Cartagena


Un vendedor ambulante en medio del coronavirus

“Apoyo el toque de queda, aunque estoy preocupado, hay compañeros que están peor que yo”, le cuenta Fernando Herazo a El Universal.

El señor Fernando Herazo Flórez llegó a El Universal con una sonrisa en medio de esta conmoción. No era de felicidad, ni porque no estuviera preocupado por estos días que se vienen, solo trataba de ponerle ‘buena cara al mal tiempo’.

Él es un vendedor ambulante de manillas y artesanías y, junto a su esposa, busca el sustento diario trabajando en el Centro Histórico. Como es de esperarse, su trabajo ha quedado paralizado desde que se declaró la pandemia del coronavirus. Él, sin embargo, apoya el toque de queda.

“Apoyé por dos razones. Primero, por mi salud, porque nosotros al trabajar con el turismo tenemos un contacto grande con las personas que vienen de otros países y un contacto que a veces es de cuerpo a cuerpo, porque algunos lo tocan a uno, se toman fotos -ríe-. Nos regalan cosas de comer, uno en la decencia lo toma. La otra razón es que yo pensé que, de alguna manera, íbamos a ir solucionando”, dice, no muy convencido.

La preocupación de Fernando

A 2016, según el último censo de Gerencia de Espacio Público y Movilidad, había 2.595 vendedores entre ambulantes y estacionarios en Cartagena, con una concentración mayor en el Centro Histórico (1.691).

Fernando me muestra su carnet y el de su esposa. “Mi cuñado hace unos lapiceritos, mi señora unos collares, yo unas pulseras y otros productos que vienen de otras partes y nosotros compramos para revender, pero con otros vendedores la cosa cambia, como por ejemplo los que venden minutos”, explica.

Fernando afirma que hace unos veinte días, al ver la situación, quiso prepararse desde la parte económica, “pero los tiempos son inciertos, no sabemos cuánto tiempo vamos a pasar así”.

Parte de la historia que me cuenta Fernando se va a todos estos años de problemas con Espacio Público. “Hemos tenido problemas con ellos (Espacio Público). Nos acogieron las centrales obreras y aprendimos que tenemos derechos y deberes. Casi siempre hemos notado que quienes estaban en el poder trataban de sacarnos sin darnos oportunidad de hacer alguna otra cosa. Esto que está pasando nos lleva a entender un poco de la situación”.

La preocupación de personas como Fernando crece debido a las elevadas cifras de contagio que se están dando estos últimos días. Según la Organización Mundial de la Salud, hasta ayer, el número de casos confirmados de Covid- 19 en todo el mundo superó los 254.016. “Se dieron tres meses para llegar a los primeros 10.000 casos confirmados y solo doce días para llegar a los próximos 100. 000”, dice esa institución.

Fernando lidera un grupo de 54 personas. “Quizás los que tenemos más idea podemos sensibilizarnos, pero los que de pronto están en el voy y vengo son los que en momentos de desespero serán los primeros en querer salir a trabajar, al verse sin ninguna entrada”.

Hoy, el llamado que hace es que las autoridades distritales y nacionales miren hacia ellos. “El Estado no ha hecho énfasis en ayudar a los vendedores ambulantes, pero se enfatizó en decirnos ‘tienen que dejar de trabajar’. Eso nos preocupa. Las madres cabeza de familia tienen ayudas, los jóvenes también, los adultos mayores. Nos gustaría poder recibir una ayuda para cubrir los gastos necesarios, que por lo menos tengamos una semana cómo alimentar a nuestros hijos y que esto nos sirva de experiencia de que tenemos que educar a nuestros hijos, y nosotros tratar de educarnos también”, clama.

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