Colombia


El ‘ventilador’ de Musa Besaile en el juicio contra el exmagistrado Ricaurte

El exsenador detalló ante el estrado la forma en la que el abogado Luis Gustavo Moreno le pidió 6.000 millones de pesos para frenar la orden de captura en su contra por el proceso de parapolítica.

COLPRENSA

23 de enero de 2020 09:46 PM

Musa Besaile empezó a prender el ventilador. Como testigo en el proceso que se le sigue al exmagistrado Francisco Ricaurte, procesado por el escándalo de corrupción del ‘Cartel de la toga’, el político cordobés está señalado por la justicia, entre otros, de nexos con paramilitares.

El exsenador dijo que en 2006 la Corte Suprema le abrió un expediente por parapolítica por sus presuntas alianzas con Salvatore Mancuso con quien se habría reunido. En la fase final de su proceso el magistrado a cargo era Gustavo Malo.

“En septiembre de 2014 mi abogado, Luis Ignacio Lyons, me invita a una reunión en el Gun Club del lanzamiento del libro ‘Los falsos testigos’, de autoría del abogado (Luis) Gustavo Moreno y me dijo que era importante a esa reunión”, relató Besaile quien dijo que accedió ir a ese encuentro del que contó tenía como asistentes “a toda la cúpula del poder del país”.

A la reunión, según recordó, también asistieron el exdiputado del Valle, Sigifredo López, y el almirante en retiro Gabriel Arango Bacci, citados por el autor del libro como ejemplos claros de cómo en un proceso judicial se presentaban los falsos testigos.

En septiembre de 2014, Besaile, de acuerdo a sus palabras, recibió una llamada de su defensor y le dijo que el magistrado Francisco Ricaurte quería hablar con él, por lo que lo invitó a una reunión en su apartamento en el norte de Bogotá. Al iniciar el encuentro, Ricaurte le pidió que dejaran el teléfono celular en un cuarto diferente al que se reunieron.

“Te he citado aquí, porque el proceso de parapolítica que tienes en la Corte me he enterado que va muy mal llevado (sic); te quiero ayudar”, narró Besaile sobre las primeras palabras de Ricaurte quien, a manera de recomendación, le dijo que el abogado Luis Gustavo Moreno podría llevar su proceso.

Ricaurte, según palabras del exsenador, se refirió a Moreno como “un hombre inteligente, capaz y que está de moda” y con cercanía al magistrado Leonidas Bustos.

Para diciembre siguiente, Ricaurte lo volvió a invitar a su apartamento, pero Besaile dijo que sospechó de la reunión y le pidió a Lyons que lo acompañara, pero al llegar al sitio dijo que tuvo un desplante del magistrado que no lo atendió, por lo que supusieron que la presencia del abogado inquietó al togado.

Luego del fallido intento, Besaile anotó que recibió una llamada de Luis Gustavo Moreno que lo citó en el Marriot. El exsenador también acudió con su abogado, pero, sorpresivamente, en el lugar también estaba Ricaurte.

“Moreno conocía de mi proceso. Me habló de unas pruebas que se habían practicado en esos días. No sé por qué conocía eso, porque son de temas reservados”, relató Besaile quien también recordó que el abogado Moreno le pidió que dejaran los celulares en un lugar apartado del sitio en el que hablaron.

Lo que siguió a esa reunión fue un encuentro en el que Moreno le dijo a Lyons que se había enterado que venían en camino dos órdenes de captura emanadas por la Corte Suprema de Justicia: una en contra de Besaile y otra contra Julio Manzur. Era mediados de diciembre de 2014.

La preocupación de la noticia lo llevó a hablar con un alto funcionario de Palacio, del cual se reservó el nombre, pero anunció que esa mención la develará ante la Jurisdicción Especial para la Paz, tribunal que anunció la semana pasada que aceptó su sometimiento bajo el compromiso de hablar, entre otros temas, del ‘Cartel de la toga’.

“Para enero de 2015 se da la captura del senador Julio Manzur, yo entré en pánico, nervio, susto. Empecé a recordar todo lo que me había dicho Luis Gustavo Moreno y lo que me había mandado decir con Luis Ignacio Lyons, y todo lo que me había dicho el magistrado Francisco Ricaurte”, detalló el político cordobés.

Vino, entonces, para febrero de 2015 otro encuentro con Moreno en el Radisson, también en compañía de Lyons, pero a petición del abogado Moreno le pide que se retire, a lo que el defensor de Besaile accede.

“Me siento con el señor Gustavo Moreno y me dice que es para hablar del proceso de parapolítica y que era la única persona que me podía ayudar en ese proceso, pero sentía que lo estaba evadiendo”, contó.

Acto seguido, Moreno le recordó lo que le había dicho de Manzur y le manifestó que lo habían capturado “porque no pagó”.

De ese encuentro, Besaile describió al abogado como una persona que ya estaba salida de sus cabales, distinta de la que conoció en el lanzamiento del libro. No era ni amable, ni decente y con modales distintos.

Dijo el exsenador que Moreno fue directo y le pidió 6.000 millones de pesos para detener la orden de captura. “O pagas o vas preso, así como le pasó a Julio Manzur”, fue la advertencia que según Besaile le hizo Moreno que le precisó que la plata la necesitaba antes de Semana Santa y en efectivo.

Esa plata, dijo Moreno, no era solo para él, “sino para mi papá, para Pacho y un equipo”. Besaile le preguntó que a quién se refería como su papá y Luis Gustavo Moreno le escribió en una servilleta: Leonidas Bustos, presidente de la Corte.

“En ese momento me di cuenta de que el tipo era un extorsionista profesional, no era la primera vez que lo hacía. Sabía cómo presionar, cómo constreñir. Se veía que no estaba jugando y conocía del tema”, remató el exsenador.

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