En el mundo se estima que hay 168 millones de niños trabajando, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y para este año se priorizó disminuir esta problemática las cadenas de producción.
El 12 de junio se convirtió en el Día Internacional contra el Trabajo Infantil desde 2002, para sensibilizar a la población sobre éste flagelo y elevar la importancia de este tema.
En el marco de este día conmemorativo se han abordado diferentes sectores y formas de trabajo, considerando desde trabajos domésticos hasta ámbitos como la minería, agricultura, e incluso la explotación sexual comercial de los menores.
Es así como la organización define el trabajo infantil como “todo tipo de trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico”.
La tasa de disminución todavía no podría cumplir con el Objetivos de Desarrollo Sostenible, pues para 2025 no se podrían erradicar las peores formas de trabajo infantil. Además, solo en América Latina el 12.5 % de los niños entre 5 y 17 años debe realizar algún tipo de actividad económica.
Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), en Colombia hay una estrecha relación entre el trabajo y la ausencia escolar. Esta misma entidad manifestó que el porcentaje de menores que no asiste al colegio se ha incrementado. Además, en el país no se tiene las cifras precisas del reclutamiento de menores durante el conflicto armado.
EL TRABAJO EN EL ÁMBITO EMPRESARIAL
En el marco de la visualización de este flagelo en las compañías, la OIT recomienda que el sector debe reconocer que sus actividades afectan o pueden afectar el desarrollo de los menores.
Según la Red Pacto Global Colombia, las empresas también deben implementar las acciones pertinentes para proteger y promover los derechos como Los principios rectores de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos y la Declaración tripartita de principios sobre las empresas multinacionales y la política social.
Estos documentos invitan a que las empresas respetar los derechos humanos y por tanto los de los niños, buscando adoptar prácticas justas, responsables y sostenibles, para eliminar el trabajo infantil de sus operaciones.
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