La pelota de las responsabilidades no quiere caer en manos de nadie, mientras, Playa Blanca, el balneario más bello de la ciudad es sobreexplotado, muy usado y poco cuidado.
Solo basta con que sea temporada turística para que las paradisíacas playas de Barú sean invadidas por miles de vendedores, turistas y todo lo que traen consigo. Las medidas de protección que se han querido adoptar para salvaguarda este lugar se han quedado cortas.
Al llegar a la carretera, donde se aglutinan jóvenes ofreciendo su ayuda como guías, se evidencia la fila de buses de turismo a un lado de la vía. El lleno total de los parqueaderos obliga a los visitantes a caminar aproximadamente un kilómetro desde la carretera hasta la entrada de la playa, tomar una moto que recorra esa distancia le cuesta 3.000 pesos. Estas situaciones se convierten en la muestra de la sobreocupación de la playa, que no debe exceder las 3.124 personas.
“En este momento hay un despliegue de más de cuarenta unidades para garantizar la seguridad de los bañistas. Hoy la playa cuenta con una sobrecarga de más de 4.000 personas, se están realizando coordinaciones para que no haya sobrecostos por parte de los vendedores”, comentó el capitán José Armando Montoya, comandante del Distrito No. 3 de la Policía.
Tiradero de basuras
Según informó a este medio Aseo Urbano de la Costa, empresa encargada de la recolección de basuras en esta zona, desde el 20 de diciembre del 2017 hasta el 5 de enero de este año fueron recogidas 26 toneladas de desechos.
Recalcó que para mantener el balneario limpio se necesita un trabajo mancomunado entre visitantes, nativos y empresa de aseo, ya que, aunque se cuenten con los recursos operativos y humanos, es la disposición de depositar las basuras en los contenedores y canecas lo que hará el cambio.
En qué quedó el cobro
En noviembre de 2017, el alcalde (e) de Cartagena, Sergio Londoño Zurek , anunció que todo estaba casi listo para empezar a cobrar el ingreso a Playa Blanca con un valor de 8.000 pesos por persona, sin embargo, Parques Nacionales Naturales de Colombia, entidad encargada de la zona, no ha dado la última palabra.
El Universal intentó contactarse con la entidad para conocer las medidas a tomar por la sobrecarga pero no fue posible acceder a la información.
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