El próximo primero de octubre en Cartagena se inicia el piloto de playas bioseguras, en el cual se permitirá el ingreso de bañistas a una franja de mar en Bocagrande, Playa Azul en La Boquilla y algunos sectores de la zona insular.
Para hacer esto posible las diferentes autoridades realizaron un plan que va desde la capacidad de carga de las playas hasta la zonificación de la mismas. (Lea aquí: Reapertura de playas en Cartagena: solo podrán ingresar 2.484 bañistas)
Más allá del documento, durante los últimos días se ha mostrado el avance del trabajo de campo, principalmente en la instalación de las unidades sociofamiliares (carpas), las cuales tiene un área de 4x4 metros (16mt2) para máximo 6 personas, con el fin de garantizar el distanciamiento.
Además las playas estarán divididas en zonas en las que el turista, el vendedor, y el operador turístico ocuparán su lugar.
Con sólo hacerse la idea de esta organización, queda claro que algunas de las reglas que impone la COVID-19 para el disfrute de las playas deberían quedarse, en el sentido de que finalmente se ha ejecutado un ordenamiento en estas áreas.
De acuerdo con el secretario de Planeación, Guillermo Ávila, Cartagena ya tenía una reglamentación de playas establecida el decreto 1811 de 2015 y actualmente sólo se le está sumando la resolución 1538 del Ministerio de Salud con el protocolo de bioseguridad.
“A partir del decreto de optimización de playas, que lo tiene Cartagena hace cinco años, tenemos que las playas están clasificadas según su intensidad turística y a su vez cada segmento tiene una zonificación desde la calle hasta el mar, entendiendo que hay una zona de articulación y enlaces, una de servicios que es donde pueden estar los vendedores y hacer aprovechamiento económico, una zona de transición que es donde están los salvavidas, la zona de reposo donde están los turistas, la activa que es donde rompe la ola y luego está el mar, la zona de deportes náuticos y embarcaciones”, manifestó.
Según agregó el funcionario este plan piloto representa un nuevo comienzo para las playas de la ciudad y se espera que progresivamente se vayan ordenando para un “renacer”. (Lea aquí: A siete días de apertura de playas aún no se conoce enlace para reservas)
“Esta es una oportunidad de oro que tiene Cartagena para organizar y construir una cultura ciudadana en torno a la playa, que es el espacio público por excelencia de la ciudad. El reto de todos los cartageneros es demostrar ese civismo y que se pueden utilizar de manera ordenada”.
El siguiente paso
Luego de abiertas las playas de Bocagrande, zona insular y Playa Azul, el Distrito le apunta a expandir los pilotos para que en noviembre esté abierta la mayor cantidad de kilómetros de playas, y en diciembre, que es temporada alta, se pueda ofrecer la mayor cantidad de cupos y reservas posibles.
Para hacer esto posible, recientemente el Distrito hizo un acuerdo con Essentia para que esta compañía provea la dotación requerida para poner en funcionamiento más áreas de playas.
“Hemos llegado a un acuerdo de casi $200 millones de donación de elementos para implementación de los protocolos en playas. Estos materiales son en plástico reciclado y podremos construir mas o menos mil módulos más para seguir ampliando progresivamente”.
Ávila Barragán agregó que “a lo largo del 2021 estaremos trabajando como una meta del Plan de Desarrollo en la gestión integral de las playas, para que queden con una infraestructura fija y podamos ofrecer una serie de elementos de nivel mundial”.
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