Peligran 20 casas en Torices

Las mencionadas casas se encuentran en la Calle Guillermo Posada y, desde hace más de 50 años, la elevación de tierra ha sido parte de sus patios.
Pero, según lo relatado por los residentes, desde el año 2009, aproximadamente, la loma ha venido sufriendo pequeños deslizamientos, siendo el más grande de todos el que se presentó el lunes en la tarde cuando cayó un gran fragmento de tierra que obligó a las autoridades a trasladar volquetas y retroexcavadoras para retirar el material.
Sin embargo, William López, presidente de la Junta de Acción Comunal, cuenta que el problema de los deslizamientos tiene más de 25 años, pero en un principio, cuando el poblamiento en las faldas de La Popa comenzó a crecer, las caídas de tierra eran menos frecuentes.
“Pero desde hace unos diez años —dice— el asunto se ha vuelto más serio, sobre todo con los aguaceros, que no sólo arrastran tierras y vegetales, sino también grandes piedras que podrían dejar hasta muertos, si las autoridades no hacen algo pronto”.
Explican que hasta el momento no se han presentado casos de personas heridas, con todo y que la abundancia niños en el sector es bastante notable.

Muro o reubicación

De las 20 viviendas, las más afectadas son cuatro, que pertenecen a las familias Cuadrado, López, Torres y Ríos: un gran porcentaje de sus patios quedó ocupado por el deslizamiento.
Adonilso Cuadrado, uno de los habitantes de Paseo Bolívar, contó que en la cima de elevación hay varios barrios de invasión, cuyos habitantes periódicamente cortan árboles y arrasan malezas para seguir levantando viviendas, lo que ha resultado en el debilitamiento de la tierra.
Isabel López, una ama de casa, explicó que en la temporada invernal de 2009 comenzaron los pequeños deslizamientos de barro, siendo el más grande el que acaeció el pasado 15 de diciembre, cuando el material tapó parte de las entradas a los patios.
En esa ocasión hizo presencia el  Cuerpo de Bomberos del Distrito y retiró el lodo, pero en cuanto cesaron las lluvias comenzaron nuevamente los problemas, “porque mientras la tierra estaba mojada se mantenía allá arriba, pero en cuanto se secó comenzaron los pequeños deslizamientos hasta este que ocurrió el del lunes”, dijo Isabel López.
Los vecinos cuentan que desde el pasado 31 de diciembre empezaron a detectar algunos caídas de tierra y piedras, lo que culminó en el deslizamiento del lunes, que dejó prácticamente sin patios a las cuatro viviendas.
Por el grave debilitamiento de la tierra, los efectivos del Cuerpo de Bomberos recomendaron a las familias afectadas no dormir en las recamaras sino en las salas, mientras se aplica alguna solución que detenga momentáneamente los posibles deslizamientos.
La vivienda número 18 A-117, propiedad de Carlina Torres, es de las cuatro viviendas la más afectada, puesto que en dos ocasiones los aludes de tierra han destruido dos apartamentos que la moradora había construido en su patio.
La destrucción más reciente ocurrió el año pasado.
En cuanto a soluciones definitivas, las víctimas expresaron que prefieren se les construya un buen muro de contención para detener la tierra, antes que ser reubicados, “puesto que muchas de estas familias llevamos más de 50 años de estar viviendo por aquí y sería una cosa muy traumática tener que abandonarlo todo”, dijo Adonilso Cuadrado.
Mientras tanto, el Cuerpo de Bomberos del Distrito y la Oficina de Prevención y Atención de Desastres informaron que en estos momentos se está estudiando la situación de las 20 viviendas, para posteriormente determinar si es más acertada la construcción de un muro o la reubicación.