Olga Elvira Acosta Amel envío incrédula su hoja de vida a la convocatoria hecha por el alcalde William Dau para conformar su gabinete de Gobierno. Después de una entrevista que duró dos horas, el mandatario le dijo: “Tú eres la persona”, y desde ese momento no ha parado de recibir el apoyo de su familia, colegas, estudiantes y amigos.
Acosta es administradora educativa de la universidad San Buenaventura, especialista en Gestión Educativa y magíster en Ciencias de la Educación. Recibió su nombramiento siendo rectora de la Institución Educativa Olga González Arraut.
Tras asumir el liderazgo de una de las secretarías más complejas, Acosta invita a la cooperación y a un pacto colectivo por la educación de Cartagena.
(Lea: William Dau nombró a Olga Acosta como nueva secretaria de Educación)
¿Cómo recibió el nombramiento como secretaria de Educación? ¿Qué significa para su carrera?
- Tengo más de 20 años siendo maestra. Empecé en una escuela rural y después me vine a Cartagena donde concursé y gané el cargo de directiva docente. Fui rectora de un colegio en Ternera, del colegio John F. Kennedy, del Santa María, del Soledad Acosta de Samper y de allí salí para la Escuela de Gobierno en la administración de Judith Pinedo.
Después de la Escuela de Gobierno pasé al colegio Olga González Arraut, “la escuela biblioteca para la inclusión y construcción de paz”, en el que aprendí que los niños y las niñas necesitan mucho más que un proceso pedagógico, un proceso de inclusión, no solo desde lo social sino desde la necesidad educativa específica.
Cuando se abrió la convocatoria de la Alcaldía, todos me animaron a que me presentara, pero estaba incrédula. Así que cuando fui elegida fue un hecho muy sorpresivo y muy bonito. El alcalde revisó mi hoja de vida, me llamó y me dijo que yo era la persona, que Cartagena me iba a apoyar para que podamos sacar adelante la ciudad en materia educativa.
¿Cómo define la escuela?
- La escuela es un gran laboratorio de democracia, es un laboratorio de amor, de aprendizaje, de sentido. Si la escuela tuviera todas las condiciones que tendría que garantizarle el Estado, nosotros hoy fuéramos una sociedad diferente. Es en la escuela donde se crece, donde se hace.
Frente a experiencias pasadas, parece que hubiera una desconexión entre la Secretaría de Educación y los colegios... ¿Qué opina?
- Las escuelas han estado solas, abandonadas. La Secretaría de Educación se ha dedicado a otra cosa y ese divorcio que tiene la secretaria con las escuelas también llega al sector privado.
Ha habido una desconexión también entre lo privado y lo público. Creo que nosotros tenemos que hacer una gran alianza entre los colegios privados y los públicos. Que cada colegio privado pueda decir: yo quiero adoptar un colegio público, para que podamos hacer la transferencia de conocimiento.
Invito al sector privado, que tienen tanto por enseñarle a lo público, para que puedan adoptar de manera solidaria a un colegio, lo acompañe y le haga transferencia metodológica para que se logren buenos resultados.
¿Cuál considera que es el mejor modelo educativo para integrar Estado- escuela- familia?
- Hablo de una escuela resemantizada, una escuela que se vuelva a mirar a sí misma y entienda el papel fundamental de la sociedad, de la formación. Una escuela que pueda llamar al padre de familia, jalonar para que la familia haga lo que tenga que hacer.
Nosotros no podemos suplantar la familia, porque ella forma, cuida, acoge, hace posible el milagro del encuentro de una persona con otra. La escuela entrega conocimiento y también formación, pero la tarea es revisar cómo hacemos para que cada persona haga lo que tenga que hacer para sacar lo mejor de la otra.
Lo que está sucediendo es que estamos encontrando en la escuela niños abandonados y el abandono se muestra en la falta de amor. Un niño que incluso llega sin ninguna condición a la escuela, el maestro tiene que hacer lo posible para que algo suceda con él.
¿Cómo la escuela pública puede vincular a los padres a la educación de sus hijos?
- No es una generalidad. Hay unos papitos que no quieren salir de la escuela. Hay unos papitos que están ahí ‘pegaditos al picó’ intentado salvar a sus hijos. Hay otros que definitivamente no.
A nosotros nos funcionó en el Olga González Arraut las escuelas de padres, hoy denominadas escuelas de familias. Estas escuelas no son solo para enseñar a los papás sino para que los papás sepan cómo van los chicos y cómo salvarlos; cómo les vamos dando la mano para que entre los dos podamos avanzar.
Si las escuelas de padres se convierten en unos aliados para la escuela, vamos a sacar la potencia de los niños, niñas y jóvenes. La idea es que todos formemos porque queremos devolverle la potencia a las instituciones educativas desde la Secretaría de Educación.
¿Cuál es el panorama de las instituciones públicas en Cartagena?
- La mayoría de nuestros colegios están abandonados. Los dineros no están llegando a las 104 escuelas. Encontramos que por ejemplo en una administración pasada se consiguieron unos recursos prestados para que se organizaran cinco megacolegios y en esta administración vamos a tener que activar unas pólizas porque no cumplieron.
Es decir, hay un dolor que nosotros cargamos permanentemente y es que el dinero no está llegando a las escuelas. El rector, el maestro, están metidos en unas aulas que no tienen condiciones para dar las clases. Al colegio San Felipe Neri se le consiguieron 8 mil millones de pesos y ¿sabes qué hicieron? Alcanzó para construir solo el cimiento. Hoy no tenemos dónde meter a esos niños.
Tras las movilizaciones del 21N, sectores sociales advertían que algunos docentes del Sudeb promovían en las aulas algún tipo de ideología política... ¿Qué opina al respecto?
- No se puede estigmatizar la labor del maestro. Si nosotros hubiésemos hecho un proceso de ideologización con los estudiantes, no tuviéramos el país que tenemos. Tuviésemos otro país.
Creo que no hemos hecho la tarea, porque la tarea del maestro es hacer que el estudiante piense críticamente y pensar críticamente significa saber cuáles son los cambios que tiene que hacer la sociedad para ser mejor, más equitativa.
Que un maestro le diga a un estudiante que tiene que luchar por sus derechos, no significa que esté incentivando o motivando alguna ideología.
Uno de los desafíos que tiene la administración de William Dau es sacar adelante el Plan Maestro de Educación que se hundió el año pasado en el Concejo. ¿Cómo lo hará?
- Participé en la construcción del Plan Maestro de Educación, en todos los ejercicios que se hicieron de participación ciudadana. Si bien fue un ejercicio de mucha participación, considero que los planes deben liderarse desde lo público.
Este plan tiene muchas bondades, pero si yo tuviera que impulsar un plan, lo haría desde la Secretaría de Educación y no a lo inverso. Convocaría al sector privado para que se sume a construir un plan desde lo colectivo, pero desde el Estado, como debería ser.
Entonces más que actualizar el PME, es hacer una nueva convocatoria para que esa construcción que ya se hizo se pueda alimentar desde todos los lugares. Siempre hay que construir desde lo construido y esto nos puede servir de faro para incluir las otras luchas por las que los docentes hemos venido trabajando como es la educación infantil.
¿Qué mensaje le envía a la ciudadanía?
- Probablemente no vamos a poder solucionar todos los temas de educación en Cartagena pero vamos a empezar, a intentar resolver uno a uno, de manera transparente, de cara a la comunidad, que la comunidad sepa dónde se invierten los recursos, para qué se invierten en unos y en otros no, y eso lo vamos a hacer nosotros. Hay esperanza.
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