La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa) y la Corporación Espacial Estatal (Roscosmos) hicieron conjuntamente su primer lanzamiento al espacio el pasado miércoles 21 de septiembre. El cohete Soyuz-2.1a dispuesto en el cosmódromo de Baikonur llevó a la nave espacial Soyuz MS-22 hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) en una misión que durará hasta el 28 de marzo de 2023. (Lea: Todo no podía ser color de rosa: el James Webb tiene un problema)
El despegue sucedió en Kazajistán, una ciudad del continente asiático y que antiguamente perteneció a la Unión Soviética. Ahora, después de que el lanzamiento fue un éxito, la nave está acoplada al módulo Rassvet de la Estación Espacial.
“Para mí todo resultará interesante en el espacio. Y claro está, cada 90 minutos observaremos la Tierra”, afirmó en la rueda de prensa organizada por la agencia espacial rusa Roscosmos, previa al lanzamiento.
El astronauta de la Nasa declaró que espera con especial interés la oportunidad de llevar a cabo una caminata espacial. “Miraré con especial atención la oscuridad del cosmos y disfrutaré la vista de las estrellas”, aseguró.
Le acompañarán a la ISS los cosmonautas rusos Serguéi Prokópiev y Serguéi Petelin, con quienes tiene previsto llevar a cabo cinco caminatas espaciales, durante las cuales trabajarán en la integración del módulo de laboratorio multifuncional de la Estación Espacial Internacional con el resto de la plataforma orbital.
“Estoy muy emocionado. Nuestro trabajo es el resultado de muchos años de esfuerzos intensos, y cuando supe que volaría me sentí como un chiquillo”, añadió.
Rubio afirmó sentirse orgulloso por el trabajo de sus instructores y especialistas de preparación de vuelo, y agradeció a su familia, “que todos estos años me apoyó y se sacrificó para que esto fuera posible”.
En la Estación Internacional la tripulación de la Soyuz MS-22 se unirá a sus predecesores, los cosmonautas rusos Oleg Artémiev, Denis Matvéyev y Serguéi Kórsakov, miembros de la tripulación 67, y los estadounidenses Kjell Lindgren, Robert Hines, Jessica Watkins, y la italiana Samantha Cristoforetti, de la tripulación Crew-4 de la nave norteamericana Crew Dragon.
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