Han llegado a tener hasta 20 animales entre perros y gatos, que conviven bajo la mano protectora de Martha Núñez Lorduy, decidida animalista cartagenera que ha preferido los riesgos de la calle a las comodidades de su casa.
“Aparecido, Sacha, Pipe, Cosita, El Negro…, total, en estos momentos tengo siete perros”, dice orgullosa en esta guardería canina que mantiene en la parte de atrás del Edificio Citi Bank, en el Centro Histórico de Cartagena de Indias.
“Me dedico a esto desde hace diez años y lo hago de corazón porque los quiero y quiero luchar por ellos, por todos los animales, sean caballos, gatos, perros u otros…, ya que sufro mucho al ver el maltrato animal y la riqueza de mi vida está en salvarlos”, dice Martha.
“En la actualidad tengo siete perros, y durante este tiempo he llegado a tener hasta 20 perros que los he dado todos en adopción a gente que sé que los va a tener bien”.
ESFUERZO PROPIO
No recibe ningún tipo de ayuda fija, sin embargo “los mantengo a pesar de que recibo poquita colaboración. Hay gente que les trae el poquito de concentrado y hay otros que creen en mí y en mi lucha por comprarles eso, y me ayudan”.
Sobre cómo percibe la gente esta actitud animalista, Martha manifiesta que “hay algunos que me admiran y felicitan, y me dicen que tengo un corazón grande, y otros se sorprenden de verme y dicen ‘ay, cómo se sacrifica, ay, y ¿cómo es eso?’ Unos me admiran y me apoyan, o sea, en esta obra que estoy haciendo, y siempre lo digo, lo hago de corazón porque quiero los animales, los quiero bastante, los amo…”
Sobre la procedencia de sus perros, Martha relata: “Ellos son adoptados y a muchos los he cogido maltratados y, a otros que los han botado…”
En torno a las historias alegres y tristes de sus bien valorados verdaderos mejores amigos, Martha advierte: “Bueno, triste Chanel, que lo mató un carro aquí, porque ella tenía la costumbre que dormía debajo de los carros, y ese día el señor se fue y sin querer lo mató y, Tomás Enrique, que fue envenenado, no sé cómo, pero lo encontré una mañana envenenado”.
Respecto de los nombres de sus mascotas adoptadas y acogidas, Martha expresa que “nacen de mi corazón: ¿Tomás Enrique?, le puse a mi gatico así, de pronto me salió de mi corazón y, como él ya no está conmigo porque el gatico se me murió, ese nombre se lo puse al perrito que tengo ahora”.
De los inconvenientes que ha tenido con las autoridades, dice que el único lo tuvo con las personas de Espacio Público, “que me reclamaban el que estuviera aquí con mis animales. Les dije, si ustedes vienen con eso, ¿por qué no recogen los del sector de la India Catalina en dónde también hay muchos perros abandonados que necesitan que los lleven a una Fundación, y no me han vuelto a molestar”.
Su parecer sobre las razones que tienen algunas personas para abandonar a sus mascotas, “es que tienen el corazón bien negro, porque esos animales son una vida; las personas que lo hacen sinceramente… ¿qué le digo? horroriza eso. Hay muchos que los botan, muchos que los matan, hay mucho maltrato animal, hay que ver qué se va a hacer para frenar eso”.
CON ALMA CARTAGENERA
Martha Núñez Lorduy se siente orgullosa de ser cartagenera, vive en el barrio Nuevo Bosque.
“Le voy a decir que Liz Villa es una gran amiga que vive allí en Getsemaní y que me ha ayudado bastante; también Jorge, que ahora}, desafortunadamente se encuentra enfermo y tengo que decir que ese muchacho me ha ayudado bastante y durante largo tiempo fue mi mano derecha, pero ahora mismo está enfermo”.
Sobre su familia dice que vive con su mamá, una hermana y una sobrina, “pues mi papá murió, pero yo duermo aquí, porque a los animales yo los cuido de noche previniendo que algo les vaya a pasar, yo lo hago con amor y desprecio mi casa, mi buen cuarto, mi buena habitación, por quedarme con ellos, lo hago de corazón, no dejo mis animales solos. En el día me voy para la casa y me vengo por las tardes para acá”.
Para concluir, lanza el siguiente mensaje a los que tienen animales: “Les digo a ellos que quieran y cuiden a los animales, que ellos son una vida; que respiran, que les duele cualquier cosa que le afecte a uno, y a los que maltratan a los animales… ¡que tristeza…! ¿qué decirles? El maltrato, o que los maten es para mí es un horror tan grande, es algo triste”.
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