Cartagena


Ruido, aturde más en el mercado de Bazurto y el Centro Histórico

MÓNICA MEZA ALTAMAR

20 de mayo de 2018 10:00 AM

Mientras unos pueden dormir con un picó sonando en la casa de al lado, otros sienten su sueño perturbado con el zumbido de un insecto. Ruido se le considera a todo sonido no deseado, y por ello, controlarlo es complicado.

Incluso, cuando de una queja se trata, si la persona o el establecimiento denunciado como fuente de ruido “está dentro de la norma y el horario permitido, poco o nada podemos hacer”, afirmó Jorge Morelo Muñoz, coordinador del Programa de Salud Ambiental del Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis).

Esta entidad, que se encarga de controlar el ruido por inmisión domiciliaria, informó que son pocas las quejas que recibe por sonidos tortuosos que ingresan a edificaciones y casas. No obstante, “si tenemos quejas de personas que les molesta el ruido, las atendemos como un factor de riesgo, como la presencia de ratas e insectos”, indicó Morelo.

Resaltó que “hasta 80 decibeles (dB) es lo permitido, que es el ruido que puede aceptar el oído del individuo. Por encima de eso empieza a tener afectaciones. A veces uno no lo reconoce porque le gusta la música a alto volumen o el daño ya está, y cuando hay un daño la intensidad del sonido que se percibe es menor aunque realmente sea mayor.

“Esa persona que está bailando con un alto volumen, sea en un picó o en un equipo de sonido, en ese momento emocionalmente está bien, está gozando, pero su organismo está siendo afectado a nivel auditivo. Esa es una situación que a veces uno no percibe”.

En lo que va de este año, el Programa de Salud Ambiental ha atendido seis quejas por sonidos considerados insoportables: cuatro en la Localidad 1, una en la Localidad 2 y otra en la Localidad 3.

Las más insistentes

Morelo dijo que el Centro Histórico es un frecuente emisor de sonidos que molestan a las personas. “Cuando están en la construcción de establecimientos, la maquinaria que usan empieza a generar ruido. Llegamos con apoyo del EPA e inmediatamente miramos si los decibeles están por encima de la norma, teniendo en cuenta el horario.

“Inicialmente, los requerimientos van orientados a que se tomen las medidas para que ese ruido, desde donde se está generando, no transcienda en niveles que puedan afectar la salud de las personas”.

Señaló que la queja que más ocupó a la dependencia Distrital en 2017 la ocasionó una discoteca que tiene de vecino a un hotel. “Cuando esa discoteca, a altas horas de la noche, le aumentaba el volumen a la música, el sonido empezaba a vibrar y transcendía hacia una de las habitaciones del hotel. Al atender esta queja evidenciamos que el ruido transcendía a niveles no adecuados y le hicimos un requerimiento al establecimiento. Ellos hicieron un proceso de insonorización interna y con eso lograron bajar los decibeles de sonido que salían al exterior”.

Como esa, otras discotecas en el Centro han sido insonorizadas por las constantes quejas de los vecinos. Morelo resaltó que los sonidos ahora emitidos, “de acuerdo a la norma no afectan a las personas, pero de pronto el ruido continúa molestando a algunos”.

Añadió que en una clínica en el barrio Los Ángeles, “cuando se iba la luz encendían una planta que generaba mucho ruido. Tuvieron que insonorizarla. Las escuelas y las iglesias también generan mucho ruido a veces y nos ha tocado intervenir. Prevenir es lo que tratamos de hacer. No hemos llegado a sancionar porque la gente acata las recomendaciones”.

Ruido, también ambiental

Encargado de medir el ruido ambiental, que se refiere a los sonidos que generan acciones de los ciudadanos y transcienden al ambiente, está el Establecimiento Público Ambiental (EPA).

Leonel Guardo Castaño, subdirector técnico de Desarrollo Sostenible, explicó que “cuando hacemos una medición por una petición, queja o reclamo, lo que hacemos es programar un operativo para medir con el sonómetro y verificar si efectivamente el ruido está en los límites permisibles, sino lo está, ponemos una medida de suspensión a la actividad que genera el impacto”.

Empresas y establecimientos comerciales son los que más ruido ambiental generan en Cartagena.

Guardo informó que entre 2017 y 2018 se han impuesto 66 suspensiones de actividad, así: 52 en la Localidad 1, seis en la Localidad 2 y ocho en la Localidad 3. Resaltó que Bazurto y Centro Histórico son los sectores de la Localidad 1 con más suspensiones.

¿Daños? Sí, y no solo al oído

Desde 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que 1.100 millones de jóvenes de todo el mundo podrían estar en riesgo de sufrir pérdida de audición debido a prácticas auditivas perjudiciales.

Señaló que más de 43 millones de personas entre 12 y 35 años padecen una pérdida auditiva discapacitante, porque casi el 50 % está expuesto a niveles de ruido perjudiciales a consecuencia del uso de dispositivos como reproductores de MP3 y teléfonos inteligentes.

Otro 40 % se expone a ruidos que pueden oscilar entre los 104 dB y 112 dB, en clubes, discotecas y bares. Según los parámetros que marca la OMS, a partir de los 15 minutos, exponerse a este ruido no es seguro.

Morelo, del Dadis, dijo que “no hemos hecho un estudio para determinar qué impacto está causando el ruido en Cartagena, pero se sabe que perturba el descanso del individuo. Esto causa alteraciones como el insomnio, el descanso no adecuado y repercute en la concentración posterior de la persona”.

Añadió que “está comprobado que por encima de los decibeles permitidos, el ruido puede no solamente alterar el estado emocional del individuo, sino órganos como el oído, trayendo problemas a nivel de tímpano y al oído medio”.

Para que la audición esté exenta de riesgos, la OMS recomienda no superar el 60 % del volumen máximo del teléfono celular, limitar a una hora diaria el uso de auriculares, usar tapones para los oídos cuando se vaya a una discoteca o a un evento ruidoso, y utilizar la tecnología de los teléfonos inteligentes para medir los niveles de exposición al ruido.

Si se le dificulta oír sonidos como el del timbre, el teléfono o el despertador, debe consultar a un médico. Lo mismo si se le complica entender el habla por teléfono o seguir conversaciones en ambientes ruidosos.

La audición mejora a medida que estas células se recuperan, pero cuando “los sonidos son muy fuertes o la exposición se produce con regularidad o de forma prolongada, las células sensoriales y otras estructuras pueden verse dañadas de forma permanente, lo que provoca una pérdida irreversible de audición”, advierte la OMS.

No “reviente” sus oídos

Estos son algunos de los tiempos máximos de escucha que recomienda la OMS. El espacio de tiempo admisible disminuye a medida que la intensidad del sonido aumenta.

28 segundos en un concierto a todo volumen.

85 decibeles, ruido en un coche. Ocho horas.

90 decibeles, cortadora de césped. Dos horas y 30 minutos.

95 decibeles, ruido de una moto promedio. 47 minutos.

100 decibeles, bocina de un carro. 15 minutos.

105 decibeles, reproductor de MP3 a todo volumen. Cuatro minutos.

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