La propuesta de un ‘Día sin Carro’ en Cartagena continua generando polémica. El proyecto de acuerdo que fue aprobado ayer por unanimidad en el Concejo Distrital busca institucionalizar la última semana de septiembre de cada año “como la semana de la movilidad sostenible y la seguridad vial, asignándose el 22 de septiembre como el día sin carro y sin moto” en la ciudad.
Pese a que la idea reta a las autoridades del Distrito en la construcción de planes de movilidad que garanticen la eficiencia del transporte público, esta vez son los comerciantes quienes manifestaron varios ‘peros’ al proyecto de acuerdo. Lea: Día sin carro en Cartagena: posible, pero... ¿no viable?
La Federación Nacional de Comerciantes, seccional Bolívar, ha alertado este viernes sobre una serie de repercusiones que traería la implementación de esta jornada en la ciudad.
De acuerdo con su directora, Mónica Fadul, el comercio no es ajeno a la difícil situación de movilidad que atraviesa la ciudad, por ello deben insistir en que se reconsidere los términos de la propuesta.
“Debemos insistir en que lo que requiere la ciudad son acciones sostenidas que favorezcan de manera permanente el comportamiento colectivo frente a la movilidad y la sostenibilidad del territorio, sumado a la intervención del territorio con apropiada y planeada dotación pública, con vías en buen estado y con otros equipamientos urbanos tales como parqueaderos, incluyendo la promoción de la movilidad acuática”, afirmó.
Según Fenalco, en 2017 cuando se extendió el pico y placa a los sábados, el 78 % de los empresarios aseguró que hubo una disminución significativa en sus ventas y con relación a la actividad logística, el 73 % manifestó grandes dificultades.
El gremio de comerciantes pone sobre la mesa el principio de igualdad en la distribución de cargas públicas manifestando que el estado debe garantizar que las cargas y las ventajas sociales se distribuyan equitativamente entre todos los miembros de la sociedad.
“Así las cosas, si bien es clara la competencia de la autoridad Distrital para ordenar, restringir o limitar el tránsito, es claro también que la adopción de medidas restrictivas no pueden comportar afectaciones graves a un determinado núcleo de la sociedad que desde su libertad de oficio o trabajo se dedican al ejercicio del comercio legítimo, que se han visto sometidos a una serie de medidas, muchas de ellas carentes de planificación y sustento, que han implicado una afectación importante al ejercicio de su actividad empresarial y comercial “, señaló Fadul.
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Fenalco insiste en que no se adopten los términos del proyecto, pues si bien contiene una lista de excepciones que excluye carros y motos que estén dispuestos para domicilios y proveeduría, el asunto trasciende significativamente toda vez que los comercios no verán llegar a los clientes, ya que la jornada se convierte en una limitación al ciudadano y por ello discrimina a una parte de la población.
“Adicionalmente no cuenta con estudios de carácter verdaderamente técnicos; no tiene efectos positivos en el mediano plazo sobre la movilidad. El tejido comercial se verá afectado como lo ha sido con otras medidas y además tiene repercusiones distributivas”, indicó Fadul.
Agregó que como actividad pedagógica, la administración Distrital puede promover el uso de energías limpias tales como los híbridos, eléctricos y a gas natural en zonas especificas y en un día que no varíe año a año.
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