Colombia


Gustavo Petro: 23 días en el poder dejan nuevos aliados en América Latina

Se acercó a Nicaragua y Venezuela, reconocidos por sus violaciones a los Derechos Humanos, y “metió la cucharada” con la justicia de Argentina y Perú.

COLPRENSA

30 de agosto de 2022 10:06 AM

Gustavo Petro suma pisadas que acercan a Colombia a la izquierda latinoamericana y, de paso, dejan al gobierno parado sobre la delgada línea entre la diplomacia con los vecinos y el silencio sobre las violaciones a los Derechos Humanos que suceden en otras geografías hispanas. Según esta nueva dinámica de la diplomacia, ahora estados cuestionados como Venezuela o Nicaragua terminaron siendo aliados de la Casa de Nariño.

Ya van cuatro guiños que ha hecho el mandatario a sus homólogos progresistas, quienes están cercados por las cortes nacionales e internacionales e implicados en expedientes que van desde la corrupción y llegan hasta los posibles crímenes de lesa humanidad.

El más reciente llegó cuando caía la tarde de este lunes en Colombia y en Venezuela y su embajador ante el régimen, Armando Benedetti, estrechó sus manos con Nicolás Maduro para dejar en firme el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países. Lea: Nicolás Maduro recibió a Armando Benedetti en Venezuela

Gustavo Petro: 23 días en el poder dejan nuevos aliados en América Latina

Benedetti aterrizó en Caracas ante críticas de la oposición por no referirse a la migración que ha desplazado a 2,4 millones de venezolanos a Colombia por la crisis humanitaria compleja del país vecino. Por el contrario, manifestó la “urgencia de restablecer los lazos de amistad que nunca se debieron romper”.

Maduro recibió a Benedetti vistiendo un sombrero vueltiao tejido con los colores amarillo, azul y rojo que unen a las dos banderas y un liquiliqui blanco.

La reactivación de las relaciones ya está marchando y los dos políticos conversaron sobre una posible cita de régimen con el presidente Gustavo Petro, que tiene a la comunidad internacional ante la expectativa de ver cómo resultará el experimento de dialogar con un gobierno cuestionado.

El aliado contra las cuerdas

Ese apretón de manos sucedió apenas horas después de que el presidente Petro aterrizara en Lima para la cumbre de Comunidad Andina de Naciones (CAN), cita que decantó también en un encuentro con su homólogo Pedro Castillo. A esa comunidad el mandatario le pidió replantear la lucha contra las drogas, un llamado que ya le había hecho a Estados Unidos y a la ONU. Lea: Presidente Petro concluye visita a Lima, su primer viaje internacional

El arribo de Petro tuvo una coincidencia con la agenda de los tribunales porque sucedió el mismo día que un juez envió a prisión preventiva a la cuñada de Castillo por irregularidades en la contratación estatal.

Ese es el más reciente del repertorio de escándalos judiciales que tienen la Presidencia del líder sindical contra las cuerdas por posibles casos de corrupción, que ya lo han obligado a hacer tres revolcones en el gabinete y que hacen que el Congreso contemple una moción de censura en su contra.

Petro afianza sus vínculos con un presidente cuya popularidad no pasa del 19% y que lleva más de un año con problemas para poner a marchar su gobierno, ante un Congreso en el que carece de apoyo y una ciudadanía expectante de cambios.

La visita de Petro a Castillo le valió además su primera foto oficial junto Luis Arce de Bolivia (también de izquierda) y Guillermo Lasso de Ecuador.

Desde Perú, Petro planteó integrar a Chile y a Venezuela a la CAN. La entrada de este último a esa comunidad podría terminar siendo el primer espacio de legitimación a Maduro en la política regional, quien pasó de ser un “dictador” para Latinoamérica a uno más de los gobernantes que conseguiría un asiento en las instancias multilaterales. En esa pretensión tiene el respaldo de Castillo.

La silla vacía en la OEA

La Colombia de Petro suma más de un guiño con regímenes dictatoriales, pues también bajó el tono que hasta ahora había tenido el Estado con la Nicaragua de Daniel Ortega. A ese país caribeño el presidente envió al político antioqueño León Freddy Muñoz en calidad de embajador.

