Al reconocer que tienen en su poder al periodista francés Roméo Langlois y declararlo como prisionero de guerra, las Farc intentan esconder la culpa por incumplir su promesa de no volver a secuestrar para aprovechar su secuestro con fines políticos y de propaganda.
Una llamada a un grupo de periodistas que se desplazaban este miércoles hacia la Unión Peneya (Caquetá) por parte de una guerrillera que leyó un mensaje, en el que el frente 15 de las Farc se adjudica el plagio del reportero “uniformado de militar y capturado en pleno combate”, confirmó no solo el plagio. También que las Farc incumplieron su promesa de no secuestrar.
“Está en nuestras manos y es prisionero de guerra. Está levemente herido en un brazo, se le ha prestado atención médica y está fuera de peligro. Firma estado mayor del Frente 15, Bloque Sur de las Farc-Ep. Montañas del Caquetá, abril 30 de 2012”, es el mensaje que una supuesta guerrillera leyó, vía telefónica, a un periodista del canal Noticias Uno.
El hecho de que Langlois llevara puestos un chaleco y un casco de protección suministrado por las tropas es aprovechado por la guerrilla para considerarlo como prisionero de guerra, una categoría que a juicio de analistas del conflicto armado y expertos en Derecho Internacional Humanitario no tiene el comunicador.
ATENCIÓN INTERNACIONAL
Para Jairo Delgado, general retirado de la Policía y director de análisis del Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga, la retención de un periodista extranjero y europeo “se constituye en un elemento político para enviar un mensaje internacional sobre la visión del conflicto que quiere difundir la guerrilla a su favor, en momentos en que busca que el Gobierno ceda a sus pretensiones de diálogo de paz bajo sus condiciones”.
Delgado maneja la hipótesis de que las Farc buscarían llamar la atención internacional que perdieron en los últimos años. “Para justificar el secuestro de Langlois lo declara prisionero de guerra, desconociendo que es un civil no combatiente, un periodista haciendo su trabajo. Por eso no aplica esta categoría reservada por el Derecho Internacional Humanitario para conflictos internacionales”.
El politólogo y director de la Fundación Seguridad y Democracia, Alfredo Rangel, coincide con Delgado en que el periodista es un civil secuestrado que debería ser liberado por respeto a la libertad de prensa, pero indicó que la guerrilla puede aprovechar el hecho de que portara elementos militares junto a las tropas para considerar que tomó parte en las hostilidades y atribuirse el derecho a retenerlo.
Rangel advierte que las Farc habrían decidido plagiar al reportero para provocar presiones de Francia al Gobierno colombiano y buscar beneficiarse de este hecho, que podría generar un incidente diplomático. “Hay que recordar que Francia está ad portas de una segunda vuelta presidencial y por eso las Farc podrían buscar algo a cambio de liberar a un periodista francés”.
Rangel recordó que así ocurrió en el pasado con el presidente Sarkozy, que presionó la liberación de un centenar de guerrilleros para lograr la liberación de la colombo-francesa Íngrid Betancur y obtener réditos políticos.
SIGUE DEBATE POR PRENDAS
La confirmación del secuestro de Roméo Langlois avivó el debate por el uso de prendas militares por parte de periodistas en zonas de conflicto.
El comandante de la División de Asalto Aéreo de Ejército, general Javier Rey, reiteró este martes que Langlois estaba vestido con botas pantaneras de caucho, jean, camiseta azul para distinguirse como no combatiente (según los tratados internacionales) y que tenía un chaleco antiesquirlas verde oliva, no pixelado y un casco protector.
“Solo él tenía ese chaleco para protección de su vida, nuestros soldados y policías no lo tenían, y un casco. Pero en medio del combate él se va hacia ellos diciendo que es periodista y civil, ya sin esas dos prendas militares”, dijo el oficial, quien acusó a las Farc de mentir para justificar el secuestro.
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