La principal guerrilla comunista de Colombia, las Farc, reiteró su disposición de dialogar con el gobierno, pero sólo si ello permite crear el entorno que garantice la paz con justicia social, dijo en un mensaje enviado ayer a un encuentro de organizaciones sociales.
La carta de las Farc -con unos 8.000 combatientes según el Ministerio de Defensa fue enviada a un encuentro de organizaciones sociales que en el puerto petrolero de Barran-cabermeja, departamento de Santander, exploran salidas de paz para el conflicto armado del país.
“Manifestamos ante uste-des nuestra voluntad política, para en lo más inmediato, dar los pasos encaminados a crear el escenario para iniciar un diálogo (...), bajo el único condicionamiento que nos permita crear el entorno para las profundas reformas eco-nómicas, sociales y políticas que garanticen la paz con jus-ticia social”, puntualizó el texto.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha ad-vertido a las Farc que sólo contemplará la posibilidad de iniciar un diálogo cuando esa guerrilla libere a los secuestra-dos -entre ellos 18 uniforma-dos-, excluya de sus filas a los menores de edad, cese “el te-rrorismo” y de una clara muestra de voluntad de paz.
Santos reiteró esa posición en un acto público al declarar que la puerta para un diálogo con las FARC “no está abierta y no estará abierta mientras no tengamos claro, muy claro, que cualquier diálogo nos lleve a un verdadero acuerdo de paz”.
“Al país lo han engañado demasiadas veces”, añadió.
Las Fuerzas Armadas Re-volucionarias de Colombia (Farc), con las que el gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998-2002) realizó un fallido diálogo de paz, siempre han asegurado estar dispuestas a dialogar con los diferentes go-biernos.
Al respecto, señalaron en su declaración que en sus 47 años de lucha armada “hemos clamado por salidas diferentes a la guerra”.
Tras advertir que la “resis-tencia armada existe y se mantiene como se mantiene y crece la pobreza”, reiteraron su propuesta de “acuerdos hu-manitarios que resuelvan el drama de los prisioneros de ambas partes” (uniformados en su poder y guerrilleros pre-sos), lo que rechaza el presi-dente Santos.
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