Colombia


"En cinco años el Eln volvería a fortalecerse en el Catatumbo”

COLPRENSA

26 de diciembre de 2012 11:29 AM


Alias ‘Rubén’, de 42 años, fue un importante ideólogo del Ejército de Liberación Nacional, Eln, durante los años ochenta y noventa, en la zona del nororiente, especialmente, en Norte de Santander, que militó en esta guerrilla durante 21 años.
En 2009 escapó de las filas de los ‘elenos’, decepcionado de sus ideales políticos y de su accionar militar. Hoy, lejos de su tierra natal, Acarí, Norte de Santander, habla sobre lo que le dejó su militancia en esta guerrilla. Asegura que desde 2005 el Eln hizo una restructuración en su organización y está fortaleciendo las acciones que un día cautivaron a poblaciones campesinas, sindicatos e instituciones del Estado.
Afirma que en el nororiente la frontera juega un papel fundamental, especialmente por los campesinos, proclives a la presencia y planes de esta guerrilla. Además, expresa que el Eln cuenta con redes del narcotráfico que le permiten superar las asfixias económicas y una población indígena que no se ha “parado en la línea” para que la insurgencia deje de utilizar su territorio.
Aunque dejó las armas, dice que los ideales de cambio, de equidad y de justicia siguen en él, a pesar de las frustraciones.
Preguntas y respuestas
¿Cómo se vincula al Eln?
El Eln me captó a los 16 años y me vincularon a lo que llamaban grupos juveniles. En octavo bachillerato me nombraron profesor de una vereda y director de las oficinas de acciones comunales. Desde 1987 hasta 1995 fui un ‘eleno’ infiltrado en las instituciones del Estado.
Usted dice que trabajó con colectivos de estudiantes universitarios, ¿qué papel cumplían esos grupos?
A mitad y final de año hacíamos los llamados ‘vacacionales’ con los estudiantes de universidad. Muchos eran de la Universidad Nacional de Colombia e iban a complementar las pasantías de carreras como sociología, ciencias políticas y periodismo. Ellos aprendían a manejar acciones como los saboteos, elaborar panfletos, bombas molotov y bombas de combate callejero.
¿Los estudiantes sabían que se iban a formar como guerrilleros?
Detrás de la palabra vacacional está el enganche. Cuando se está en el campamento se comparten prácticas militares. Muchas veces sin planificar, algunos estudiantes se quedaban, aplazaba el semestre y muchos conformaron relaciones sentimentales con guerrilleros y mandos medios. Esto se hizo para captar programas del Estado y ponerlos a favor del plan que lideraba la organización. Con todos estos se dio el auge de las ONG, proclives a la organización subversiva del Eln, que empezaron a liderar en los años 1990 y 1993 los comités de viudas y huérfanos. Esto fue el principio de estas organizaciones sociales.
¿Cuántos terminaron siendo integrantes del Eln en esa época?
De los 50 que participaban, se aspiraba a que por frente se quedaran 10.
Usted dice que su historia en el Eln se divide en dos, antes de 1995 y luego de este año, ¿por qué?
Fui un René visibilizado, que cargaba sobre sus espaldas la organización de masas, la organización estudiantil. La comandancia determina que soy detectado por los organismos de seguridad y podía ser objeto de captura. En la provincia de Ocaña ya estaba apareciendo los mal llamados grupos paramilitares y de seguridad privada y me enviaron a la clandestinidad.
El frente Armando Cacua, al que pertenecía, aprovechó durante una asamblea elegir la nueva dirección y proyectar un nuevo plan de acción. Allí fui elegido cabeza de ese frente. Para la época los frentes tenían entre cinco y 10 comandantes en la dirección. Todo era un encanto. Como decían en el Eln éramos los mandos que vivíamos ‘socialbacano’, que teníamos la posibilidad de movernos dentro de la dinámica social y política, éramos unos vividores del sufrimiento de los que estaban en el monte. Pero todo se rompió. Tenía que ceder en ciertas posturas, uno empieza a ser regido por unas normas y unos estatutos y tiene que someterse a las decisiones colectivas, gústele o no.
¿Cómo fue la relación con su familia mientras estuvo en el Eln?
En 21 años evité que algún miembro de mi familiar participara de la guerra.
¿Se enamoró?
Dejé a mi esposa por estar en la guerrilla. Mi pareja actual fue mi radioperadora de la agrupación durante 10 años.
¿De qué vive un guerrillero?
Del sostenimiento que le hace el comandante o la compañía. No le pagan nada.
¿Qué le dice el Eln a la gente cuando la vincula?
Que se vinculan sólo por tres años. El Eln no recluta, incorpora, dan estímulos como asistencia a la familia y posibilidades de ascenso dentro de la organización, pero sólo lo hace con el guerrillero que está perfilado.
La homosexualidad, las relaciones de pareja y el aborto ¿cómo se manejan en esta guerrilla?
El homosexualismo es un tema que se maneja con mucha prudencia. Si una guerrillera queda embarazada, ella toma la decisión de tener el bebé o abortar. Si tiene el bebé, dependiendo de la palanca que tenga, puede estar el año completo con él junto a su familia o una familia campesina de confianza, si no la recogen a los seis meses.
¿Se reclutan menores en el Eln?
La incorporación es una línea que está trabajando fuertemente esta guerrilla. En la legislación ‘elena’ mayor de edad es tener 15 años en adelante. Se busca que los menores no lleguen, pero sin embargo lo hacen. Si ingresan, los ubican en las comisiones de trabajo político- administrativo, donde se adoctrinan y adoctrinan comunidades.
Adiós al Eln
¿Qué lo desencantó de la guerrilla?

