Lo que sería un viaje de meditación y de aprendizaje de un segundo idioma se convirtió en toda una travesía para el Colombiano Diego Fernando Carvajal Benjumea.
Este Caleño de 37 años con maestría en Ciencias Sociales llegó inicialmente el pasado 18 de diciembre a la India par estudiar inglés y profundizar en el aprendizaje del arte de la meditación.
Sin embargo el COVID-19 cambió el rumbo y el destino del planeta dejándolo atrapado en el continente asiático.
“Llegué a la India el 18 de diciembre a estudiar y inglés y mejorarlo, como tenía visa de turista por en año, con múltiples entradas al país, tuve que salir el 3 de marzo hacia Nepal, para cuando retornara lograr tener 3 meses más de visa y continuar estudiando inglés en Nueva Delhi. Nunca imaginé que este virus cerrara las fronteras del mundo” relató Carvajal.
Este colombiano cuenta que llevas dos meses y medio sobrellevando este encierro, el cual lo tiene financieramente quebrado. “Ya uno no puede salir a ningún lado y llevo 75 días en esta situación y acabaron de anunciar nuevamente que se extiende por enécima vez, que la cuarentena se extiende 15 días más. En esas condiciones no hay bolsillo que aguante y se disminuye las probabilidades de retorno al país, de volver a casa, de volver a Colombia” comentó.
Diego Fernando contó que cree en los propósitos de Dios y por algo se quedó atrapado en Nepal y no en India, donde actualmente hay casos xenofóbicos contra los extranjeros, debido a la creencia de la población, que ellos son los portadores del COVID-19 y pueden infectar a su gente. “En Nepal eso no se da afortunadamente, pero en India sí se han dado muchos casos, no sólo con colombianos, sino con cualquier extranjero, porque ellos piensan que el COVID-19 lo llevaron los turistas” detalló preocupado.
En estos momentos Diego le pide al gobierno nacional la forma de volver a Colombia porque cuando tuvo la oportunidad las aerolíneas colapsaron y los precios de regreso fueron exorbitantes, incluso cuenta que a muchos les cancelaron sus vuelos de retorno a casa.
“Un tiquete cuesta alrededor de 2500 a 3000 dólares, unos 12 millones de pesos, son cifras increíbles para un pasaje, de un solo trayecto. No hay bolsillo que pueda pagar ese tiquete en esta situación de crisis. Porque las aerolíneas colapsaron, todos los países cerraron fronteras en menos de 2 semanas y no hubo forma de conseguir asiento, a muchos les cancelaron sus vuelos de regreso y quedaron atrapados” dijo.
La paciencia de este colombiano se ha agotado hasta el punto que ya no le pide nada al gobierno nacional solo de que abran las fronteras o existan vuelos comerciales con fines humanitarios a precios asequibles. “Ya la verdad no les pido nada, estoy agotado de pedirle junto con otros colombianos más, de esta zona del mundo, que nos ayude a salir de aquí a precios justos, nos sentimos desilusionados de las instituciones del país, para todo es un pero, una excusa o un no se puede. Sólo estamos confirmando en lo que puede ayudarnos a resolver nuestra embajada”.
Actualmente vivo en Fernando comentó que tiene un lugar donde dormir y comer gracias a la bondad y solidaridad de personas que ni siquiera los conoce solamente que conocieron su situación de abandono por parte de su gobierno como él mismo relata. “Afortunadamente es estable gracias a la comprensión de las personas donde me quedo, se han colocado en mis zapatos y me han ayudado mucho más de lo que esperaba, al igual que ha sucedido con otros extranjeros. La amabilidad y el corazón de las personas de Nepal no tiene comparación, dista mucho de los políticos que nos representan a nosotros”.
Solo a Diego Fernando Carvajal Benjumea le falta esperar porque más Colombianos se unan y se solidaricen con su causa y lo ayuden a volver a casa, a volver a Colombia, mientras tanto el y otros extranjeros atrapados en Nepal, acuden a la meditación, para no perder la cabeza en estos tiempos de coronavirus.
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