sus alumnos, la gran mayoría de colegios oficiales, ha publicado revistas, monografías y produjo una serie de documentales que se han proyectado en el Festival Internacional de Cine de Cartagena.
Gracias a su labor, específicamente con el proyecto “Construyendo identidad a través de la historia”, realizado en el colegio de Caño de Loro, corregimiento de Cartagena, el profe Escorcia fue invitado por la Fundación Compartir, la Fundación Mapfre y la Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI) a participar como ponente en el foro “Educación en valores: la paz desde la escuela”, que se hizo en días pasados en la Universidad de los Andes, en Bogotá y que convocó a cientos de docentes del país.
La selección de la experiencia de Escorcia se realizó luego de una extensa revisión de las más de 300 propuestas que se han postulado al premio Compartir al Maestro durante los últimos 10 años.
Identidad y autoestima
El proyecto que el maestro José Escorcia estructuró en Caño de Loro tuvo como objetivo motivar a los estudiantes a apropiarse de su identidad, a través del rescate de la historia del pueblo, de la que se tenía poco registro, y en ese proceso desarrollar las competencias de lectura y escritura.
“Ellos no se autoreconocían como afrodescendientes y tenían problemas de autoestima por la segregación que ha vivido esa población”, dijo Escorcia.
El profesor inició talleres sobre investigación y escritura y luego sus alumnos comenzaron a recopilar la información de los mitos y leyendas del pueblo, entrevistando a los adultos mayores. Los estudiantes también consultaron los archivos de El Universal, el archivo eclesiástico de La Catedral y dos tesis de grado del programa de Arquitectura de la universidad Jorge Tadeo Lozano. Después, comenzaron a recibir capacitación en la producción de cortometrajes.
Para el tercer año, cuando ya se había ajustado el Proyecto Educativo Institucional (PEI) del colegio y los planes de área alrededor del rescate de la identidad y la historia del pueblo, el profesor fue invitado por el Ministerio de Educación a asistir, junto a un grupo de estudiantes, a un foro de educación.
“En esa visita aprovechamos para ir al Archivo Nacional y recolectar más información (...) gracias a ese trabajo escribimos un libro de 120 páginas de la historia del corregimiento y grabamos varios cortos con el apoyo del productor Andrés Lozano, que después se presentaron en el FICCI. La motivación de estos jóvenes fue la producción de cine, ese fue el gancho para que se interesaran en leer y escribir”.
El profe Escorcia dejó hace cuatro años la institución educativa de Caño de Loro, pero continúa trabajando con los estudiantes y ahora prepara un documental sobre los hombres del pueblo que se dedicaban a transportar droga, titulado “Los desaparecidos y los ausentes”.
“Desde que iniciamos el proyecto se mejoró el nivel académico, ahora varios estudiantes logran ingresar a la Universidad de Cartagena, el chip les cambió”, dijo el docente y agregó que “los maestros deben enseñar fuera de las cuatro paredes del aula de clases porque hay muchos otros espacios en los que se puede generar aprendizaje”.
En 2011 el profesor Escorcia en fue elegido como maestro ilustre en el premio Compartir al Maestro por el proyecto “Construyendo identidad a través de la historia”, realizado en Caño de Loro.
Diferentes ambientes
Escorcia, quien dicta clases en la Ciudad Escolar Comfenalco (privado) y en el colegio John F. Kennedy (público) indicó que la clave de su ejercicio docente es intentar enseñar más que cuestiones académicas.
El maestro se preocupa por atender a las necesidades de sus alumnos, de acuerdo al entorno en el que se encuentran y ocupa los primeros minutos de sus clases en hablar con los estudiantes y hacer ejercicios de motivación.
“Cada colegio tiene un contexto diferente: en Caño de Loro los jóvenes tenían conflicto con su identidad pero en John F. Kennedy hay un entorno de mucha violencia y los estudiantes están desmotivados para estudiar, por lo que los docentes debemos actuar. No es fácil pero tampoco imposible, esos son los retos de nuestra profesión”.
Nombre correcto
Aunque en la mayoría de los registros el corregimiento aparece como Caño del Oro (incluso así se llama la institución educativa de esta población) El Universal consultó a un par de catedráticos locales quienes aseguran que el nombre correcto es Caño de Loro, pues este tipo de aves era muy común en los manglares del pueblo.
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