Hasta 1995 yo lideraba una política ‘anticoca’ en el Catatumbo. Hasta ese año tenía un discurso político y social, no un discurso ilegal. La primera frustración fue ver al Eln inmerso en la regulación y el control del narcotráfico. También aguanté que el Eln no se tomara el puesto de Policía de mi pueblo hasta el año 1998, cuando 200 guerrilleros se tomaron el poblado. A las 6:30 de la tarde entraban 180 niños a la escuela y quedaron bajo el fuego cruzado. Otra de las cosas que me frustró fue la creación del segundo laboratorio de paz en esa zona. La Unión Europea empezó a ofertarlo y uno sabía que de pronto esto lo lideraría la Iglesia, entonces medié para que lo lideraran las diócesis de Tibú y Ocaña. Venía hablando con ciertos sacerdotes, pero el Eln los asesinó. Además, me frustró el hecho de ser cuestionado cuando le obsequié a mi familia $300 mil para que comprara unas colchonetas y pudieran dormir dignamente una noche, después de 21 años de militancia.
¿Cómo fue su partida del Eln?
De la provincia de Ocaña me enviaron para la frontera con Venezuela. En 2006, a regañadientes, me dieron un tratamiento médico que necesitaba y me fui a Maracaibo. La madre de mi hija fue capturada, pedí apoyo al Eln para liberarla y no lo hicieron. Me indiscipliné en esa ciudad hasta terminar los tratamientos médicos, pero me regresaron al estado de Táchira y Zulia. Logré empoderarme en esta zona, pero fui capturado por las autodefensas. Cuando me iban a entregar al Eln me volé junto a mi pareja.
Narcotráfico en el Nororiente
¿Cómo se vincula el Eln al narcotráfico?

