La zootecnista y magíster en desarrollo rural, Luisa Horta, firmó el pasado 10 de enero como la nueva directora de la Unidad Municipal de Asistencia Agropecuaria (Umata) de Cartagena. La funcionaria habló con El Universal sobre sus retos y prioridades en el cargo, destacando el papel que va a jugar la entidad principalmente en el desarrollo de los pequeños productores y en la formulación e implementación de la nueva política de protección y bienestar animal.
¿Cómo llegó a la administración de William Dau?
Participé en la convocatoria de Salvemos a Cartagena. Envié mi hoja de vida el 28 de noviembre como todos los ciudadanos y como cumplo con los requisitos: soy profesional en el sector agropecuario, tengo los posgrados relacionados y tengo la experiencia necesaria, entonces fui elegida.
¿Cuál es la misión de la Umata?
La misión y las funciones establecidas en el marco legal que regula el accionar de la Umata es prestar un servicio público gratuito de extensión agropecuaria para los pequeños productores de Cartagena. Fuimos creados para velar por la seguridad, autonomía y gobernabilidad alimentaria del Distrito.
Una ciudad sostenible no puede descuidar la producción de alimentos, una ciudad pujante se preocupa y está comprometida con los productores rurales agropecuarios, las organizaciones de pescadores y acuicultores. Quiero contar que los campesinos del Distrito están demandando y necesitando el servicio de extensión agropecuaria de manera permanente y regular. Un ejemplo del potencial productivo es que contamos con organizaciones sólidas, fuertes y de gran trayectoria, con al menos 50 años de existencia como la ANUC (Asociación Nacional de Usuarios Campesinos), que en Cartagena tiene más de 500 socios rurales y agropecuarios relacionados con la actividad.
¿Cuáles son las prioridades que tiene en Cartagena?
Tenemos productos muy valiosos en nuestro Distrito como lo es el pescado y por supuesto, asociaciones de pescadores que debemos seguir acompañando para garantizar que este producto siga con nosotros y que podamos disfrutar de él.
Y así como el pescado, tenemos otros productores que también están en la zona, como cultivadores de arroz, hortalizas, aromáticas y frutas como la patilla, el melón o el pepino.
La población rural de Cartagena es más de 60 mil. Estimamos que el porcentaje de familias que se dedican a una actividad agropecuaria, pesquera, piscícola o acuícola es importante, y debe seguir siendo acompañada. En este sentido todos los programas deben estar dirigidos a continuar con la prestación del servicio en todos los sectores. Un componente supremamente importante va a ser el tema de la mujer rural en Cartagena, la cual tiene un papel relevante como actor rural en la seguridad alimentaria.
¿En qué consiste eso de la ‘mujer rural’?
La mujer rural es esa mujer que siempre ha estado en el trabajo agropecuario, que recoge la semilla, que vende el producto, que está asociada a la actividad, pero que ha sido invisibilizada. Se asume que en las familias quien lidera la actividad es el hombre, pero si se revisa más a fondo, la mujer tiene una gran importancia en esas actividades. En este momento no solo participa de la actividad sino que la lidera.
Hay mujeres que intervienen en toda la cadena productiva del pescador, no solo comercializan el pescado. También, por ejemplo, en el caso de Membrillal, tenemos mujeres que están dedicadas a los cultivos y al cuidado de las huertas. Eso pasa en la zona rural pero también pasa en la zona urbana, todas las demandas de las mujeres de querer tener hortalizas, patios productivos y parcelas en las que puedan cultivar es una necesidad que tiene el Distrito y que la Umata está interesada en responder.
¿Cuál ha sido la atención de la Umata en torno a las personas que dependen del sector agropecuario?
Nosotros tenemos unas líneas nacionales claras, unas leyes que nos dicen lo que debemos hacer y el municipio debe entregar un recurso para que ese ejercicio se preste. Desde la Umata se han identificado organizaciones que ya vienen trabajando con nosotros pero esta vez queremos ir por aquellas organizaciones que no hemos atendido. Queremos que el eje importante sea atender a los de mayor vulnerabilidad, a las personas en pobreza extrema. Queremos ir por esas mujeres y hombres que se dedican a la actividad agropecuaria en las zonas mas difíciles de acceder.
¿Cómo encontró la administración en términos de avance en la construcción de la política de protección y bienestar animal?
Encontramos un documento de 119 folios que permite conocer una primera fase del diagnostico para la formulación de la política pública de protección animal. Sin embargo este documento quedó en mora para ser presentando ante la Secretaría de Planeación en el Concejo Distrital y para ser socializado a los actores interesados en el bienestar de los animales.
Si bien se han realizado acciones que aportan a la protección de los animales, como el convenio que adelantó el Distrito con el Hospital El Guardián, la esterilización de al menos 1.600 animales en situación de calle, la atención a 3.317 perros y gatos, y la realización de 84 campañas educativas; la suma de estas acciones no resuelve la necesidad existente, ni deja una ruta clara para la atención y bienestar de los animales de calle y de los animales de las familias más vulnerables o de extrema pobreza del Distrito que no tienen cómo asumir los costos veterinarios para los que también son miembros de su familia.
Nosotros estamos adelantando y proponiendo estrategias que buscan crear una ruta clara de atención, la cual se logra con la participación de todos los actores del Distrito y de la sociedad civil para atender a los animales.
¿Cómo va la sustitución de los vehículos de tracción animal?
Desde el 2016 se emitió un decreto para la Sustitución de los Vehículos de Tracción animal (VTA) y el Plan de Desarrollo 2016-2019 trazó la meta de sustituir 200 VTA, pero los avances recibidos a la fecha son que solo 19 familias alcanzaron a recibir la sustitución, y la Umata adelantó un censo que contiene la información de 272 familias cuya actividad económica depende de los VTA.
En esta administración somos conocedores de la información y la primera acción es reunirnos con la dirección de DATT y plantear una mesa de trabajo.
¿Qué se hará para regular la actividad de los caballos cocheros?
Cada semana la Umata visita a los caballos ubicados en las pesebreras de Marbella y Chambacú para conocer su estado de salud. Este fue un compromiso adquirido desde 2016 y que se sigue adelantando. Así mismo existe un espacio donde se reúnen Corpoturismo, representantes de la sociedad civil que defienden el derecho de los caballos, la Policía ambiental, la Policía Nacional, agentes del DATT, representantes de los cocheros y Umata para revisar y proponer asuntos pertinentes. Por ejemplo, ahora se está realizando una propuesta para superar los vacíos del Decreto 0656 del 2014 que regula la actividad del servicio de coches en Cartagena.
¿Cuáles son sus principales retos en el cargo?
Que la mujer rural sea visible en el tema de la actividad agropecuaria. Como mujer es una meta que no se desarticula de las metas nacionales que tiene el Plan de Desarrollo. Y también hacer visible que en el Distrito de Cartagena la producción de alimentos es supremamente importante, y que los modelos económicos productivos no solo son el turismo y los extractivos sino que también en el sector agropecuario hay mucho por hacer.
La zona rural en el Distrito es importante, si miramos la Zona Norte, todos esos corregimientos: Punta Canoa, Arroyo de Piedra, Arroyo Grande y La Boquilla, aun con sus veredas, tienen mucho potencial productivo y hectáreas que se podrían dedicar a la producción de alimentos. Eso hace que nuestra ciudad sea más sostenible.
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