Un juez con función de Control de Garantías de Cúcuta envió a la cárcel a Juan Santiago Gallón Henao, por su presunta participación en una organización señalada de enviar cocaína a Europa camuflada en comida para perro y otros productos veterinarios. (Lea aquí: Capturan a narcotraficante vinculado con el crimen de Andrés Escobar)
En medio de la diligencia, la Fiscalía General de la Nación le imputó el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes agravado.
Las investigaciones indican que Gallón sería uno de los principales inversionistas de la estructura narcotraficante que dirigía Andrew Mark Deamer, un ciudadano británico conocido como ‘El Mono’ o ‘Marcos’ y quien fue capturado el 1 de noviembre de 2017, en una lujosa finca de Rionegro (Antioquia).
En esa oportunidad, otras 19 personas fueron capturadas en operaciones simultáneas desarrolladas en Bogotá, Medellín, Barranquilla, Santa Marta y Villavicencio.
Según las investigaciones de la Fiscalía, el dinero que entregaba Juan Santiago Gallón, “habrían sido destinados para sostener el engranaje narcotraficante y el perfeccionamiento de una nueva modalidad de camuflaje de estupefacientes, en la que mediante un proceso químico lograban que la cocaína tuviera la forma, textura y olor de productos como concentrado para perros, alimento para gatos, arena y fertilizantes”.
LA ORGANIZACIÓN
Información recopilada por la Fiscalía General de la Nación permitieron establecer que “la organización narcotraficante instalaba laboratorios en zona rural, muchos de ellos en fincas de algunos municipios de Antioquia. Hasta allí llegaba un grupo encargado de la adaptación de maquinaria artesanal, transporte de insumos y elementos necesarios para el procesamiento”.
Después de ello, “el equipo químico ingresaba al área, ponía en marcha la transformación de la cocaína en productos veterinarios y agropecuarios, y en dos días salía del lugar. En las incautaciones y controles técnicos realizados se detectó la elaboración de concentrado para perros, arena sanitaria para gatos, fertilizantes, polvo palmito y cocaína líquida; y la utilización de múltiples sustancias controladas, esencias y colorantes para lograr que el estupefaciente tuviera similitud en forma, olor, textura y apariencia a los productos lícitos”.
Según pudo conocer que la Fiscalía, tras sus análisis, después del proceso químico trasladaban el estupefaciente hasta Barranquilla y, a través de la empresa exportadora del cabecilla de la estructura, presuntamente ponían los cargamentos en países de Europa.
Cuando la cocaína era recibida, diversos integrantes de la organización, en específico los químicos, debían viajar a dichos destinos para revertir el proceso y así extraer el estupefaciente para su comercialización.
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