Malla de la Ciénaga de las Quintas avanza contra "viento y marea"

No es la primera vez que se instala una malla en la avenida del Lago para proteger a la Ciénaga de las Quintas. Eso lo saben los vendedores del sector. Pero sobre todo los transeúntes que a diario tienen que percibir los olores fétidos que emanan del cuerpo de agua, producto de  los desechos arrojados durante años.
Aunque Cardique, el Establecimiento Público Ambiental, Epa, y el Ministerio de Ambiente y Vivienda dan cumplimiento al fallo de una acción popular que obliga a realizar esta obra, el camino no ha dejado de estar plagado de obstáculos.  (Lea aquí: Una malla de 1500 metros busca frenar la contaminación en Bazurto)
Camino pedregoso
Desde el inicio de la ejecución, la obra ha estado plagada de inconvenientes.
Para empezar, dos sectores del barrio Martínez Martelo estuvieron contrariados por la instalación de la malla, mientras unos estaban de acuerdo, el otro grupo, liderados por la JAC, creía poco conveniente el cerramiento de la Ciénaga.
Además estos últimos argumentaban que Cardique no había socializado previamente la obra con la comunidad. (Lea aquí: Protección a la Ciénaga de Las Quintas aviva polémica en Martínez Martelo)
Para superar el impase, Luz Dary Benabidez, supervisora de Cardique para estas obras, argumentó ante los quejosos que la ejecución de esta misma tenía carácter jurídico.
Seguido, la Corporación instauró ante la Fiscalía una demanda por intento de robo y daño en bien ajeno, después de notar que seis de los tubos instalados habían sido doblados por saboteadores de la obra.
Como si fuera poco, según Benavídez, la normal ejecución de la obra tuvo serios inconvenientes debido a dos empresas de telecomunicaciones que  estuvieron realizando trabajos en el sector.
Al parecer estas empresas abrieron zanjas en el mismo lugar por donde pasa la malla, con el fin de instalar tuberías. “El problema radica en que la comunidad al ver los andenes partidos por estos trabajos piensan que es por las obras de la malla, cuando no es así”, asegura Benavídez.
¿Vendedores se van?
Esta es la pregunta que se hacen mucho respecto a los vendedores que están ubicados a las orillas de la Ciénaga y que virtualmente quedarían dentro del enmallado cuando éste se finalice.
Al respecto, Luz Dary Benavídez ha dicho que éstos pueden quedar dentro de la malla, e incluso, ella misma les entregaría las llaves del candado de la puerta que da acceso a ese sector. Eso sí. “Si en las inspecciones que en un futuro realice Cardique encuentran que el lugar ha sido tomado como botadero por los vendedores, de inmediato tomarían acciones para pedir que se retiren.
Una de las que sería beneficiada con las bondades de Cardique sería Agustina Castro, una vendedora de jugos que asegura tener más de 10 años ganándose la vida en esa zona.
Pero la confianza hacia los entes públicos no hace parte de sus principios por estos días. La mujer asegura que la Gerencia de Espacio Público les ha pedido que desalojen el lugar, pues están obstruyendo la senda por donde pasará la malla de 1500 metros.
El Universal intentó obtener la declaración de Adelfo Doria, gerente de Espacio Público y Movilidad, pero no obtuvimos respuesta.
Tan pronto se termine la obra, Cardique entregará las llaves de las rejas a la alcaldía. Posteriormente el Establecimiento Público Ambiental Epa, estará a cargo de la preservación de ésta. Según lo planeado, el lugar será custodiado por guardias ambientales y un Cai de la Policía.
Una de las peticiones que hace Cardique tiene que ver con un llamado a la empresa de aseo destinada al sector para que ubique mas “containers” de recolección, de modo que los vendedores tengan donde depositar las basuras y no sigan arrojando desechos al cuerpo de agua.