Pobreza de las poblaciones afro se debe al racismo

Esa discriminación negativa ha afectado históricamente a los pueblos afrodescendientes de América Latina. Pero el cambio está en manos de los mismos afro que alcanzan un número importante dentro de la población, significativo para virar el rumbo político de un país.
Así lo expresa Francisco López, presidente del Instituto de Liderazgo Bert Corona,  (Washington DC), quien estuvo esta semana en Cartagena invitado por la Embajada de los Estados Unidos para dictar charlas de liderazgo a los jóvenes afrodescendientes universitarios beneficiados de las becas Martín Luther King, que se desarrollan a través del centro Colombo Americano.
En diálogo con El Universal, López precisó que los jóvenes afrodescendientes latinos viven de espalda a la política y tal hecho le ha pasado una cuenta de cobro bastante alta a las comunidades.
¿Por qué opina que el racismo es la causa de la pobreza de los pueblos afro de América Latina?
No hay otra razón, el racismo es una enfermedad. Esa escala de valores comparativos negativos con la que se ha tratado históricamente en América Latina a los descendientes de África ha privado a estas comunidades de educación, la principal herramienta para generar transformación social. Los ha privado de oportunidades de trabajo.
Hay quienes dicen que el racismo hacia los negros lo fomentan los mismos negros porque se comparan entre sí. ¿Usted qué opina de ello?
Lamentablemente hay algo de verdad en esto, pero la razón viene desde la época de la conquista. Divide y reinarás dice el dicho popular. Eso fue lo que aplicaron, además de la fuerza, los conquistadores para tener controlados a los negros esclavos. Ellos astutamente se fijaron en las diferencias físicas, algunos tenían la nariz chata, otros más fileñas; algunos tenían labios grandes, otros más pequeños; sumado a esto les crearon escalas: los negros que trabajaban dentro de las casas tenían un rango mayor a los que laboraban en el campo y en las construcciones. Todo eso lo hicieron para hacerle creer a unos que eran mejores que los otros y crear rivalidad. Esa estrategia ligada en el subconsciente se repite hoy en muchas poblaciones afro.
¿Por qué la historia no ha cambiado?
Porque hacen falta líderes dentro de las poblaciones afrodescendientes. Fíjese usted, los afro en Estados Unidos son el 12% de la población y los latinos son el 16%, juntos conforman el 28% de la población; sin ese número Obama no hubiera podido llegar a la Casa Blanca. En Colombia, la población afro representa el 25% de la población; si este número de ciudadanos se uniera podrían elegir el primer presidente negro en este país.
¿Qué lo hace pensar que hacen falta líderes en las poblaciones afro latinoamericanas?
Los jóvenes son el futuro y la mayoría vive hoy de espaldas a la política. Hay algunos cercanos a ella, pero hacen falta más para crear grupos de interés que trabajen para solucionar los problemas de las comunidades. A través de la política se cocina todo, en todos los países. Si seguimos diciendo: es que eso no me gusta, la política no es para mí, seguiremos abriendo la brecha y dejándolo un espacio valioso a otras personas que tienen su enfoque en situaciones distintas a las que puede interesarle a los afrodescendientes.
¿Qué cosas debe tener en cuenta un joven que desee ser líder en su comunidad?
No sólo los jóvenes cualquier persona tiene las claves para ser un buen líder en su interior. Son gratuitas todas (se ríe). Lo primero es conocer su propia historia, es decir apropiarse de su identidad familiar, cultural y comunitaria; que su vida sea coherente con su discurso para que pueda generar credibilidad y que conforme un equipo de trabajo para identificar o a su vez crear grupos de interés con una agenda propia que propenda cambios de prosperidad para su población. Qué son los grupos de interés, son personas que trabajan en unión por un mismo fin y son ellos lo que junto a los políticos manejan las finanzas del Estado, ejemplo: el sector salud, el de la educación, los gestores culturales, los mismos políticos, los gay, etc.
¿Por dónde puede empezar un líder para promover esos cambios?
Lo primero es el acercamiento a la comunidad para conocer de cerca las necesidades. Pero hay otras herramientas que están a alcance de todos, que la mayoría usa para otros fines y que pueden resultar eficaces para promover cambios de mentalidad y cambios en la política pública, son las redes sociales. Hasta los muchachos de las comunidades más pobres tienen un faceboock. Esa es una reflexión que vale la pena hacerlo. Basta un líder con un eficaz canal de comunicación para mover las masas.