A pesar de que tiene 82 años de vida, la señora Rosalba Caro puede decir que volvió a nacer. Ella, a pesar de contagiarse de COVID-19, fue muy fuerte y le hizo frente a la enfermedad, logró ganarle la batalla para hoy en día estar en su casa en el barrio El Pozón, sana, salva y rodeada de sus seres queridos.
Fueron 16 largos días internada en el Hospital Universitario del Caribe (HUC), donde el personal médico le brindó una atención óptima y especializada, logrando estabilizarla y convertirla en una de las más de 1.200 personas recuperadas de coronavirus en Cartagena.
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Los parientes la llevaron al centro de salud de El Pozón porque tenía un fuerte dolor abdominal. Pero posteriormente empezó a presentar problemas para respirar, por eso los médicos la trasladaron al HUC, a donde llegó por urgencias y tras una evaluación previa la ingresaron de inmediato a la Unidad de Cuidados Intensivos. Allí le hicieron la prueba del COVID, que después resultó positiva, y permaneció en observación bajo tratamiento durante varias horas.
Pero Rosa resultó ser una mujer muy fuerte. Sus familiares indican que pocas veces se enferma y sus ganas de vivir la llevaron a mejorar rápidamente de la enfermedad. En poco tiempo salió de la UCI y pasó al área de hospitalización, donde continuaron garantizándole una muy buena atención profesional.
“Fue una situación difícil para mí, pero nunca perdí la esperanza en Dios. Él siempre está conmigo y eso me ayudó a salir adelante. Mientras me tenían en observación en el hospital, los médicos y las enfermeras no se despegaban de mí. Me atendían y consentían. Me tenían pechichona”, aseguró la octogenaria, que fue despedida con calle de honor por el cuerpo asistencial el día que le dieron de alta.
Así fue el conmovedor reencuentro con su hijo:
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Al llegar a su barrio sus vecinos también le dieron una sonora bienvenida, en medio de aplausos y muchas sonrisas.
Su familia no se cambia por ninguna. La abuelita querida logró sobreponerse a una enfermedad que no es nada piadosa con las personas de la tercera edad. Pero doña Rosalba sobrevivió y se convierte en una luz de esperanza para todos en medio de esta terrible pandemia.