El giro en la política exterior hacia Nicaragua es evidente porque ya el Estado omitió pronunciarse sobre las violaciones a los Derechos Humanos del régimen Ortega y la persecución de este a la Iglesia Católica que él y su esposa Rosario Murillo perpetúan.

Vacía quedó la silla de Colombia en la votación de la Organización de Estados Americanos (OEA) para condenar la criminalización de la oposición en el país.

El domingo Noticias Caracol reveló que la ausencia de ese 12 de agosto fue una orden que dio la Cancillería, pero el Ministerio de Relaciones Exteriores apuntó a este diario que no haría un pronunciamiento sobre el tema.

El deshielo de Colombia con Nicaragua tendría en el fondo posibles conversaciones tras bastidores para negociar cómo aplicar el litigio que lleva la Corte Internacional de Justicia en la disputa por mar territorial entre los dos Estados y que se conocería a finales de este 2022. Sin embargo, Presidencia no comentó a la consulta de este diario sobre ese eventual acercamiento.

Justo por esa determinación, la oposición convocó a una moción de censura contra el canciller Álvaro Leyva, una idea que inicia su trámite en el Senado desde el partido Centro Democrático, pero que está condenada al fracaso porque esa colectividad apenas tiene 14 votos, frente a toda una bancada mayoritaria del Pacto Histórico y sus afines (La U, Liberal, Conservador, Alianza Verde y otros).

La escasa oposición a Petro apunta que “la ausencia del delegado colombiano ante la OEA, por instrucción del canciller, reivindica las prácticas antidemocráticas y violaciones de Derechos Humanos que ha cometido la dictadura en Nicaragua”.

¿Intervencionismo?

Ese no es el único caso sobre el que la cartera que dirige Álvaro Leyva guardó silencio. Esta optó por no comentar acerca de la carta que firmó Petro con otros presidentes de izquierda de la región (Luis Arce de Bolivia, Andrés Manuel López Obrador de México y Alberto Fernández de Argentina) criticando a la justicia de argentina por solicitar la medida de prisión contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lea: Fiscal argentino pide condena de 12 años de prisión a Cristina Fernández

Petro defendió a la dos veces presidenta opinando que ella es víctima de una “injustificable persecución judicial” que, según él, pretende “apartarla” de la vida política.

El gesto es una respuesta de la izquierda a la solicitud del fiscal Diego Luciani de condenar a la vicepresidenta a 12 años de prisión por el presunto delito de asociación ilícita en la contratación de obras públicas durante la gestión que ella lideró con su fallecido esposo y exmandatario, Néstor Kirchner.

Lo particular de la misiva es que en sus tiempos como senador Petro criticó al exvicepresidente estadounidense, Mike Pence, por comentar sobre los asuntos judiciales internos de Colombia en el caso contra el exmandatario Álvaro Uribe. ¿Ahora Petro da los pasos que en el pasado él condenó?

Petro defendió a Cristina Fernández de Kirchner, opinando que ella es víctima de una “injustificable persecución judicial” que pretende “apartarla” de la vida política.

Petro y Leyva: nueva era

Desde que Gustavo Petro ganó la Presidencia estaba claro que Colombia tendría un cambio en política exterior, pero los 23 días del gobierno del Pacto Histórico ya dejaron ver que esas modificaciones llegaron más temprano que tarde.

El viraje en la política exterior recibe espaldarazos desde la bancada del Pacto en el Congreso que está aportando para el restablecimiento de las nuevas relaciones, pero tienen a la oposición “preocupada” por la nueva era en las relaciones internacionales.

“La Constitución es muy clara al establecer que el presidente es el director de las relaciones internacionales (artículo 189) pero la afinidad ideológica no puede convertirse en complicidad criminal”, apuntó la senadora Paola Holguín.

Ya Gustavo Petro dio las órdenes que sellaron ese giro en la política exterior de Colombia y solo el tiempo dirá si la nueva era en las relaciones internacionales termina siendo un acierto en política exterior o una “complicidad” con los regímenes cuestionados que ahora son sus gobiernos aliados.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS