Colombia


En Pasto, derriban estatua de Antonio Nariño

Los promotores del paro propusieron una semana de cátedra abierta y libre sobre Antonio Nariño y concluir con el resarcimiento de su imagen en el centro de Pasto.

COLPRENSA

01 de mayo de 2021 10:15 PM

Uno de los símbolos más significativos de la rebelión en Pasto, estaba representada en una estatua, la de Antonio Nariño, llamado el Hombre de las Leyes, la cual se erigía en la Plaza que lleva su nombre, en el corazón de la capital del Departamento.

Sin embargo, en la tarde de hoy, un grupo de jóvenes manifestantes subió al pedestal, ató una soga al cuello del prócer y de un jalón arrancaron de raíz el monumento. De nada sirvió la tibia reacción de hombres del Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, de la Policía Metropolitana, que no han cesado en tres días de disolver revueltas en las calles céntricas de la ciudad.

Reacción de la Policía

Quizá la reacción tardía de los agentes se debió a la incredulidad, puesto que, durante muchos años, las marchas y protestas llegaron siempre a este sitio de reunión, pero, jamás fue violentada la imagen del prócer, tan solo unos grafitis en la base donde se lee el descontento del pueblo se observaban en ocasiones. De igual manera, no pasaba de cubrirlo con banderas de Colombia cuando ganaba la Selección de Fútbol o Nairo Quintana, en tiempos de la firma del Acuerdo de Paz fue recubierto con un lienzo blanco, e incluso cuando el Deportivo Pasto ganó un campeonato de fútbol en el año 2006, llevó en sus hombros la bandera Tricolor, también los campesinos le ponían un sombrero de paño, muy utilizado en el sur del país, ellos querían reivindicar su lucha simbolizando la imagen.

Luego de este acto, la plaza de Nariño quedó vacía, nadie se reivindicó el hecho, quizá los autores se dieron cuenta de lo risible del suceso y la afrenta realizada luego de ver la estatua en el piso.

Rechazo

Este hecho causó el rechazo casi unánime de la sociedad pastusa, quien ven en Antonio Nariño la persona que, de manera valiente en su momento, reconoció la gallardía de esta raza. Zabier Hernández, uno de los líderes de la protesta en Nariño expresó en su cuenta en Facebook, “no aceptamos esta acción, nos negamos a que se tergiverse la historia, el Paro es contra el mal Gobierno. Antonio Nariño, a diferencia de las estatuas españolas, está allí en la Plaza, no por sus fechorías sino por su gran aporte al pensamiento libertario, y a la reconciliación del país. Tremenda equivocación y falta de conocimiento de nuestra historia”.

De igual manera, los promotores del paro propusieron una semana de cátedra abierta y libre sobre Antonio Nariño y concluir con el resarcimiento de su imagen en el centro de Pasto.

De igual manera el historiador Julián Bastidas Urresty comentó, “muchas veces pasamos por la plaza principal de Pasto sin mirar la estatua en bronce situada en el centro. Tal vez, hay quien no sabe que representa la figura del general Antonio Nariño, llamado con honor el Precursor de la Independencia. Tal vez, pocos saben que se rindió homenaje al general en el lugar más importante de esta histórica ciudad”.

Cabe decir que en el año 2003, la revista Semana preguntó a un destacado grupo de intelectuales quien era, entre los grandes personajes de nuestra historia, el que merecía llamarse “El colombiano de todos los tiempos”. Este título tan honroso lo ganó Antonio Nariño. Al respecto, el escritor e historiador Enrique Santos Molano dijo: “los colombianos y las colombianas sentimos que nadie nos representa tan bien, en nuestra identidad y en nuestras aspiraciones como pueblo, en nuestras virtudes y en nuestros defectos, en nuestras bienandanzas y en nuestros infortunios, como Antonio Nariño”.

Según la historia, en 1813 el general Nariño inició campaña militar para desalojar a los realistas del sur de la Nueva Granada. Derrotó al ejército español de Juan de Sámano en las batallas del alto Palacé y de Calibío. Luego, el 22 de marzo tomó el camino tortuoso a Pasto, siempre asediado por los guerrilleros del valle del Patía. Un día antes de llegar al imponente y terrible cañón del río Juanambú, Nariño cumplió 49 años sin imaginar la pesadilla que le esperaba. En medio de sangrientos combates, su ejército atravesó el cañón, remontó el alto de Cebollas y de Tacines y asomó en las puertas de Pasto. Casi entra a la ciudad, pero fue derrotado por las milicias pastusas que, al final, no contaron con el ejército español pues el mariscal Melchor Aymerich, abandonó vergonzosamente el terreno de combate. En cambio, la virgen de las Mercedes, sacada en procesión, duplicó la fortaleza innata de los vencedores. Nariño traicionado por uno de sus subalternos, que no llegó al combate con la tropa, quedó aislado y debió pasar frías noches oculto en un bosque. Pero fue encontrado y conducido preso la ciudad.

El 14 de mayo de 1814, hacia las tres de la tarde, el general Nariño pisó por primera y última vez las calles de Pasto. Bajó por la llamada del Calvario y fue conducido a la cárcel, una vieja casona en la plaza mayor. Allí se concentró la gente para pedir su cabeza por rebelarse contra el rey de España y atentar contra la sagrada religión católica. Reclamaban al “hereje” que había fundido las reliquias de plata de las iglesias de Popayán para solventar los gastos de su campaña, al “pecador” que los atacó en tiempo de semana santa. Pero el valiente y decidido general, salió al balcón y, con vehementes palabras, pudo acallar al gentío que se conmovió al escucharle decir que era un orgullo morir en manos del bravo y heroico pueblo pastuso. En ese momento entendieron que se trataba de un hombre extraordinario.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS