Manga, ‘alucinado’ por los viciosos

El sentir general de la ciudadanía de Manga es de preocupación por la cantidad creciente de jóvenes cautivos en los farmacodependientes.
Para muchos es chocante verlos, a algunos de ellos, consumiendo alucinógenos en las esquinas y en lugares públicos del barrio, en un claro indicio de que han perdido la vergüenza y el respeto por sus semejantes.
A este semanario han llegado voces irritadas con el tema y advierten que en ciertos sectores la gente está tan indignada con la situación, que piensan seriamente en recurrir a las vías de hecho contra los viciosos.
“Hay ventas de drogas y de marihuana en el barrio, cerca del Puente Jiménez, la venden casi públicamente, la gente está dispuesta a acabar con este problema”, comenta Joaquín Pablo Leal Caicedo, residente de Manga y propietario de la Ferretería Güerta, en este mismo barrio.    
Mangueros de vieja data aclaran que en el barrio siempre ha estado incrustado el problema de la drogadicción, pero en el pasado había mayor compostura y se organizaban actividades deportivas y recreativas para contrarrestar este problema social.
Hoy la tranquilidad ciudadana es alterada por unos pocos que no escuchan razones y van rumbo al degenero.
La Policía ha intentado controlar esta situación, pero sus esfuerzos son vanos porque a los señalados les hallan pequeñas cantidades de alcaloide que defienden como la dosis mínima admitida por la Ley 30 del 31 de enero de 1986 (Estatuto Nacional de Estupefacientes).
Para el coronel Wilson Bernal, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Cartagena, la solución es erradicar las caletas que suministran sustancias psicoactivas a los jóvenes, pero este organismo estatal no lo puede hacer solo, pues necesita la colaboración de la ciudadanía mediante el acto de la denuncia penal.
CONTEXTO DEL PROBLEMA
Gran parte de este problema se debe, por un lado, a que muchos padres de familia simplemente no ejercen control ni autoridad sobre sus hijos, y también porque la mayor parte del tiempo los progenitores están ausentes del hogar debido a sus responsabilidades laborales, y en esas condiciones sus protegidos quedan sueltos y sin brújula.
“No controlan al hijo como se requiere, sino que lo dejan a cargo de la nana o de quien los cuida, lo que deriva en cierto libertinaje por parte de los jóvenes y es cuando llega la sorpresa para los padres al saber en qué se ha convertido el adolescente”, manifiesta el coronel Bernal.
Ante estas circunstancias el oficial dice que se adelantan ciertas acciones, de manera que “tratamos de ubicar a los padres para que nos ayuden a controlar a los hijos que no están haciendo una buena utilización del tiempo libre. Hemos encontrado casos en que los padres desconocen que sus hijos son consumidores de estupefacientes y se sorprenden cuando se enteran”.
PARA NEUTRALIZAR EL DELITO
“La denuncia es el primer paso formal para neutralizar de raíz el delito, porque si hay una denuncia se desprende un proceso investigativo que llega al origen de esas pequeñas cantidades de estupefacientes que portan los jóvenes”, comenta el coronel Bernal.
Para la Policía falta sensibilidad y sentido de pertenencia por parte de la comunidad a fin de que denuncie este tipo de irregularidades sociales que afectan su convivencia, y por eso el coronel Wilson Bernal invita a la ciudadanía a alertar a los uniformados a través de los correos electrónicos y teléfonos de los cuadrantes que le son suministrados, y que se unan para hacerle frente común a esta problemática.
NO SON TODOS
No todos los jóvenes que se encuentran en una esquina son adictos o están en libertinaje, pues muchos de ellos llegan a esos lugares simplemente para compartir o departir.
Dice la Policía que los jóvenes que frecuentan un mismo sitio lo hacen para integrarse, contrario a los que son descubiertos con sustancias psicoactivas en un lugar, los cuales no vuelven por segunda vez a ese mismo punto.
MUCHO CUIDADO
Al arrendar su casa tenga mucho cuidado a quién se la entrega, porque puede ser afectada por la Ley Extinción de Dominio (Ley 792 del 27 de diciembre del 2002), así el propietario nada tenga que ver con la actividad ilícita que se desarrolle en el inmueble.
Por consiguiente es importante tomar precauciones, mirar los antecedentes del inquilino y saber con qué fines toma en alquiler su propiedad.