Colombia


Alerta por AH1N1 no es exagerada

COLPRENSA

29 de junio de 2013 11:19 AM

Nuevos fallecimientos registrados en Antioquia reviven las alarmas respecto a la gravedad que tiene el virus de influenza AH1N1 en el departamento.
De acuerdo con el último reporte de la Dirección Seccional de Salud, hasta el 21 de junio se habían procesado en el laboratorio departamental de salud pública "un total de 568 muestras de personas con síntomas respiratorios, de los cuales en 162 han sido positivos para algún tipo de virus y que de ellos siete han fallecido por AH1N1".
Pero, ¿qué tanto nos debemos preocupar? ¿Estamos ante una pandemia de la misma severidad a lo que vivimos en 2009? ¿Hay medicamentos y vacunas suficientes para contener el contagio?
Los médicos invitan a conservar la calma pero adoptar medidas de prevención y estar alertas. Carlos Cortés, internista infectólogo y vocero de la Asociación Colombiana de Infectología, es uno de los que piensa que este es un brote que no debe pasar indiferente. "Es un tema grave y hay que estar atentos. El problema es que siguen circulando influenza y otros virus respiratorios y, a pesar de los esfuerzos del gobierno, de los médicos y de las sociedades científicas, tanto la población general como algunos de los médicos que realizan atención a pacientes ambulatorios, han olvidado lo grave que puede llegar a ser la influenza".
ATENCIÓN Y TRATAMIENTO
Cortés recuerda que cuando se presentó la epidemia en 2009 y el mundo entero se volcó a crear alertas y protocolo de atención a estos pacientes, hubo gran información y se generó un esquema muy eficiente. "Sin embargo, creo que hoy, tanto los médicos en los servicios de urgencias, como la gente, olvidó que esto puede seguir ocurriendo. Ahora está apareciendo de nuevo la infección y si no se trata a tiempo se presentan fallecimientos".
El doctor Julián Alberto Betancur, internista infectólogo de la clínica Las Américas, le da importancia a la enfermedad, pero aclara que se está actuando con prontitud y eficiencia. Betancur cuenta que se han presentado casos en la clínica que casi siempre terminan en altas al paciente.
Para este especialista, sin embargo, resulta más fácil tratar a un paciente hospitalizado que a uno que llegue a su consultorio con los síntomas, pues la disponibilidad del medicamento se limita a hospitales, clínicas y centros de urgencias.
El tratamiento está basado en el suministro de un antiviral llamado oseltamivir, conocido comercialmente como Tamiflú, del laboratorio Roche. Su distribución está a cargo del Ministerio de Salud, a través de las seccionales en cada departamento.
La bacterióloga epidemióloga Margarita Rosa Giraldo, de la Seccional de Salud de Antioquia, explica que en este momento se están entregando lotes del medicamento en todos los servicios de urgencias, hospitales y clínicas de Antioquia, para que ellos entreguen a los pacientes sobre los cuales se sospecha la enfermedad, "sin necesidad de que medie autorización alguna y sin tener confirmación del diagnóstico".
LA DETECCIÓN A TIEMPO
El investigador de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, infectólogo Francisco Javier Díaz, opina que la atención mediática que se dio a la pandemia de AH1N1 en el 2009 fue tan grande que se generó un caudal de incertidumbre y temores infundados. En esta oportunidad, dice este experto, la gente entiende con claridad el tema y sabe que se tiene que proteger.
"Este año las cosas están en el nivel que deben estar porque tenemos información y la ciudadanía está alerta. De otro lado, los médicos están actuando de acuerdo con las guías médicas aunque la naturaleza de la infección hace muy difícil identificar una H1N1 de otras infecciones respiratorias".
El único laboratorio en Antioquia que procesa la muestra médica para detectar la presencia de la enfermedad es el Laboratorio Departamental de Salud Pública, y allí los resultados se obtienen a los diez días de recibida la muestra. En este sentido, vale destacar que el tratamiento puede administrarse a los pacientes así no exista confirmación biológica de la enfermedad, por lo que cobra importancia el conocimiento claro de las señales de alerta.
La lista de síntomas varía ligeramente entre un especialista y otro, pero para hacer una enumeración de las más importantes están: dificultad persistente para respirar después de 48 a 72 horas, tos con expectoración purulenta, fiebre superior a 38 grados, fatiga, dolor de garganta, tos o que sus familiares observen que el estado de conciencia cambie.
Ese paciente debe ser valorado en un servicio médico, dicen los especialistas consultados. Y complementan con la descripción de la población más vulnerable: los niños menores de cinco años, siendo los menores de dos años los más sensibles. Los adultos de más de 60 años o las personas que tengan una enfermedad cardíaca o pulmonar crónica. También se incluye en esta lista a las mujeres embarazadas y las personas con obesidad.
El doctor Francisco Javier Díaz asegura que, más allá del entrenamiento de los médicos, se trata de conocer la naturaleza de las diferentes infecciones respiratorias. "Hay un porcentaje de ellas que son muy severas, la dificultad no es que el médico no esté entrenado sino que el rango de la enfermedad lo superpone con otras respiratorias y la hace difícil de detectar en consultorio".
PREVENIR ES ACTUAR
La vacunación se convierte en el otro arsenal de protección para impedir la propagación de la enfermedad. "Todas las vacunas para la influenza incluyen una inmunización en H1N1. Esta protección no abarca el 100 por ciento de los casos, pero sí defiende al organismo de las formas más severas".
La vacunación es aconsejada para todas las personas con una frecuencia anual. Esta hace parte del Programa Ampliado de Inmunización y se aplica gratuitamente a los niños entre los seis y los 23 meses y los mayores de 60 años. Díaz afirma que las vacunaciones previas, sumadas a la presencia del virus desde 2009, han generado cierta protección en muchas personas. Esto hace que la severidad o la frecuencia de la enfermedad no sea tan alta.
"Creemos que en los años siguientes el virus va a producir enfermedades menos severas. Estos virus se quedan en el ambiente y pueden durar años o décadas. En estos cuatro años que han pasado desde la aparición del virus, la población se ha ido inmunizando natural y progresivamente".
La otra buena noticia es que, de acuerdo con el doctor Cortés, las próximas semanas podrá ceder el diagnóstico de casos positivos. "Porque la frecuencia de lluvias baja y los niños van a estar en vacaciones".
Cortés afirma que cuando una persona muere por la enfermedad es porque algo no se hizo bien. "Estas muertes ocurren porque la atención no ha sido oportuna, o porque no se hicieron las cosas que se debían hacer. El llamado del Gobierno, a través del Instituto Nacional de Salud, es recordar que las enfermedades respiratorias persisten, que se deben seguir los protocolos médicos y atender las recomendaciones de cubrirse al toser y lavarse las manos rutinariamente.

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