Villa Juliana no se parece a su maqueta

Cuando los habitantes de Villa Juliana vieron la maqueta de lo que sería la urbanización que les estaban vendiendo, no dudaron en invertir su dinero, puesto que se trataba de una promesa paradisiaca a las afueras de la ciudad. Pero la realidad es que durante los once años de fundación que acaba de cumplir el sector, la de ellos ha sido una lucha constante para que el barrio se parezca un poco a la maqueta que vieron en las oficinas de la empresa constructora. Se trata de uno de los nuevos barrios que vienen naciendo en el espacio circundado por la carretera de La Cordialidad, la Avenida Circun-valar y la Troncal de Occidente. Contrario a lo que vieron en los diseños de construcción, Villa Juliana no tiene vías de acceso propiamente dichas, no existen las zonas ver-des, ni parques para el esparcimiento familiar. Por iniciativa propia “Lo poco que tenemos lo hemos sacado de nuestros bolsillos”, dicen los moradores, refiriéndose específicamente a una zona verde que aho-ra existe en los predios de la Manzana A, entrada principal al barrio. “En ese sitio —cuentan— había una poza, que nosotros rellenamos y le retiramos la maleza que tenía alrededor. Allí tenemos pensado construir el parque que no nos dio la constructora.” Asimismo, aseguran que las redes del alumbrado público, lo mismo que las bombillas fueron instaladas gracias a colectas que se organizaban entre los vecinos, para contrarrestar la oscuridad que reinaba desde que caían las 6 de la tarde. Igualmente, por su propia iniciativa y factor monetario, instalaron las redes de agua potable y alcantarillado, que no encontraron cuando llegaron once años atrás. “Esa oscuridad facilitó mucho la presencia de atracadores provenientes de otras zonas; y como no tenemos un CAI, la situación es más complicada”, dicen las amas de casa, quienes agregan que también carecen de un puesto de salud y un establecimiento educativo, por lo que jóvenes, niños y pacientes deben trasladarse a los barrios circunvecinos. A caminar Como consecuencia de la falta de buenas vías de acceso, ninguna ruta de buses entra hasta Villa Juliana. “Cuando necesitamos transportarnos —explican— nos toca caminar por diez minutos hacia San José de los Campanos, para tomar un bus de esa ruta. O caminamos hasta la circunvalar, para tomar una de las busetas que vienen de los barrios Colombiatón, Bicentenario o Flor del Campo. Pero la cosa se hace difícil en épocas de lluvias, ya que ni las motos quieren entrar por aquí”. Hasta el momento, el barrio cuenta con una sola calle pavimentada, mientras que los demás espacios están llenos de barro y de malezas, de donde salen ratas, culebras y otras alimañas que penetran por los patios y terrazas de las viviendas, “pero hasta ahora, gracias a Dios, no se nos ha presentado ningún percance con esos animales”. ¿De Turbaco o de Cartagena? La urbanización está separada de San José de los Campanos por el caño El Cacao, el cual, según los moradores de Villa Juliana, está en ma-nos de la entidad ambiental Cardique, que se comprometió a adecuarlo desde principios del presente año, pero hasta ahora no se ha visto nin-guna gestión en ese sentido. “Y el problema es que cuando llueve, ese caño se desborda e inunda las casas más cercanas de San José. Pero nos da miedo que poco a poco vaya socavando el terraplén que lo retiene y se meta en nuestras casas también”, advierten los de Villa Juliana. En estos momentos están considerando en serio la necesidad de conformar una Junta de Acción Comunal, no sólo por la cantidad de pro-blemáticas físicas que deben resolverse cuanto antes, sino también para establecer a cuál territorio en definitiva pertenece la urbanización. “Cuando vamos a pagar impuestos —aseguran—, debemos trasladarnos a Turbaco, porque dizque le pertenecemos a ese municipio; y cuando vamos pagar servicios, tenemos que hacerlo en Cartagena. Pero cuando necesitamos que nos ayuden a adelantar una obra civil, Turba-co y Cartagena se tiran la pelota, porque supuestamente no pertenecemos a ninguno de los dos”. La conformación de la JAC, según cuentan, les ha costado más de un dolor de cabeza, “porque de un tiempo a esta parte muchos propieta-rios se han mudado decepcionados por las deficiencias que tiene el barrio. Entonces, cuando uno va a pedir colaboración, el inquilino se rehu-sa, porque según él eso le toca al dueño de la vivienda”, cuentan las madres del sector. Esto me interesa Villa Juliana colinda con los barrios San José de los Campanos, Bosques de la Circunvalar y Villa Andrea.