Con dos hechos se movió de nuevo el caso que se sigue en la Cámara de Representantes contra el magistrado de la Corte Constitucional Jorge Pretelt, por el escándalo de supuestas peticiones y entrega de 500 millones de pesos para fallar una tutela a favor de Fidupetrol.
Por un lado, a mitad de semana, se nombró a José Obdulio Gaviria como el responsable de elaborar la ponencia en este asunto, lo que de inmediato generó más de una suspicacia.
En segundo lugar, finalizando la semana, se tranzó una dura pelea entre el abogado del jurista, el penalista Abelardo De la Espriella, y el representante investigador Julián Bedoya, por lo menos desde la orilla de la defensa. Y como si eso fuera poco el viernes al final del día la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura rechazó, por improcedente, una tutela interpuesta por Pretelt y con la cual éste buscaba que Bedoya fuera apartado del caso.
Al respecto De la Espriella habló con COLPRENSA.
- Muchas suspicacias se han generado por la posibilidad de que el señor José Obdulio Gaviria sea quien presente una ponencia en el caso que se sigue en el Congreso contra el magistrado Jorge Pretelt…
Suponer que el senador Gaviria no es idóneo para conocer del caso, no sólo insulta su integridad, sino también la de sus electores. José Obdulio Gaviria es tan senador como cualquier otro, tiene las mismas obligaciones y derechos que los demás. Lo cierto es que al ser abogado y habiendo ejercido el derecho penal, resulta un funcionario que puede dar mayores garantías a las partes. Aquí el objetivo es buscar la verdad y la justicia, no atropellar a como dé lugar a Jorge Pretelt, como pretenden algunos.
- ¿En este caso, cree que hay garantías tanto para quienes cuestionan al magistrado, como para quienes lo defienden?
En la cámara no había garantías. El proceso fue instruido por Julián Bedoya, un expolicía expulsado de la institución por intentar robarse un arma, el mismo sujeto que dijo ser abogado y que luego se supo había cursado tan solo tres semestres, un político que además es ambicioso y oscuro y pretende hacer carrera sobre las cenizas de Jorge Pretelt, de la manera más infame, pues desconoció toda la prueba a favor de mi cliente y cerró abruptamente la investigación para obviar pruebas que demostraban su inocencia.
Como si lo anterior fuera poco, el exfiscal (Eduardo) Montealegre y el gobierno presionaron a muchos representantes para acusar a Pretelt. En el Senado la cosa es distinta: Hay una comisión instructora conformada por abogados de profesión, políticos con experiencia y trayectoria, que a mi juicio no son susceptibles al chantaje y la presión.
- Usted habla de violaciones al debido proceso por parte de Julián Bedoya. De ahí el que usted vaya a iniciar acciones contra él. ¿Qué va a hacer?
Lo único que ha hecho Julián Bedoya a lo largo del trámite procesal, es violarle sistemáticamente las garantías constitucionales y legales de Jorge Pretelt. Bedoya no sólo carece de formación en derecho, es además un ser protervo que sigue ordenes de sus patrones del Partido Liberal para atropellar a Pretelt de la manera más infame y torticera. Nada bueno puede esperarse del Yair Acuña paisa. Por todas sus tropelías e ilegalidades lo denuncié penal y disciplinariamente. Ya lo veré caer, un bandido ignorante como ese tarde que temprano se equivoca.
- ¿Cuál es el interés que en su criterio tiene Bedoya en afectar a su defendido?
Julián Bedoya es un pobre diablo, que quiere hacerse célebre con el caso de Pretelt, acusándolo le da contentillo a la galería y se posiciona con el partido Liberal, cuyos miembros no soportan que Pretelt sea un hombre de ideas conservadoras. Quieren ese puesto para un magistrado de esa misma filiación política. A Bedoya lo mueven sus propios intereses, la justicia le importa un demonio.
- ¿Cree que hay intereses políticos en este caso, y quién estaría tras ellos?
Obvio, en el proceso contra Jorge Pretelt solo hay intereses políticos: Montealegre se metió, también el presidente y sus ministros, la prensa de izquierda, los parlamentarios del Polo y el Partido Verde. Al unísono todos quieren linchar a Pretelt, pero el objetivo no es encontrar la verdad, lo que quieren es el puesto de Pretelt, para poner ahí a un esbirro que haga lo que ellos quieran o que en su defecto, piense igual.
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