Agradecido por “la acogida cordial y fraterna”, quedó el papa Francisco tras su visita a Cartagena, el pasado 10 de septiembre.
El sumo pontífice plasmó sus vivencias en una carta que envió desde el Vaticano a monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo de Cartagena, el pasado 12 de septiembre y trascendió a El Universal.
“Querido hermano: al volver de mi Viaje Apostólico a tu hermoso país, y agradeciendo en primer lugar a Cristo Nuestro Señor por lo vivido en estos días, guardo el recuerdo de la calidez de tu pueblo, de los hombres y mujeres levantando sus niños para que el papa los bendijera, de las casas de Talitha Qum y María Revive, de la caridad cotidiana de doña Lorenza Pérez, de los enfermos reunidos en la Santa Iglesia Catedral y de esa misa entre el mar y los contenedores del puerto”, manifiesta el papa en la carta.
“Gracias por la acogida cordial y fraterna -agrega-. Le pido a la Virgen, cuya estatua bendije desde el helicóptero en la bahía, siga cuidando a Cartagena y a toda Colombia. Que el Señor te bendiga y ella te cuide. Fraternalmente, Francisco”.
“Gozó todo el tiempo”
Monseñor afirmó que en el mensaje se evidencia que el papa “gozó todo el tiempo y en cada uno de los escenarios”.
Indicó que “es una carta muy valiosa para Cartagena, porque no es para mí. La carta es para Cartagena, agradeciendo el recibimiento que le hizo, la acogida que le dio”.
El arzobispo precisó que “al hablar de lo bien que se sintió en San Francisco (casas de Talitha Qum y María Revive) está señalando el amor principal que tiene por los pobres, por sus necesidades, por estar cerca de ellos y empezar a promoverlos”.
Resaltó que “cuando habla de la señora Lorenza (gestora de un comedor comunitario que atiende a diario cerca de 85 niños en San Francisco), está hablando de la importancia que tiene que todos seamos solidarios y está manifestando cómo en medio de la pobreza una persona, que vive en un barrio muy sencillo, ha sido capaz de manifestar su solidaridad amplia y generosa con los más pobres, en este caso con los niños”.
“Cuando él habla de caridad cotidiana -añadió-, se refiere a que tiene que ser todos los días, no es “de vez en cuando ayudo a los pobres” sino cotidianamente, cada día pienso en los demás. Eso es muy hermoso. Él lo que está manifestando en esa carta es el sentimiento que vivió y que le quedó grabado en su corazón”.
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