Cartagena


¿Quiere ayudar a un habitante de la calle? “No le dé dinero ni comida”

El Mercado de Bazurto, la ciénaga de Las Quintas y Ceballos están entre los sectores donde más se agrupa esta población en Cartagena. ¿Qué hace el Distrito y qué puede hacer usted por ellos?

MÓNICA MEZA ALTAMAR

28 de julio de 2021 04:24 PM

Mientras que para algunos ciudadanos los cerca de 858 habitantes de la calle que hay en Cartagena (según censo de la Secretaría de Participación y Desarrollo Social) son invisibles, otros son conscientes de esta problemática social y de que ellos son seres humanos que necesitan ayuda. Lea aquí: En Cartagena se vacunarán 858 habitantes de calle

Sin embargo, “la ayuda que necesitan no es la que a veces concebimos, de darles dinero o comida”. Así lo resaltó a El Universal Milciades Osorio Díaz, coordinador del programa de Atención a Habitantes de Calle de la Secretaría de Participación y Desarrollo Social.

“Es necesario que la ciudadanía aprenda que a los habitantes de la calle no se les debe dar dinero ni comida. Al momento de botar las basuras no deben botar cosas que les permitan construir cambuches y tampoco permitir que duerman en las puertas de sus casas”, aseguró.

“¿Por qué? Porque en la medida en que ellos no encuentren la solución de vivencia en calle, de tener con qué comer, de tener una casa donde llegar y que todos los días les den la comida; cuando llevemos la oferta institucional la cogen más fácil”, explicó Osorio.

Recalcó que “a veces una mirada, un “buenos días, cómo estás”, les ayuda más. Si le das comida y él se había rebuscado 10.000 pesos, entonces yo soluciona la comida y tiene 10.000 pesos para fumar. Y si le das al revés también es igual. Entonces, en la medida en que él no tenga de dónde Y el día le haya sido difícil se cansa (de ese estilo de vida). Si quieres ayudarlos mejor dona a un hogar de paso que los atienda”.

Dónde están

El Mercado de Bazurto y la ciénaga de Las Quintas están entre los sectores donde más se agrupa esta población en Cartagena.

“Le siguen Ceballos, los alrededores de la Terminal de Transportes, Chambacú y el caño Juan Angola”, precisó el coordinador del programa.

Y es que cada una de estas zonas tiene atractivos a los ojos de los habitantes de la calle.

“En la avenida del Lago y el Mercado de Bazurto solucionan todas sus necesidades básicas insatisfechas, porque en los mangles hacen los cambuches, en el mercado se rebuscan y ahí mismo consiguen droga y alimentación. En la Terminal muchos se rebuscan como voceadores, anuncian los buses que salen para los municipios y los cuadran, además de lo que les dan los diferentes negocios que hay alrededor”, señaló Osorio.

¿Y los hogares de paso?

En cumplimiento de la Política Pública Social del Habitante de Calle, la Secretaría de Participación tiene habilitado el hogar de paso Cordeshu, en El Bosque. Pero el Plan de Desarrollo del alcalde William Dau establece que serán cuatro los hogares habilitados durante su mandato.

¿Qué se está haciendo? “Estamos presentando los proyectos, viendo la posibilidad de hacer alianzas para incrementar el número de hogares. Se espera que tengan capacidad para albergar a 50 habitantes de calle cada una, depende de los recursos que se puedan conseguir”, dijo Osorio.

Mientras eso se materializa, Cordeshu “está disponible para acoger a 50 habitantes de calle y se convierte en el laboratorio final donde deciden reintegrarse o no a la sociedad. El mes pasado allí estuvieron entre 70 y 80 habitantes de calle, porque algunos duran dos días, otros más, no se les puede obligar a quedarse. Dentro del hogar, cuando manifiestan querer aprender algo se habla con el Sena y se les capacita”, anotó.

Resaltó que “la determinante no es que manifiesten querer ir al hogar, sino que en el hogar permanezcan y ahí ellos mismos decidan: yo quiero cambiar, y comiencen a acogerse de manera plena a la oferta institucional, accedan a desintoxicarse, a no salir más por voluntad propia hasta estar aptos. Cuando eso pasa se les comienza a hacer el acercamiento familiar y uno comienza a ver cuáles son sus inclinaciones laborales, ellos van decidiendo qué les gustaría hacer, todo es decisión y va de la mano con su proceso de rehabilitación”.

El coordinador sostuvo que en promedio, cada año, “de todos los que pasan por el hogar, mínimo 20 se van para su casa (...) También está contemplado en el Plan de Desarrollo incentivar su parte productiva, pero es un proceso lento, paulatino, sería irresponsable decir que se les va a montar un negocio o que se les va a dar un patrocinio cuando ellos todavía están consumiendo droga”.

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