Hasta 1995 la coca estaba centralizada en un corregimiento llamado La Gabarra y los límites eran en El Martillo, municipio del Tarra. Desde esa asamblea que hizo el frente Armando Cacua ese año, la provincia de Ocaña se plagó de cultivos de coca. Fue entonces cuando el Eln rompió el tejido social y no fue el Estado, como se ha dicho.
“La acción militar empaña todo”
¿Qué piensa de comandantes como Pablo Beltrán, Francisco Galán y Nicolás Rodríguez Bautista, alias ‘Gabino’?
Uno los veía y se preguntaba por qué su sabiduría y experiencia no la aplicaban en otros escenarios. Era admirador de Pablo Beltrán, quien tenía una visión del mundo interesante, y puedo decir que en el Eln son buenos formuladores del desarrollo social y del cambio, pero la acción militar empaña todo este tipo de cosas.
¿Qué piensa de exguerrilleros que han ganado espacio en la política nacional como Gustavo Petro?
En el plan de gobierno de Petro y del Eln no hay diferencia. No sé si el Eln le copió el documento a Petro cuando era senador y lo llevó a la reunión de nacional en 2005. Lo que el Alcalde de Bogotá ha implementado es el plan político y social del Eln. Él lo está haciendo desde la legalidad y el Estado se lo permite, entonces, ¿por qué el Eln no lo hace? Al Eln en Bogotá se le acabó el discurso.
Proceso de paz con las Farc
¿Qué significa el nuevo proceso de paz para el Eln?
El Eln es admirador de la paz y le encanta estar dialogando para mostrarse y figurar, pero no llega a nada.
Es decir, ¿la intención de diálogo del Eln no sería real?
Prácticamente eso fue lo que viví durante 21 años. El diálogo, si es en escenarios internacionales, es mejor para el Eln, porque se presta para articular procesos regionales, nacionales y continentales.
Entonces, ¿el Eln no quiere la paz?
Sí quiere la paz, pero a sus propias condiciones y modelo. Con gobiernos de corte derechistas no va a negociar.
¿Le ve futuro al proceso de paz de las Farc?
En 21 años de militancia como guerrillero nunca le creí ni el saludo a las Farc. En dos décadas en el Eln pude ver cómo pisoteaban a las comunidades La historia no les ha perdonado lo que hizo ‘Tirofijo’ en El Caguán, una oportunidad de maravilla que no aprovecharon. No negociaron cuando tenían a la comunidad internacional de frente, mucho menos ahora que son pocos, que campean con el narcotráfico, cuando tienen muchas finanzas y poca inversión.
El Eln en la actualidad
¿Cómo está la organización en este momento?
Hablo del nororiente específicamente. Si el Estado no gira los ojos hacia el Catatumbo, no gira los ojos hacía la inversión social, en menos de cinco años el Eln vuelve a fortalecerse.
¿Tiene futuro en el Catatumbo?
En 2005 eran 400 guerrilleros rasos con armas y 800 milicianos. El miliciano del Eln está muy articulado a las organizaciones sociales, puede liderar una junta de acción comunal, hacer parte de la confrontación bélica, usar explosivos y participar en combates.
¿Cuál es la relación Farc–Eln?
El Eln le invertía en organizaciones sociales y cuando estaba todo listo llegaba la Farc y se apropiaba de todo. Fui emboscado por las Farc, tengo un recuento histórico para no creer en ellos. No creo en esa unidad Farc–Eln. El Eln la plantea como “la unidad de los revolucionarios”, pero las Farc son hegemónicas.
¿Esta guerrilla tiene secuestrados?
A la fecha hace secuestros pequeños y retiene personas durante seis meses como máximo. Les pide a las familias $500 millones y se quedan con $50 millones.
¿Cómo se financia esta guerrilla?
Con el narcotráfico, el impuesto de guerra a los campesinos, comerciantes y empresas. También cobra vacunas a los mineros del carbón con quienes crearon proyectos en sociedad en el Nororiente, pero estos proyectos los maneja el Estado Mayor y el Comando Central del Eln y son cerrados.
Para el futuro
¿Lo han buscado?
Sí, para asesinarme, porque el caso mío dejó al Eln tambaleando. Con mi salida tuvieron que cambiar los alias de mucha gente.
¿Qué vislumbra en su futuro?
Quiero ser un buen concejal, alcalde y congresista. Hay que pensar con visión de poder.
¿Cómo es su vida ahora?
Tengo un hogar con una excombatiente y cambié la imprudencia por la prudencia. Soy responsable. Logré terminar mi bachillerato en el proceso de reintegración, cursé un programa técnico profesional y ahora quiero entrar a la universidad. Puedo decir que lo mejor del proceso de reintegración es la inversión que se hace en la educación de los reinsertados.

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