Colombia


Así es la erradicación de cultivos de hoja de coca

COLPRENSA

02 de abril de 2017 11:54 AM

El cultivo de hoja de coca se diferencia desde el aire de otras plantaciones por su color verde claro brillante, casi fluorescente. Los que las autoridades denominan industriales (criminales) son cultivos más grandes de 1,5 hectáreas, casi siempre separados por riachuelos o quebradas, por lotes, en zonas de bosque o en áreas más despejadas. Entre Llorente y La Guayacana, corregimientos de Tumaco (Nariño), ese es el panorama constante en un sobrevuelo. Por algo, la zona es el eje central de una protesta cocalera que está creciendo.

La razón no es otra que la orden perentoria del Gobierno Nacional de erradicar de manera forzosa cerca de 3000 hectáreas, de las 19.000 que hay en Tumaco, por tratarse de cultivos de hoja de coca de narcotraficantes, no de campesinos, no de indígenas, que tienen carácter industrial y que abundan en la particular geografía del municipio: con el mar a un costado, zonas que se cubren y descubren, ríos que serpentean en sus meandros, lagunas e islas y un bosque que cubre largas extensiones.

El agua da paso al bosque. Desde el aire se ven cultivos de palma, más bosque y luego empieza a aparecer la coca, algunos cultivos más grandes que otros y, cada tanto, un área cuadrada que se ve sin vida, con ramas y árboles caídos.

En terreno, la realidad se aleja del verde brillante para dar paso a un escenario de depredación. De raíces cortadas que reflejan la inmensidad de los árboles talados para hacer la cosecha, de un terreno irregular, fangoso, en donde un grupo de muchachos, policías jóvenes, llevan cuatro días erradicando manualmente, arrancando las matas.  A lo lejos se ve el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) y algunos pobladores.

¿De quién son? ¿Son o no campesinos que siembran hoja de coca para sobrevivir? ¿Están ubicados en resguardos indígenas? La Policía Antinarcóticos tiene todo georreferenciado y no duda en responder: los dueños son los narcos y lo único que hay que hacer es erradicar.

“No es un lote individual. Hace parte de un conglomerado de lotes que están en la zona como un solo bloque que promueve el narcotraficante. Obviamente hay una cerca, una quebrada, algo de monte, pero si usted camina diez metros ahí está el cultivo.  Son alrededor de 3.000 hectáreas que no están en resguardo indígena ni hacen parte de campesinos”.

Así lo dice el director de la Policía Antinarcóticos, general José Ángel Mendoza, desde un cultivo, para darle luego la orden a los erradicadores de arrancar las, al menos, diez mil matas que tiene el lugar. “Esto es de un ‘narco’”, afirma. ¿De quién? De bandas como Renacer y el ‘Clan del Golfo’.

El general Mendoza niega algunos dichos que han hecho carrera como, por ejemplo, que el Esmad está erradicando o que se hará aspersión aérea de glifosato. No, afirma, la Policía entró a la zona con doce compañías antinarcóticos y el Ejército hará lo propio con al menos ocho pelotones para empezar.

“La idea es acabar con los cultivos industriales que benefician al narco y al crimen organizado”, insiste el oficial, al agregar que estas tres mil hectáreas, ubicadas en parte cerca a la vía principal que va hasta Pasto, no son objeto del programa de sustitución de cultivos que, en cambio, sí está programado para las otras 16 mil hectáreas que hay en Tumaco.

La problemática creciente y los disturbios con cocaleros y campesinos que dicen verse afectados por erradicación, motivó una reunión de alto nivel con la presencia del recién posesionado vicepresidente de la República, general Óscar Naranjo; el viceministro del Interior, Guillermo Rivera; y la Alta Consejera para los Derechos Humanos, Paula Gaviria.

“El crimen organizado debe quedar notificado de que el Gobierno va a proteger a las comunidades, que no haya lugar a las equivocaciones, no nos vamos a dejar intimidad”, dijo el general Mendoza. Entre tanto, Rivera aseguró: “el Gobierno no va renunciar a la erradicación de los cultivos de uso ilícito”.

CÓMO SE HACE LA ERRADICACIÓN

“Está queriendo hacer carrera en el país que la coca se vuelve legal si yo tengo un problema de subsistencia, eso no es así. La coca sigue siendo ilegal. Es un delito”, dice con contundencia el general, quien trasladó su despacho al municipio ante el aumento de la protesta social.

La versión de la Policía es que narcotraficantes son quienes les están pagando a las comunidades para protestar en contra de la erradicación y evitar la llegada de la Fuerza Pública y las unidades como tal a terreno. Por eso, para cada intervención, se planea la llegada por aire y tierra y se ubica personal del Esmad.

“Aquí no se trata de sobrevivir, es de hacerle el juego al narcotraficante. Él arrienda predios, paga la cosecha de la hoja al campesino que está en la zona, eso es verdad, pero el resultado grande del narcotráfico es lo que tiene complicada la seguridad ciudadana en Nariño. Aquí estaban las FARC, ahora están concentradas”, explica desde un cultivo del que afirma, fue sembrado después de firmado el proceso de paz.

El trabajo de erradicación manual, se complementa con el Pecat, que es el plan de erradicación con el uso terrestre del glifosato, que se utiliza con equipo que un policía se pone en la espalda y que tiene una manguera que le permite rociar la mata de coca con el químico.

Cada equipo cuenta con una persona que detecta explosivos, con un guía canino antiexplosivos, un guía explorador, un grupo de apoyo con armamento y tres aplicadores. Cada galón sirve para una hectárea y no puede usarse cuando hay mal clima o va a llover por el riesgo ambiental que puede producir.

LOS ACTORES

La mayor concentración de cultivos ilícitos en Nariño, donde hay 29.755 hectáreas identificadas, está en Tumaco, Barbacoas, Magüí, Roberto Payán y Francisco Pizarro.

En Tumaco hay tres asociaciones campesinas: La Asociación Porvenir Campesina, la Asociación de los Consejos comunitarios de los Ríos Mira, Nulpe y Mataje y la Corporación de Cocaleros y Productores de Amapola y Marihuana.

Además de las bandas como Renacer y el Clan del Golfo, hay disidencias de las FARC y la guerrilla del ELN, especialmente el Frente Comuneros Del Sur, quien tiene como máximo líder a Rodrigo Yépez Mejía, alias ‘Gustavo’ o alias ‘HH’; seguido de Jorge Rosero Marín, alias ‘Jean Carlos’ o ‘Fercho’; Roger, alias ‘Marcos’; alias ‘James’ o ‘Genaro; Neftalí, alias ‘Marcos Pacífico’ o ‘Negro Acacio’; y Paola Andrea Valencia Giraldo, alias ‘Ximena’ o ‘Tania’.

Dicho frente tiene al menos 97 integrantes, divididos en seis compañías. La primera se lama ‘Eder Santos’ y está al mando de alias ‘Moralito’; está la compañía ‘Héroes de los Andes’ que dirige alias ‘Caleño’ o ‘Adrián’ y la compañía ‘Mártires de Barbacoas’ de Éver Morales Perlaza.

Igualmente, está la compañía ‘Guerreros de Sindagua’ al mando de Nilson Morales, alias ‘Kevin’ o ‘Popeye’; así como la compañía ‘José Luis Cabera’ de Oliverio Pai, alias ‘Chuqui’; y la compañía ‘Jaime Tobón Obando’ del ya señalado alias ‘Jean Carlos’.

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