El Laguito de Cartagena de Indias es reconocido barrio de la ciudad que posee un cuerpo de agua de gran belleza natural. Lastimosamente ha sufrido las consecuencias del impacto ambiental, causado por el uso desmedido de plástico y algunos comportamientos por parte de la ciudadanía.
Orinarse en las paredes de las calles puede tener consecuencias ambientales graves. El principal impacto es la contaminación del suelo y el agua. La orina contiene altas concentraciones de nitrógeno y fósforo, que son nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas, pero en grandes cantidades pueden afectar negativamente al medio ambiente. Lea también: EPA lanza alerta en Cartagena: si ve una fragata portuguesa, ¡aléjese!
Estas problemáticas pueden generar un impacto en la economía y el turismo de la ciudad. La acumulación de basura en las orillas del lago, la presencia de islas de plástico y la contaminación de la orina afectan la imagen y la reputación del destino turístico, disuadiendo a potenciales visitantes. Ante esta situación, un grupo de habitantes de este barrio realizó un plan para restaurar varios espacios.
Fabio Ramírez hace parte de la comunidad de restauradores de El Laguito, es vecino de este barrio hace más de 40 año. “Varios vecinos se han reunido y con la nueva JAC se ha tomado conciencia del abandono que tiene el retorno de El Laguito. Este es un punto muy importante para los turistas porque aquí vienen las aves. Ante el abandono absoluto, aquí se han acercado señoras que vienen a las seis de la mañana a cuidar las plantas, a cuidar lo que se ha sembrado. Muchos de los vecinos han sacado de sus propios recursos para recuperar el entorno en el aspecto de lo que es la jardinería”, contó Ramírez a El Universal.

Aprovechó el espacio para contar que hay algo que está ocurriendo con el muro de contención de el retorno, este está siendo destruido por la misma naturaleza. “Las raíces están destruyendo el muro. En estos momentos estamos gestionando piedras que nos van a regalar, vamos a conseguir cemento para recuperar este espacio. Aquellos árboles que están muertos, los ramales que están caídos, los hemos quitado. Sin embargo hay unos que son como un palo de coco que ya debe venir una empresa a removerlo, porque a la comunidad ya se le sale de las manos”, indicó.

Las consecuencias del plástico
La presencia de este material no biodegradable en el ecosistema acuático ha generado daños irreparables en la flora y fauna, además de la alteración de los ciclos naturales del agua.

El plástico, al no descomponerse, se acumula en las orillas del lago y forma islas flotantes que obstruyen el paso del agua y generan focos de contaminación. Además, la ingestión de plástico por parte de las especies animales que habitan en El Laguito puede ocasionar su muerte. “Hemos recuperado el jardín y además de eso, hemos recuperado plástico, es un problema porque se fracciona y se convierte en mini plástico, y después el otro problema es que al fraccionarse con el calor, se sube a las nubes en la evaporación para crear al ciclo de la lluvia y después ese mismo nos cae encima, llegando a las represas de agua”, aseveró Ramírez.
Senderos en recuperación
Ramírez indicó que hay dos senderos que se están recuperando; el sendero que está cerca al Hotel Hilton, llamado sendero número 2, y el sendero ecológico de Bocala, que pertenece a Bocagrande y Castillogrande. “Antes no podían pasar los turistas y ciudadanos por ese sendero, ya es posible y es una realidad, la cantidad de platicos y basuras ya desaparecieron de ahí. La policía todos los días nos apoyan, revisan si están nuevamente orinándose o botando desechos”, instó.
¿Qué pasa cuando alguien se orina en un espacio público?
Cuando la orina se deposita en las paredes, se filtra en el suelo y puede llegar a los ríos y lagos cercanos, provocando la proliferación de algas y la disminución del oxígeno en el agua, lo que puede tener consecuencias negativas para la vida acuática. Lea también: La importancia de los manglares en Cartagena: 3 razones para preservarlos
Además, la orina también puede producir malos olores y atraer plagas como moscas, ratas y otros insectos, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades. El orinar en las paredes también puede dañar el patrimonio arquitectónico y cultural de las ciudades, especialmente en edificios históricos.

La orina puede corroer y manchar la piedra y otros materiales de construcción, lo que puede llevar a la necesidad de costosas reparaciones y restauraciones para preservar el patrimonio cultural y arquitectónico de la ciudad. Por lo tanto, es importante educar a la población sobre la importancia de mantener la higiene urbana y respetar el patrimonio cultural para evitar estas consecuencias ambientales negativas.