La zoofilia es una desviación sexual cometida por humanos que tienen relaciones con animales. Rumores de prácticas así perviven en ciertas regiones del Caribe colombiano; sin embargo, este caso puntual que involucra a la NASA y a un grupo de científicos ocurrió en 1960, cuando la agencia espacial desarrolló un experimento que buscaba crear una comunicación entre humanos y tres delfines, Sissy, Pamela y Peter. (Lea: ¿Por qué no se puede tomar Coca-Cola en el Espacio?)
Los investigadores encargados de este estudio, financiado por la NASA y la Marina de los Estados Unidos, pues les interesaba hablar con formas de vida extraterrestres, fueron los científicos John Lily, Frank Drake y Margaret Howe. Algo llamativo es que Howe, la protagonista de esta curiosa historia, simplemente entró a la investigación por pura curiosidad, en donde conoció a Peter, el delfín que estaban estudiando en el laboratorio “Casa del Delfín”, ubicado en las Islas Vírgenes.
Detalles del “romance”
Margaret Howe construyó una férrea amistad con el cetáceo Peter mientras le enseñaba a emitir los sonidos. Fue tanta la pasión, científica en un primer momento, que se quedó a vivir en el laboratorio para pasar más tiempo con el delfín. A raíz de esto es que comenzaron a entablar una relación, puesto que ella decidió usar como método de acercamiento, el mismo que usa una madre o profesora para enseñarle a un menor a comunicarse.
“Según ella, para lograr esto, debía pasar las 24 horas del día con Peter, a modo de inmersión. El delfín comenzó a emitir estos sonidos de una manera muy rápida y muy similar al de las personas cuando hablan; sin embargo, nunca se trató de una imitación perfecta, ya que solo buscaban crear ese puente comunicativo entre los seres humanos y la especie acuática”, explicó Caracol Radio.
Según el medio, como ambos ya pasaban mucho tiempo juntos, Peter quería mucho más a Howe que a los demás investigadores, llegando hasta el punto de unirse tanto a ella haciendo movimientos contra su cuerpo como muestras de deseo sexual. Los investigadores aseguran que cuando esto sucedió, lo que hizo Margaret fue comenzar a masturbar al delfín, en vez de llevarlo a donde se encontraban las hembras de su especie.
“Luego de conocerse esto, Margaret Howe expresó lo siguiente ante la opinión pública: ‘No fue algo sexual por mi parte, tal vez sí sensual. Me pareció que estrechaba el vínculo, no por la relación sexual, sino por no tener que seguir avanzando. Eso es realmente todo lo que era, o estaba allí para conocer a Peter, y eso era parte de Peter’”, develó Caracol.
Al respecto, Christopher Riley, director de un documental producido por la BBC sobre el controversial experimento, expresó: “No creo haber oído un ejemplo de ‘Peter’ entrando y diciendo espontáneamente ‘Hola Margaret’, pero él lo decía a menudo después de que ella lo hubiera dicho, era una imitación muy buena, su pronunciación no era buena, pero sí su entonación, su inflexión, y se identificaban algunas sílabas”.
Luego de esto, la investigadora no volvió a hablar al respecto y tiempo después, en el mencionado documental llamado “La chica que hablaba con los delfines”, el autor de la investigación expresó que el proyecto finalizó; no obstante, estuvo involucrado en controversia, rumores y comentarios negativos al respecto. Después, Peter fue trasladado a un acuario en Miami, donde murió a causa de la “tristeza” por su obligada separación de Howe, debido a que el experimento culminó por falta de financiación y en medio de la comprensible polémica, pues también se supo que trabajan con drogas LSD en los mamíferos.
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